Por Emilio Grande (h.).- Con motivo de cumplirse los 40 años de la muerte del primer obispo de Rafaela (1961-1968) y segundo arzobispo de Santa Fe (1968-1984), fue entrevistado el sacerdote Jorge Montini (párroco en San Jerónimo Norte desde hace 16 años), quien junto a Marcelo Zerva, investigaron en el libro «Vicente Zazpe: el corazón de un pastor» sobre la vida de este profeta.
“Estamos conmemorando estos 40 años de la muerte de quien fuera un modelo cristiano, de sacerdote y de obispo”, destacó en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela, conducido por quien firma esta entrevista.
Sacerdote Jorge Montini.
-En aquella época hubo momentos conflictivos en el contexto nacional, ¿fue un profeta y “una voz que gritaba en el desierto” (san Lucas 3, 1-6)?
-Se pueden resaltar de él varias facetas. Primero el ser humano de Zazpe, era de una ternura y de una paternidad que pocas veces veíamos en los obispos y en los mismos sacerdotes. Después la elección del evangelio porque era su medida de vida y la entrega a los demás, la preocupación como pastor de estar cerca, por ejemplo, en poco tiempo recorrió toda la diócesis de Rafaela (departamentos Castellanos, San Cristóbal y 9 de Julio). Hoy uno lee sus escritos y ve una tremenda actualidad porque tenía un don de ser profeta, iluminaba el presente que le tocaba vivir, pero también sigue iluminando nuestro presente.
-Siendo obispo de Rafaela participó en el Concilio Vaticano II en Roma (1962-1965), donde vivió los cambios que venían a la Iglesia Católica.
-En el Concilio actuó de una manera impresionante, se asesoró y cuando tuvo oportunidad de hablar planteó temas muy importantes. Después comunicó a los sacerdotes y a los laicos de Rafaela en aquel momento y luego ejecutó el Concilio en todo lo que implicaba la renovación de la Iglesia para proyectarla al siglo XX y XXI.
-¿Por qué investigaron con Zerva el libro publicado en el 2000? ¿A qué conclusiones llegaron?
-Murió Zazpe y yo vi la necesidad de recoger testimonios porque quien le sucedió en la Arquidiócesis (por Edgardo Storni), indudablemente, no ayudaba a que su memoria y acción pastoral tuviera continuidad. En ese recoger testimonios y elementos que nos pudieran ayudar a hacer algo que sirviera a la comunidad, Marcelo Daniel Zerva (sacerdote en Neuquén) me ayudó muchísimo y entonces en el 2000 publicamos el libro y en 2015 lo reeditamos, él no quiso salir, pero seguimos trabajando juntos en la publicación de los escritos con Gustavo Tibaldo, quien nos ayudó en la parte digital, donde en la segunda edición entre las páginas 169-171 puse sospechas. No tengo las pruebas suficientes de cómo pudo acaecer la muerte de Zazpe, que no coincide tanto con el accidente cuando viajaba para las fiestas patronales de San Carlos Norte; lo charlé mucho con el párroco Juan Botta (murió en 2022) de San Carlos Centro, él me dijo que charló con el camionero que chocó a Zazpe, quien solía manejar muy mal; todo indica que yendo por la ruta 19 quiso doblar, no pudo porque venía un auto de frente y detrás venía un camión que lo chocó; el camionero fue detenido en San Carlos Centro. Indudablemente, afectó a Zazpe porque de ahí en más veía doble y sufrió mucho después de ese accidente del 15 de agosto de 1982. Pero lo más grave que sugiero en la última edición del libro está en los últimos días de Zazpe, donde se habla de un posible envenenamiento.
-¿Podrías brindar detalles de esa última investigación?
-Por un lado, está el hecho de la pileta de natación, donde iba a nadar todos los días a las 5 o 6 de la mañana, sobre todo en verano; tienen que cerrarla el 2 o 3 enero de 1984 cuando él aparece con un ataque cerebral porque una persona tiene un accidente cerebro vascular igual al de Zazpe. Entonces se dice que la pileta pudo haber tenido alguna cosa que hizo que quienes se bañaran pudiera haber una especie de atentado. Otra cosa es si se puso algo en la comida; él cenó el 1 de enero en una parroquia de la ciudad de Santa Fe, tenía presión alta, se habla de que hubo una llamada anónima la noche de la cena en el que se le dice a un empleado de la curia que Zazpe había sido envenenado. Son varios elementos que van uniéndose y haciendo sospechar porque los amigos de Buenos Aires siempre dijeron que podría haber sido envenenado o temían que así ocurriera, ya que Zazpe lo hubiera expresado. No hubo ninguna investigación sólida. En la página 170 de la última edición del libro pongo algunos otros detalles.
-Se formó un grupo a nivel nacional de whatsapp por los 40 años de la muerte de Zazpe con el objetivo de impulsar la causa de santificación, teniendo el visto bueno del papa Francisco y de los obispos Pedro Torres (Rafaela) y Sergio Fenoy (Santa Fe).
-Antes de ese grupo, Fenoy formó la Asociación Monseñor Zazpe en Santa Fe con integrantes de Buenos Aires, por ejemplo, está José Ignacio López (ex vocero presidencial de Alfonsín); estamos difundiendo los escritos y la vida, y se está insistiendo mucho en el proceso de beatificación. Fenoy habló con Jorge García Cuerva (arzobispo de Buenos Aires) porque de haber un inicio de la causa tiene que integrarse a la Arquidiócesis de Buenos Aires porque fue sacerdote porteño y a la Diócesis de Rafaela, donde un sacerdote de la Asociación habló con Torres, pero todavía no se inició la causa; se está hablando, no es tan simple llevarla adelante. Lo charlamos varias veces con Fenoy, pero de iniciarse tiene que ser en Santa Fe y tiene que haber un postulador. Por eso, vamos trabajando en la publicación de los escritos y difundiendo sobre su vida. Es un proceso que en el caso del Cura Brochero fue beatificado 100 años después de su muerte, no sabemos la prontitud; también fueron beatificados Eduardo Pironio, Mamerto Esquiú, Enrique Angelelli, Jorge Novak está en un proceso bastante avanzado y Carlos Ponce de León también, quien había sido asesinado.