Por Emilio Grande (h.).- Uno de los seminarios de la Maestría en Comunicación Estratégica fue sobre «Tecnología y sociedad» a cargo del colombiano Felipe Angel, provocador y reflexivo, con su particular y risueña carcajada casi permanente, que contagiaba a los alumnos y traspasaba las paredes del aula; en algunos casos llegó a molestar a otro grupo que estaba cursando pared de por medio, preguntando el visitante irónicamente: «¿nosotros nos estamos riendo…?».
Casi todos los docentes de esta Maestría de la Facultad de Ciencia Política y RR.II. de la Universidad Nacional de Rosario brindaron sus clases acompañados por su notebook y el soporte tecnológico del cañón y una pantalla, emitiendo frases, imágenes, videos, según cada caso.
Entonces uno esperaba en este seminario utilizar los mismos recursos tecnológicos, más aún el título del mismo. En cambio el caleño Angel (de la ciudad de Cali) apareció solamente con su lápiz y «libretika» de miniatura, para anotar vaya a saber qué cosas…
Una de las primeras preguntas que actuaron como disparadoras fue si ¿la comunicación es una ceremonia?, armándose un gran debate entre el profesor y los alumnos provenientes de distintas provincias argentinas, del Uruguay, Colombia y Venezuela, siendo una típica postal latinoamericana.
Así, la discusión giró sobre la ceremonia, sus cosas centrales de la vida, el contrato social previo, la ritualidad (a veces vacía de contenido y compromiso), los cambios tecnológicos desde la imprenta hasta internet, la instrumentalidad, lo escrito versus la oralidad, la ceremonia global, si hay preparación o es espontánea, la globalización que busca simplificar frente a las varias interpretaciones como por ejemplo la señal de humo o la yerba mate (en Colombia y en otras culturas está asociada a la marihuana).
Todas las ceremonias no son iguales sino que dependen del mensaje y su contexto, de su preparación y lo espontáneo, ¿el comunicador puede reducir la brecha entre polisemia (pluralidad de significaciones de una palabra) e interpretación?, en el marco de la comunidad de sentido que son pensamientos y saberes de un grupo determinado de personas.
En lo personal, toda comunicación humana apunta a determinados objetivos del emisor que conlleva ciertas ceremonias y rituales, pero al mismo tiempo el receptor-perceptor (este último concepto de Daniel Prieto Castillo) interpreta y decodifica diversos mensajes, en el marco de un proceso dinámico, complejo y fluido, que son los nuevos paradigmas que estudiamos y trabajamos a lo largo del cursado de esta Maestría ya finalizada (entre agosto de 2012 y noviembre de 2013).
Al mismo tiempo, fue analizado el fluir de la energía solar, la biodiversidad, que se establece en las plantas, los animales y las personas. La tecnología es una extensión del ser humano, se manifiesta en las fumigaciones, los transgénicos, los celulares, entre otros.
¿Cómo es la adaptación a las distintas situaciones y la domesticación del agua y las comidas? Así se termina homogenizando la producción y el sistema, desapareciendo la diversidad.
¿Son respetados los derechos de la naturaleza? Toda herida que se produce en la madre Tierra es una herida en el cuerpo social. La modernidad instrumental propició la «dictadura» de la precisión, imperando como ejemplo la olla hirviendo, ser o no ser en una lógica binaria. De esta manera, se termina adaptándonos a la tecnología instrumental del Primer Mundo.
MEMORIA GENETICA
Otro de los tópicos abordados fue la memoria genética en relación a la recordabilidad: el espíritu, el alma, el corazón de cada persona y su mundo interior. ¿Por qué no soy feliz en una sociedad materialista que privilegia el tener y el poder sobre el ser?
Desde una mirada humana, queremos alcanzar la felicidad con las cosas materiales, lo exterior, el quedar bien, relegándose los valores. Hay una incomunicación bregada en este mundo que produce el autismo de los sentimientos en el marco de la filosofía postmoderna de la individualidad.
