“Somos servidores, pero algunos por una consagración en el orden diaconal”

Destacó el obispo Torres en la homilía de la ordenación diaconal del seminarista rafaelino Lucas Pautasso (camino al sacerdocio) y Claudio Suárez (diácono permanente) de Tacural. “Estamos en un cambio de época, estamos llamados a ser contraculturales”, agregó.

Por Emilio Grande (h.).- Este viernes a la noche el obispo diocesano Pedro Torres presidió la ordenación diaconal del seminarista rafaelino Lucas Pablo Pautasso (camino al sacerdocio) y Claudio Hernán Suárez (diácono permanente) de Tacural, en la Catedral San Rafael llena de gente.

La ceremonia religiosa fue concelebrada por la mayoría de los sacerdotes y diáconos de la diócesis de Rafaela, como así también participaron familiares y amigos de los nuevos diáconos, especialmente de las comunidades de Tostado (departamento 9 de Julio), donde Pautasso presta sus servicios pastorales, y Tacural.

La parte central estuvo con el rito de consagración, que incluyó un interrogatorio del Obispo a los dos postulantes al diaconado, luego recibieron la imposición de las manos y evangelio, profesando obediencia al actual prelado y a los que lo sucedan en el futuro.

Durante la homilía, Torres destacó que “como decía santa Teresa de Calcuta, hemos sido llamados y hemos decidido amar y servir. Desde el Papa hasta el último bautizado somos servidores, pero algunos lo son por una consagración especial, que los inserta en el orden diaconal, constituyéndolos signos de Cristo servidor. Es la identidad, compromiso y fuente de nuestra alegría”.

Y agregó: “este ministerio de servicio queda patente al inicio del triduo pascual. El Jueves Santo, la liturgia regala el mandamiento del amor, la institución de la eucaristía y el sacerdocio. El evangelio de Juan que se proclama ese día, el evangelista vincula la eucaristía y la pascua al lavatorio de los pies, iluminando el sentido de la eucaristía desde el servicio”.

En otro momento, el titular de la Diócesis dijo que “el diácono es sacramento de Cristo redentor, que a la luz del evangelio de hoy es sembrador sobreabundante, generoso, podríamos decir hasta descuidado. Todo lo contrario de un calculador, el amor no calcula, el servicio de amor no se puede vivir en la idea de la lógica del cálculo. Descubrir el servicio desde la eucaristía, que es alabanza al Padre, en la Pascua es alianza nueva y eterna. Estamos llamados a eucaristizar la existencia”.

“En esta dinámica de dar se produce la comunión, la vinculación, la participación, la paz. La última cena, cada eucaristía, es escuela de servicio. Entremos por la adoración en el misterio para aprender a servir”, señaló.

En los tramos finales, Torres dijo que “en el hoy de la historia, en el año del Jubileo de la esperanza, tenemos un mensaje de luz en un tiempo de crisis; estamos en un cambio de época, estamos llamados a ser contraculturales. Ser sal, ser luz y ser fermento en la masa o mejor promotores de esperanza en una cultura alternativa, eclesial y mundial”.

“La cultura de la sinodalidad y de la fraternidad, de la misericordia, de la solidaridad, de la centralidad de lo pequeño y del pequeño, promoviendo con simplicidad diaconal la hospitalidad, la compasión, la mística del servicio como camino de grandeza”, testimonió.

Archivos
Páginas
Scroll al inicio