Por Eduardo Reina.- Cuenta la leyenda que cuando murió el Cid Campeador, el famoso héroe castellano, como sus enemigos no habían sabido de su muerte, subieron su cadáver al caballo del guerrero y lo ataron de forma tal de poder utilizarlo en las siguientes batallas. Lo hacían cabalgar a lo lejos para que su inconfundible figura mostrara que seguía vivo y campeando para así amedrentar con su recuerdo a los contrincantes.
El peronismo cree que puede sostener a Cristina a lo lejos de la contienda para mostrarla como una amenaza y una garantía de la victoria.
Pero lo cierto es que con la confirmación de que Alberto acepta su condición de pato rengo y Massa cada día recibe un nuevo golpe de la economía, hacen que el peronismo ya no pueda sostener, ni ante sí mismo, el engaño de que tendrán un candidato competitivo para agosto.
Alberto se desgastó, ahora todos los que se unían por él, lo hacen para estar contra él. Sin embargo, esta unión inestable resulta poco útil porque los liderazgos están desgastados.
El poder y los rumbos del peronismo históricamente vienen de una estructura centralizada, verticalista, dominada por el principio de obediencia al cuartel central. Desde ahí se decidieron a dedo las estructuras y las estrategias que utilizaría el partido tanto en alianzas como en su amplio abanico de tendencias, que fueron desde la izquierda y el proteccionismo al liberalismo nacionalista, pasando por un sinfín de matices. Con tal de conservar el poder, todos confluían con disciplina partidaria.
Lo mismo que sucedía en el movimiento a nivel nacional sucedió en cada una de las provincias. Las sucursales locales del peronismo central no solamente se conformaron con la lógica de responder a una jerarquía central, sino que, además, conformaron sus propios verticalismos locales. Los líderes regionales «patrones de estancia y barones del conurbano» se conformaron como eternos dueños de los votos por el clientelismo y la «vigilancia», esa es la verdadera estructura de poder del peronismo a través de los años.
Con Formosa de Gildo Insfrán a la cabeza, podemos dar cuenta de que hace años se mantienen en el poder: en Santiago del Estero gobierna el tándem del matrimonio Zamora; en Santa Cruz, los Kirchner; Misiones con Rovira y sus candidatos títeres del ingeniero; el Chaco donde Capitanich se alternó con su sucesor Peppo; Entre Ríos a Busti, Uribarry y Bordet; en La pampa, Marín, Verna y Zilloto; en Tucumán Alperovich y Manzur, etc.
Es por esta orfandad de liderazgo, pese a que lo niegue, hoy en día el peronismo está a la deriva, confundido y sin respuesta. Por lo mismo es que falla en sus diagnósticos. Cree que tiene una chance en la división de Juntos, pero también puede perder por las divisiones con la aparición de Javier Milei. El peronismo juega con fuego porque también hay chances que pueda salir tercero.
PASO en Mendoza: el peronismo ganó en seis municipios en plena pelea entre Cornejo y De Marchi
Hoy vemos con claridad que el peronismo ya no es el valiente peronismo integrado, sino un peronismo cobarde buscando su supervivencia en cada uno de los niveles. Esto los lleva a desdoblar las elecciones para asegurarse su quinta, sino repasemos el cronograma electoral. El 7 de mayo en Jujuy, Misiones y La Rioja, el 14 de mayo en La Pampa, Tucumán, Salta, San Juan y Tierra del Fuego. El 11 de junio en San Luis y Corrientes, el 25 de ese mismo mes se celebrarán las generales en Córdoba, el 16 y 30 de julio se realizarán las primarias en Santa Fe y Entre Ríos, mientras que en septiembre completarán el cronograma el resto de las provincias: el 10 lo hará Santa Fe, el domingo siguiente será en Chaco, mientras que el 24 serán las generales en Mendoza y Entre Ríos.
Hoy el peronismo está dividido en 2 sectores: el kirchnerismo y el peronismo no kirchnerista, ambos, aunque más el segundo, están sumamente preocupados y tratando de preservarse de la debacle. Los peronistas tradicionales o no K ven un camino hacia la radicalización que los preocupa con una retórica aislante que proviene del gobierno que ellos mismos constituyen.
Esta misma idea se reproduce en los sindicatos que mantienen poderes eternos con viejos dirigentes, todos con más de 20 años de alambrado de su poder, preservan el poder antes que la defensa de los trabajadores, por ende, los trabajadores descreen ya de estos líderes y de sus organizaciones, y por eso el peronismo pierde gran parte de los votos en manos de la izquierda. Su crecimiento es funcional a la mala respuesta sindical de sus representantes y ahora suma un outsider disruptivo y desconcertante como Javier Milei.
La mentira como forma de justificar la incapacidad de los gobernantes
La identidad principal del peronismo clásico era el trabajador y ahora poco a poco la pierde. Hoy de aquel partido de masas quedan solo los líderes planeros y movimientos sociales, donde los adeptos tienen el manejo y el control por medio de una tarjeta que manejan a piacere y con eso se aseguran bastante la tranquilidad y calma en las calles. Aunque hay indicios y certezas de que luego esos votos no son leales al amo, son volátiles, ya que la gente no come vidrio y percibe una gran escalada de corrupción que nos ha dejado el peronismo y el kirchnerismo en particular.
El Kirchnerismo se cree eterno porque forma parte de un peronismo cobarde y sin audacia para pelear que solo se ocupa de mantener sus cargos mientras busca reafirmar su identidad con algún quijote peronista que se le anime al desafío para construir un nuevo peronismo.
Mientras tanto, Juntos parece estar muy seguro de ser la única alternativa al gobierno, y las encuestas le muestran día a día que no es así. Juntos debería saber que está a tiempo de conseguir que la gente se enamore de un proyecto de gobierno en una coalición opositora. ¿Absorberá el ingreso de un sector del peronismo que no quiere sumarse a las manos del kirchnerismo?
Si Juntos quiere aprovechar la ventana de oportunidad de los conflictos y errores del oficialismo, deberá, primero que nada, unirse, discutir ideas y planes. Es decir que deberá hacer el verdadero diagnóstico de la situación electoral y de gobierno para poder hacerse con el cargo de opositor favorito para estas elecciones, ya que este gobierno solo deja un maldito paquete de crisis y de reclamos.
Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.
William Shakespeare
Fuente: https://www.perfil.com/ El autor es analista político. Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, doctorando en Comunicación (Universidad Católica Argentina), magister en Comunicación y Marketing Político en la USAL. Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Profesor protitular en la UCA.