En la crianza familiar, cómo es la comunicación con el niño para meterme en su lógica, pero muchas veces se cae en las órdenes de «te vas a caer», «cruzar la calle», pero hay que darle el tiempo de crecimiento. Especialmente en el Tercer Mundo hay una complicidad en la construcción de las emociones y las vivencias.
Pero siempre está presente en clave cristiana el espíritu que fluye, interpelando la conciencia de cada uno lo bueno y lo malo de las acciones humanas. Ahí aparece la autocrítica que permite valorar las cosas buenas y criticar aquellas situaciones equivocadas no para reprimir sino para tratar de mejorar y no volver a realizarlas, como así también la pulsión psicológica desde una mirada freudiana y la interioridad construida desde la espontaneidad.
También aparece el pragmatismo en la educación, la educación «bancaria» según Paulo Freire, la vivencia por encima de la comunicación, la información versus la comunicación verbal y no verbal.
Por otro lado, el uso de internet ¿perdió la mitad del mensaje comunicativo, lo emocional y lo gestual? ¿Hay una fragmentación de los sentidos que se va como perdiendo?
Ciertamente esta tecnología condiciona las relaciones humanas con la tentación de buscar comunicarnos a través de las redes sociales por encima de los encuentros interpersonales.
Una cosa no quita a la otra, el secreto es poder integrarlas. Por ejemplo, la plataforma «skipe» es superador al tradicional teléfono. Cuando nos comunicamos, por ejemplo con mi hermano Antonio radicado en Roma, lo hacemos sin límite de tiempo real porque es gratis, pero a veces hay algunos problemas con la imagen y el sonido.
La comunicación gráfica por internet depende de la estrategia comunicativa a emplear para buscar lograr el objetivo propuesto sin olvidar la parte emotiva.
¿EL SILENCIO COMUNICA?
Es uno de los recursos poco utilizados en la comunicación humana, masiva y en las redes sociales, en un contexto de «rapidez social». ¿Será que el silencio reproduce sensaciones internas colectivizadas como la tristeza y el aburrimiento?
La experiencia del silencio ayuda a pensar, meditar, reflexionar, escuchar al mundo exterior, mi propio interior y la voz de Dios para los creyentes. ¿Por qué la sociedad instrumental se olvidó de la ceremonia del silencio? ¿Cuántas personas no pueden vivir en silencio ni apenas un rato, teniendo siempre algún equipo (musical, TV, radial) encendido?
Sin embargo, no son pocos los que se retiran del «ruido» urbano para estar en contacto con la naturaleza para escucharse a uno mismo, las voces de los animales y también participar en algunos retiros espirituales para escuchar lo que el Espíritu quiere comunicar.
El visitante colombiano citó algunas enseñanzas que dejó Mahatma Gandhi como la tecnología aplicada al contexto local de la India al enseñar el hilado de la ropa, la comunicación en silencio al ser el inspirador de la «marcha de la sal» en protesta a los impuestos de ese producto. O las recordadas marchas de la madres de Plaza de Mayo con sus pañuelos blancos en medio de la dictadura argentina.
Los debates también giraron sobre ¿si la música es comunicativa?, ¿si tener un hijo es comunicación?, ¿cómo es el silencio en internet?, ¿la comunicación depende de la rapidez del mensaje?, ¿por qué vivimos tan rápido? (las comidas rápidas, «fast food»), ¿no todo se puede comunicar?, ¿la violencia es comunicación?, la relación de uno con el entorno, los cambios de horarios, los trabajos rotativos generan problemas familiares y repercute en la productividad óptima, entre otros.
Para concluir, Felipe Angel reflexiona en Arqueología de la instrumentalidad»: «La esquizofrenia de la racionalidad occidental proviene de fundar sus sentires, prácticas y saberes en la premisa que taja un abismo entre la natura y lo humano»…