Por Emilio Grande (h.).- Este 24 de octubre se celebran 139 años de la formación de Rafaela y para los creyentes católicos es el santo patrono San Rafael, pero pasan los años y todavía no se concretó un anhelo mayoritario de los rafaelinos: que este día sea definitivamente feriado como lo tienen grandes ciudades y pueblos de la Argentina.
Es un feriado a medias porque es nula la actividad en la administración pública en los tres niveles, el sector bancario y el nivel educativo. Pero para el comercio y la industria es un día laborable más.
¿Qué dice la normativa vigente? El 28 de mayo de 1979, el entonces gobernador de Santa Fe Jorge Desimoni firmó el decreto 1435, donde declara “día no laborable con carácter permanente para cada localidad de la provincia el día de su santo patrono». Pero el artículo 2º es contradictorio, afirmando que “los días no laborables que se establecen precedentemente serán, sin excepción, optativos para el comercio, la industria y la banca”.
Ciertamente, es necesario que haya una ley provincial que disponga el feriado como tal, pero la mayor responsabilidad le cabe a la dirigencia política local, especialmente el senador Alcides Calvo (está “atornillado” en su banca desde 2002) y los diputados Juan Argañaraz y Pablo Pinotti (ambos asumieron el 10 de diciembre de 2019) para presentar un proyecto en la Legislatura provincial y convencer a sus pares sobre la necesidad de aprobar una norma en ese sentido.
“Se podría plantear un proyecto a nivel provincial, está muy buena la idea, y parece importante que también lo trate el Concejo Municipal; esas etapas se deben llegar con diálogo y consensos”, opinó Argañaraz el sábado pasado en este programa radial.
¿Tan difícil es concretarlo? También se puede hacer una movida ciudadana de participación popular juntando firmas. Si alguna vez se logra ese objetivo será la oportunidad para rendir tributo al santo patrono para los que somos creyentes y a los antepasados que cimentaron la colonia desde 1881, como así también un día de descanso para reflexionar sobre los problemas y desafíos de la ciudad, de recreación familiar tan necesaria en estos tiempos y la posibilidad de participar en actividades oficiales, culturales y religiosas.
Hablando de repensar sobre la Rafaela actual y del futuro en el contexto de la pandemia y la eterna cuarentena, los reclamos más comunes de la gente al recorrer los barrios son los siguientes: combatir la inseguridad, el consumo de drogas que afecta especialmente a los más jóvenes, el aumento del desempleo y la pobreza, mejorar el tránsito caótico con sendas peatonales y playas de estacionamiento, convertir la ruta 34 en autovía (están construyendo el sector Rafaela-Angélica), mejorar la presión de agua con otro acueducto (están poniendo los caños), extender gas natural, centro de radioterapia, tribunal de cuentas para controlar al Ejecutivo (el Concejo aprobó una auditoría externa), descentralizar el Estado municipal, eliminar bombas de estruendo, entre otros.
A decir verdad, desde hace años no hay una planificación con prospectiva de la dirigencia, en especial la política, en la gestión a largo plazo porque Rafaela está creciendo vertiginosamente a pasos agigantados y lo más grave es que no para de crecer… ¿Están los políticos y la dirigencia en su conjunto a la altura de las circunstancias o siguen anclados en el cortoplacismo coyuntural?