Traslado de la sede primada: «una reparación histórica y eclesiástica para nuestra Patria»

El flamante arzobispo primado de la Argentina, Vicente Bokalic, presidió la misa en la catedral santiagueña, ante la presencia de gran cantidad de fieles que celebraron jubilosos la nueva sede primada.

Con gran alegría, el pueblo santiagueño se reunió en la catedral basílica de Nuestra Señora del Carmen de la capital provincial para vivenciar el histórico traspaso de la sede primada de la Argentina desde Buenos Aires a Santiago del Estero.

El lema «Santiago, primera en misión: ‘Vayan y cuenten'» guio la celebración este sábado 7 de septiembre, que fue presidida por el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic CM, y concelebrada por el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ; el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva; el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, Oscar Ojea; el secretario general del Episcopado y administrador apostólico de La Plata, Alberto Bochatey OSA; el obispo auxiliar de Santiago del Estero, Enrique Martínez Ossola, junto a una veintena de obispos y decenas de sacerdotes de el país, así como peregrinos procedentes del interior santiagueño y de otras provincias, encabezados por las imágenes de Nuestra Señora de Sumampa y de Luján.

De la celebración eucarística participaron el gobernador Gerardo Zamora, el vicegobernador Carlos Silva Neder, senadores, diputados nacionales e intendentes del territorio santiagueño. En nombre del Gobierno Nacional, lo hizo el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, y el director de Culto Católico, Agustín Caulo.

En este marco, las cinco parroquias de la ciudad, que integran el Decanato Banda, participaron activamente de la misa, con una procesión que partió desde la parroquia Santiago Apóstol recorriendo más de 7 km hasta el templo catedralicio.

Un momento central fue la lectura de la bula pontificia, a cargo del nuncio apostólico en la Argentina, Miroslaw Adamczyk. El representante papal oficializó de ese modo a Santiago como sede primada de la Argentina, elevando esa jurisdicción episcopal a arquidiócesis y nombrando a monseñor Bokalic como arzobispo y primado.

El documento, leído por el nuncio al inicio de la celebración, recuerda que el Papa «Pío V, en el año 1570, erigió la primera sede episcopal de la que hoy es la República Argentina, en la ciudad de Santiago del Estero, desde cuya catedral, templo dedicado a Dios en honor de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el anuncio salvífico del Evangelio resonó por todos lados en la región tucumana».

Por ello, concede «que esta Iglesia sea signada con un privilegio de especial honor», y establece y determina «que la Sede Episcopal de Santiago del Estero sea elevada al grado y dignidad de Sede Arzobispal, permaneciendo sufragánea de la Sede Metropolitana de Tucumán; además, promover al obispo de Santiago del Estero, el venerable hermano Vicente Bokalic Iglic CM a la dignidad arzobispal» para, finalmente, transferir el título de Primada de la Argentina desde la Sede Metropolitana de Buenos Aires a la Sede Arzobispal de Santiago del Estero y, según la norma del canon 438 del Código de Derecho Canónico, conceder el título de Primado al Arzobispo pro tempore de esa misma Sede ahora arzobispal.

«La variedad de Iglesias locales debe ser congregada en la unidad, para que los vínculos de íntima comunión sean fortalecidos, y para que cada uno, según ha recibido la gracia, la administre a los otros, como buen dispensador de la multiforme gracia de Dios», establece la bula que lleva la rúbrica del pontífice argentino.

«Rogamos a Dios, de quien procede todo bien, para que ilumine siempre el corazón y la mente de los fieles en Argentina y los haga fecundos con su amor; de manera que, investigando cuidadosamente los acontecimientos cotidianos, puedan gozar de progresos verdaderamente espirituales en la gloria», concluye, y pide «que esta Constitución sea respetada constantemente, no obstante cualquiera disposición en contrario».

-> Texto de la bula (PDF)

Una reparación histórica y eclesiástica para nuestra Patria

La homilía estuvo a cargo del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien destacó que «esta es una reparación histórica y eclesiástica para nuestra Patria; es dar este título de honor a la primera diócesis en territorio argentino, la diócesis del Tucumán, erigida en estas tierras santiagueñas en 1570».

«Me imagino hoy al título de la Primada pidiéndole prestada a los compositores Federico Ferreyra y Onofre Paz, la estrofa de una de sus chacareras y cantando: ‘Dejé mi tierra cantora por conocer otros pagos, voy andando los caminos, pero mi alma está en Santiago. Cuando yo pegue la vuelta, no sé ni cómo ni cuándo, tierra madre he de contarte, lo mucho que te he añorado’. Y aquí está de vuelta, aquí está la Primada en la ciudad, madre de ciudades; en la Iglesia diocesana, madre de diócesis», comenzó expresando el prelado.

