Por Emilio Grande (h.).- ¿Qué moviliza a los peregrinos de distintos lugares desde hace 35 años para ir a Saguier?
¿Por qué en este santuario mariano distante 27 kilómetros de Rafaela se producen bendiciones, conversiones y renovación espiritual? ¿Qué significado adquiere el lanzamiento del año jubilar por los 50 años de la creación de la diócesis de Rafaela?
Con la bendición del obispo Carlos Franzini frente a la Catedral San Rafael, a la medianoche del sábado último partió la peregrinación, bajo el lema «Unidos a María, renovemos nuestro compromiso misionero», con un grupo estimado de 600 personas del cual el 90% eran jóvenes, pero se fueron sumando gente de Roca, San Antonio, Vila y de otras localidades.
Los peregrinos hicieron promesas, fueron a dar gracias y ofrecieron intenciones.
En lo personal seguí la transmisión por LT28 con la conducción de Adriana Bergero y Silvia López. «El evangelio de hoy (por ayer) habla de la fe, del don recibido, hay que cuidar y alimentar con la Palabra, la eucaristía y los hermanos», destacó el Obispo diocesano en la misa del peregrino ante un millar de personas, frente a la plaza en una madrugada fría.
Y agregó: «iniciamos el año jubilar de gracia para renovar la fe y el espíritu misionero que Dios nos ofrece por los 50 años como Iglesia diocesana, profundizando el encuentro con Jesús en una vida plena, a pesar de los pecados y debilidades. El Papa nos regala el don de la indulgencia plenaria, borrando del corazón todo vestigio de pecado».
Hubo cuatro misas con la compañía de la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de la diócesis, que comienza con una recorrida misionera por el territorio diocesano y culmina el 10 de octubre del 2011. En total se puede estimar una concurrencia de unas 2.000 personas y en el templo se colocaron fotos con motivo de la 20ª peregrinación gaucha.
UN POCO DE HISTORIA
Los inmigrantes piamonteses llegaron a esta región con la devoción de la Virgen del Milagro. Un hecho silencioso ocurrió en Saguier en 1915 que explica el auge de esta devoción. Vivía en la zona rural la familia Chianalino. Pedro se enfermó afectado por flemones periamigdalinos que inflamaban su laringe, mal que en esa época era muy grave porque podía producir la muerte por afixia.
Una noche tormentosa Pedro se agravó porque le faltaba el aire y su esposa Josefa Servino se arrodilló y le pidió fervorosamente a la Virgen que salvara a su esposo con la promesa que los 9 de octubre de cada año haría rezar una novena y celebrar la misa con procesión.
Mientras se quedó adormecida una visión maravillosa apareció frente a sus ojos que le decía: «Tu marido se va a curar. Cumple tu promesa».
Quiso tocar el manto de la Virgen pero la visión se desvaneció y en ese momento comprobó con asombro que su esposo se había curado.
Además de los cuatro hijos que tenían luego de la sanación vinieron otros cuatro a la familia. Pedro se murió a los 92 años el 14 de agosto de 1976. Josefa cumplió su promesa y con perseverancia difundió la devoción a la Virgen del Milagro.
La primera peregrinación juvenil a Saguier se organizó en 1975 con un grupo de 30 chicos del Movimiento Mailín que funcionaba en el Colegio San José de Rafaela. Al año siguiente fueron 400 jóvenes de distintas parroquias.