Por Emilio Grande (h.).- Haciendo cierto el eslogan “La fiesta del campo en la ciudad”, la Sociedad Rural de Rafaela día a día va intensificando las actividades de organización y, por su parte, los preparativos de los futuros expositores.
La muestra se desarrollará entre el 3 y el 6 de agosto próximo y en el vasto programa para destacar el 97° Concurso de Vacas Lecheras (único en el país ininterrumpidamente) ofrecerá una novedad que cuenta con el apoyo de la Asociación de Criadores de Holando Argentino (ACHA), novedad que consiste en lo siguiente: por primera vez tal concurso no se hará en las instalaciones ruralistas de avenida Brasil 497, sino desde su lugar participarán los establecimientos cuyos propietarios estimen que poseen ejemplares dignos de ser evaluados con rango de competición.
El jurado designado es Javier Cassinieri, actual presidente de la Sociedad Rural de San Francisco, quien visitará uno a uno cada establecimiento inscripto, junto a un camarógrafo que tomará las imágenes de los ejemplares que se someterán a evaluación.
EL CARDO Y LA VACA LECHERA
El tema de otra edición de la muestra rafaelina en su 110° edición, considerada la más importante del interior del país, y, en consecuencia, la segunda después de la de Palermo en la Capital Federal, nos hace caer en la cuenta que resulta increíble que el cardo tenga su monumento en la calle Carcabuey, cuyo costó afrontó el Municipio, y después de tantos años de intenciones frustradas no se haya materializado el homenaje público a la vaca lechera.
Con el renovado impulso del presidente veterinario Pedro V. Rostagno y demás miembros de la comisión directiva, en acción conjunta de la SRR con la Municipalidad, la concreción de tal monumento la impide el financiamiento de la obra, que requiere muchos miles de pesos.
La Rural aduce no contar con los fondos necesarios y el gobierno municipal tampoco, estado de situación que hace pensar que podría ser superada, a poco que las autoridades municipales piensen en evitarse el remordimiento de conciencia y las críticas del sector ruralista, dada la importancia económica y cultural de lo que representan, el cardo y la vaca lechera, de lo que no existe punto de comparación.
Lejos, le gana el vacuno al vegetal, este que según las variedades, es comestible o plaga para dolor de cabeza y costo económico que deben afrontar los productores para combatirla.
Conclusión: si la obra del cardo se financió (superó los muchos miles de pesos) con fondos aportados por los contribuyentes, del mismo modo el Estado municipal tendría que proceder con el monumento a la vaca… Al respecto, ¿qué opinan los concejales y candidatos para las próximas elecciones?
Fuente: diario La Opinión, 20 de julio de 2017.