VALENCIA, miércoles, 5 julio 2006 (ZENIT.org).- El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, que presidió en la catedral de Valencia el funeral por las víctimas del trágico accidente de metro que costó la vida a 41 personas, dijo a sus familiares: “No estáis solos, os acompañan familias del mundo entero”.
Unas mil doscientas personas asistieron a la ceremonia en la que estuvieron presentes los Reyes de España y las más altas autoridades estatales, autonómicas y locales.
Una cerrada ovación recibió a las familias en el interior de la catedral mientras que miles de personas asistían también a la ceremonia en el exterior mediante una pantalla situada en la plaza de la catedral.
Acompañaban a monseñor García-Gasco en la presidencia de la celebración los cardenales Antonio Cañizares y Ricard Maria Carles y entre los oficiantes se encontraban catorce obispos, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez.
Entre ellos, también un fraile servita superviviente de la dramática tragedia, el padre Emilio Cruz, capellán de hospital, que estuvo entre los primeros que socorrieron a las víctimas.
En su homilía el arzobispo de Valencia dijo que «el dolor no es algo ajeno a la vida de las familias. Las familias sufren porque aman y reconocer el sufrimiento en las familias es reconocer su capacidad de amor».
En este sentido, el prelado manifestó que aunque en estos momentos «a todos nos cueste tener algo más que lágrimas en los ojos, la muerte y la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo nos anuncia y confirma que el futuro de felicidad no es un sueño».
Monseñor García-Gasco concluyó su homilía con una invocación a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia: «Santa María Madre de los Desamparados, ampara a estas familias. Ampara a Valencia. A España entera que llora la muerte de sus hijos».
Antes de impartir la bendición final de la misa, fue leído el mensaje en que el Papa da su pésame a las familias que fue acogido por un gran aplauso de los asistentes.
Al finalizar la ceremonia, el arzobispo se acercó a expresar su pésame personalmente a los familiares de las víctimas. Lo mismo hicieron los Reyes y otras autoridades.
Se trata del accidente más grave de metro en la historia de España.