Por Emilio Grande (h.).- Esta noche se realizó el vía crucis de la ciudad alrededor de la plaza 25 de Mayo, participando una multitud de personas para rezar y meditar las 14 estaciones sobre la pasión y muerte de Jesús, el que fue animado por oraciones, meditaciones y canciones alusivas.
Al término del recorrido, el obispo diocesano Pedro Torres reflexionó en el atrio de la Catedral San Rafael: “nos hace bien caminar juntos -es lo que significa la palabra sinodalidad- junto a Jesús, a nuestros sacerdotes (de las distintas parroquias, a quienes invitó a pasar al frente y también a las religiosas de Don Orione) porque en estos días son instrumentos de misericordia. He visto cuántos gestos de amor, cuántos papás y mamás llevaban en brazos a sus hijos. Qué importante cuando caminamos juntos tener gestos de amor. Ser Iglesia hoy es caminar y estar juntos al pie de la cruz”.
Y agregó: “Si Juan y María pudieron estar al pie de la cruz era porque sabían del amor de Dios y creyeron en él. Hemos buscado la felicidad y hemos fracasado muchas veces, y Jesús nos dice en esta cuaresma y en esta Pascua «si conocieras el don de Dios y quien te dice dame de beber, tú le pedirías» y te daría una fuente que salta hasta la vida eterna; esa fuente es el bautismo, que no es un momento de la vida sino una fuente que nos devuelve la vista”.
En otro momento de su alocución, dijo que “estamos invitados a ver que sólo el amor vence la muerte y da fuerza para construir por la paz, la verdad, la justicia, una humanidad nueva. Hemos conocido el amor de Dios y lo hemos palpado en la ternura de María. ¿Qué sentiría María cuando recibió el cuerpo de Jesús, que era fruto de sus entrañas y de su amor? Si Jesús con 12 pescadores y hombres simples cambió la historia, nosotros podemos cambiar la historia si somos coherentes, fieles y testigos de la ternura del amor de Dios, que no se cansa de perdonar y de invitar a que comencemos de nuevo”.
Pasión del Señor
En este Viernes Santo también se vivió la celebración de la pasión del Señor en la que Jesús dio su vida por amor, muriendo en la cruz por los pecados de la humanidad. “Quien sabe de la cruz lo sabe todo, quien no sabe de la cruz no sabe nada, así enseñaba san Juan de Avila (sacerdote español, 1499-1569) en un tratado sobre la vida espiritual y la santidad de todos los bautizados. Santo Tomás de Aquino (sacerdote italiano, 1225-1274) decía que en la cruz se encuentra el resumen de todas las virtudes. Allí nos amó hasta el fin, de su costado abierto brotó sangre y agua; el evangelio que hoy hemos anunciado (Jn 18, 1-19, 42) es inagotable”, remarcó Torres en el templo mayor de la Diócesis, celebración concelebrada con el párroco Alejandro Mugna.
“Este es el misterio de la Pascua -continuó- que completado con el anuncio de la resurrección porque la muerte ha sido vencida, no tiene la última palabra, es lo que celebramos en cada eucaristía y cada domingo: el amor de Cristo, la vida nueva que nos da porque entregó su Espíritu”.
En otra parte de su homilía, el obispo diocesano invitó de una manera especial a que “nos detengamos en el regalo que nos hace desde la cruz, en ese diálogo junto a su madre, la hermana de su madre María mujer de Cleofás y María Magdalena; al ver a la madre y cerca al discípulo a quien él amaba (Juan) Jesús dijo «mujer ahí tienes a tu hijo». Juan nos hace descubrir a María es la nueva Eva y a Jesús el nuevo Adán, de su costado abierto va a brotar la vida que nosotros tenemos y somos, la vida de la Iglesia, cuerpo místico de Jesús. María y Jesús dan vuelta la historia”, para agregar que “María participa de la pasión de Jesús con el corazón traspasado; María y Jesús se hacen cargo de nuestro pecado”.
Más adelante, Torres dijo que “sólo el amor sana, Jesús sana al mundo, es el único salvador, María participa de este misterio; sanemos la apatía. El papa Francisco dice la tentación más grande de la Iglesia es la mediocridad o mundanidad espiritual, tenemos la tibieza en el corazón, la superficialidad, la acedia (tristeza, pereza). Este misterio de la cruz nos hace reencender el fuego, enciende Señor la llama de tu amor, ¿quién soy yo para Dios?”.
Y fue más allá: “Necesitamos purificar nuestros corazones, nuestras familias, nuestra patria, tan enferma de convulsión, de impunidad, de apatía, y no basta protestar, hay que animarse a cambiar allí donde estoy yo, viviendo con responsabilidad mi trabajo, mis servicios, viviendo con honestidad hasta cuando voy a hacer las compras al kiosco”.
Vigilia Pascual
Las celebraciones continuarán en la Catedral San Rafael con la siguiente programación:
* Sábado Santo: a las 20:00 la vigilia pascual.
* Domingo de Pascua: las misas serán a las 8:30, 11:00 y 20:00 horas.