«Hoy hacemos el camino de vuelta, pero lo queremos recorrer como Mama Antula: descalzos y con el crucifijo. Descalzos de prejuicios y de intolerancias, descalzos de rencores y egoísmos, descalzos de miedos y enfrentamientos, descalzos y caminando con respeto y con cuidado porque entramos en tierra sagrada, en esta tierra fecunda que parió la Patria», describió.

«Y con un crucifijo, porque como Mama Antula, queremos renovarnos en el anuncio del amor de Dios a todos los hombres y mujeres, de un Dios que nos ama tanto que entregó la vida por nosotros; por eso es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo», puntualizó.

Asimismo, el arzobispo porteño planteó: «Queremos hacernos cargo que no nos sabemos escuchar; que, en lugar de oír al otro, lo que nos gusta es escucharnos a nosotros mismos», y explicó que «así como existen los tapones de cera, también podemos tener tapones ideológicos que nos hacen intolerantes; tapones de soberbia intelectual que nos hacen dueños de la verdad que opinan de todos los temas; tapones del relato, porque nos construimos nuestra propia realidad dando respuestas a preguntas que nadie se hace y diciendo palabras que a nadie le interesa escuchar ni le sirven; los tapones del siempre se hizo así, apagando la creatividad de lo nuevo; los tapones de la nostalgia, creyendo que todo tiempo pasado fue mejor».

Sin embargo, monseñor García Cuerva también celebró «la decisión del Santo Padre de transferir el título de Primada a la sede de Santiago del Estero», y concluyó pidiendo a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Sumampa y de Luján, «que nos anime como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos a concretar el sueño de la fraternidad en la mesa de los argentinos».

-> Texto completo de la homilía

Santiago, una tierra bendecida: madre de diócesis

Finalmente, el flamante arzobispo primado de la Argentina, Bokalic, pronunció una acción de gracias por «esta jornada histórica para nuestro querido Santiago del Estero, tan llena de alegría, de encuentros, de memoria de acontecimientos fundantes de nuestra Iglesia y de nuestra patria y de renovada esperanza mirando hacia el futuro».

Al hacer referencia al hecho de que la Iglesia de Santiago del Estero se convierte, además de en Madre de Ciudades, en Madre de las diócesis de la Patria, indicó: «Pareciera que Santiago está marcado por este carácter maternal». En este sentido, sugirió que «el acontecimiento de hoy nos compromete a acrecentar el espíritu hospitalario. En una Patria herida por desencuentros, rencores y grietas estamos llamados a aportar a la convivencia fraterna donde todos tengan lugar, donde no sobre nadie. Y donde se sufre por la ausencia de los otros, porque estamos todos invitados al Banquete», destacó.

Haciendo memoria, también reconoció las grandes órdenes religiosas -aun presentes en la actualidad- que pusieron las bases de la Iglesia y animó, como en aquel 1500 cuando llegó la Buena Noticia del Reino de Jesús, «en esta hora feliz para nuestra Iglesia estamos llamados a primerear en la misión. Ser conscientes que nacimos de la Misión debe ser nuestra misión como estilo de vida permanente», aseguró.

«En la escuela de Jesús, el ser primero es ser servidor de todos. Ser primero no es ser superiores, mejores y por sobre los demás. El primero del que hablamos es el inicial, el naciente», sostuvo, y recordó que «la actitud de servicio que mejor refleja esta realidad de Jesús y de la Iglesia servidora es inclinarse a lavar los pies de los hermanos como Jesús en la hora de la Pasión».

En ese marco, consideró: «Por ser una Iglesia Primada por nuestros orígenes estamos llamados a construir una iglesia Madre, que es Comunión en la diversidad, samaritana, servidora, cercana y cordial, hospitalaria siempre de puertas abiertas para todos, creando puentes de encuentro, escucha y diálogo, una Iglesia en la que aprendamos el lenguaje del perdón para restablecer vínculos rotos, promoviendo todas las iniciativas que dignifiquen a los hermanos».

«Que unida a las Iglesias hermanas, podamos ser signos de esperanza en medio de tanto desaliento, cansancio y pérdida de sentido. Es responsabilidad de nuestra hora: desde nuestra condición de Iglesia que primerea en el servicio y un amor que se hace efectico con obras de caridad», animó.

Por último, Bokalic aseveró: «Nacimos iluminados y bendecidos por el Señor de los Milagros de Mailín, bajo la protección y en las manos de nuestra amada Señora de la Consolación de Sumampa y hoy animados por nuestra santita santiagueña, Mama Antula, para llevar el amor de Dios a todos hasta el final del mundo».

-> Texto completo de la alocución de Mons. Bocalik

Fuente: https://aica.org/

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