Se enamoraron del cepo

En campaña, el año pasado, el actual Presidente dijo que una de sus prioridades era levantar el cepo. Sin embargo, ahora el Gobierno no parece apurarse en cumplir esa promesa.

Por Guillermo Briggiler.- El Presidente de la Nación y su equipo manifiestan, desde la campaña electoral del 2023, que es extremadamente necesario para el crecimiento y la sanidad económica, la finalización de las restricciones cambiarias impuestas en el tramo final del Gobierno de Mauricio Macri, quien había levantado en 2015 el cepo aplicado por Cristina Kirchner en 2011, pero luego debió reimplantarlo al final de su mandato, cuando ya había perdido las elecciones en las cuales buscaba la reelección.

En la actualidad, parecería que ministro de Economía Luis Caputo no está tan apurado en finalizar dichas restricciones y ha declarado que necesita que se den algunas condiciones cruciales en la economía argentina para poder levantar el cepo cambiario. Con la aprobación en el Senado de la Ley Bases, la inflación en proceso de disminución, los acuerdos con el FMI, el BCRA capitalizándose y el riesgo país bajando, solo resta que captemos inversores para que el país pueda crecer y con esto se genere empleo y comience a gestarse una situación de bienestar para la población.

La manera de atraer inversores es cortejar a los tenedores de capital para que una vez seducidos por Argentina, decidan invertir acá, en lugar de radicarse en países vecinos. Para ello es necesario que tengamos un marco institucional acorde. Las marchas, peleas internas, los autos quemados en las inmediaciones a la Plaza de los Dos Congresos, así como las distintas grietas que nos autogeneramos, peronistas y antiperonistas, derecha contra izquierda, ateos contra católicos o libertarios contra todos, entre otros, flaco favor hacen a todos los ellos que pueden reunirse bajo del nombre de argentinos.

Pero además de esto, tenemos un cepo cambiario que también espanta inversores -en especial, extranjeros-, ya que es un conjunto de restricciones y controles impuestos sobre la compra y venta de divisas extranjeras que limita las operaciones de ciudadanos y empresas. El propósito inmediato es el control de la salida de divisas del país y la estabilización del tipo de cambio, pero cuando se vuelve permanente hace más daño que el motivo por el cual se instituyó, la protección de las reservas internacionales, la contención de la inflación, la protección de la economía local frente a fluctuaciones bruscas en el tipo de cambio, entre otros factores.

Pero al sostenerse en el tiempo, tengan presente que convivimos con cepo durante más de 10 años de los últimos trece y esto genera, escasez de dólares, mercados paralelos para la fuga de capitales, impacto social por falta de bienes importados y encarecimiento de estos y, lo más grave, desincentivo para la inversión extranjera, ya que nadie va invertir en el país si no puede luego, girar utilidades o simplemente llevarse el capital invertido originalmente. Aquí preguntamos al lector: ¿Llevaría vacas al campo de un vecino, si sabe que no puede recuperarlas? ¿Pondría dinero en un banco a sabiendas que es imposible recuperarlo? La respuesta tajante sería no, por lo que entendemos el motivo por el cual Argentina hoy carece de negocios y su Producto Bruto Interno retrocederá este año, reflejo de la situación que el ciudadano ya está percibiendo en sus bolsillos y actividades.

Sin embargo, no vemos en los funcionarios de economía urgencia en la salida de estos controles cambiarios, más allá de las sugerencias del FMI. Caputo manifiesta que el equipo económico del Gobierno no ha fijado una fecha exacta para salir del cepo cambiario debido a la imposibilidad de prever el momento adecuado, pero sí ha diseñado una estrategia para levantar los controles y en ella nos aventamos para ir tratando de adivinar cuan cerca de que se termine estamos. Expresó algunas condiciones que deben darse, la primera, lograr equilibrio fiscal permanente en las cuentas del Estado, una meta que el Gobierno viene superado todos los meses desde que asumió. Otra condición que manifestó es resolver el problema del exceso de pesos en circulación, lo cual ejerce presión sobre los niveles de inflación, es el actual apretón monetario que la población sufre, principalmente con el aumento de tarifas y servicios que está generando recesión. Y la última es la capitalización del Banco Central para mejorar la relación entre reservas y pasivos de su balance. En estos tres puntos dice que ha avanzado mucho, lo que significa que estamos más cerca, pero a nuestro entender están enamorados de esta medida, que por un lado, fue colocado por antecesores políticos, y hoy les da cierta tranquilidad tenerlo, aún con lo imprescindible que es su finalización para poder crecer.

Mientras tanto, el aumento del dólar blue en las últimas dos semanas y la mayor brecha con el oficial renueva el debate sobre si hay o no atraso cambiario.

De la última revisión del FMI se desprende que estamos algo más cerca del levantamiento, ya que éste está recomendado la salida de las liquidaciones de exportación al dólar blend (20% al Contado con Liqui y 80% al mercado de cambios) y reemplazarlo por una estructura que sirva para levantar el cepo.

Pero por ahora, el enamoramiento es más fuerte.

#BuenaSaludFinanciera @ElcontadorB GuilleBriggiler. Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/

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