“San Rafael es una bendición para la Diócesis, la Catedral y la ciudad”

Expresó el obispo Torres en la homilía durante la misa en honor al patrono de Rafaela y la consagración del templo. “Es una bendición en tiempos de fragmentación y de tantos vínculos heridos”, destacó.

Por Emilio Grande (h.).- Este viernes a la noche fue celebrada la misa en honor a san Rafael arcángel (patrono de la ciudad) y la consagración del templo, presidida por el obispo diocesano Pedro Torres, en el marco de las celebraciones por los 144 años de la fundación-formación de Rafaela.

La ceremonia en la Catedral fue concelebrada por Alejandro Mugna, Alexis Cardo (párroco y vicario de San Rafael) y Walter Perello (párroco de San Pedro-Santa Josefa Rossello). También asistieron las funcionarias municipales Norma Becchio (secretaria de Educación y Cultura) y María Emilia Vidal (subsecretaria de Desarrollo Urbano y Metropolitano), y la concejal Mabel Fossatti, entre otros.

“Durante el año jubilar fuimos invitados a recordar que somos peregrinos de esperanza, que caminamos hacia la casa del Padre, que es nuestra esperanza porque venció a la muerte y al pecado. Quiso hacernos casa: ´Zaqueo baja pronto hoy quiero habitar en tu casa´ (Lucas 19,5); era la casa familiar, pero la casa del corazón. La vida es un viaje donde se van tejiendo historias de salvación”, destacó Torres durante su homilía.

Después desarrolló lo que dice el libro de Tobías en el capítulo 12 del Antiguo Testamento (leído una parte en la primera lectura): “es una historia sapiencial, vivificante y de sanación, donde Rafael, uno de los 7 ángeles que está frente al trono de Dios, cuyo nombre significa medicina de Dios, se hizo acompañante en el camino de Tobías (…) Acompañar es encontrar que caminamos con otros y hoy se usa sínodo, caminar juntos; es descubrir los que están a mi lado también tienen una misión, hay ángeles en nuestra vida que nos animan a caminar y somos, a la vez, somos ángeles para otros. Caminar con otros es guiar”.

Y agregó: “El protagonismo de Rafael es guiar como un maestro que motiva, está al lado, acompaña, enseña, sirve, transforma, refuerza y orienta. El que acompaña bien va desapareciendo para que el acompañado cobre protagonismo”.

“En el caminar de la Diócesis -añadió-, buscando la gracia de crecer en la fe, el año pasado pedimos el don ´escuchar amando´, de aprender a escuchar y este año damos un paso más ´aprender a acompañar´. Tenemos que saber quien nos acompaña en las cosas cotidianas y saber elegir los acompañantes espirituales, los que nos va regalando Dios en el camino para que nos enseñe como lo hizo Rafael a Tobit y Tobías (padre e hijo). Rafael les dijo que el mejor modo de pagar es bendecir a Dios, celebrarlo, hacer conocer las obras de Dios”.

Más adelante, Torres dijo que “dar gracias y alabar sana, perdonar y ser perdonado sana, tener a Rafael como compañero de camino es una bendición para la Diócesis, para esta Catedral y para esta ciudad; una bendición en tiempos de fragmentación y de tantos vínculos heridos; en vez de escucharse propuestas se escuchan descalificaciones y el rechazo del otro. Hay que sanar la fraternidad y la ceguera de una visión trascendente de la esperanza que dé sentido también a la misericordia, la reconciliación y al perdón”.

Finalmente, el titular diocesano remarcó que “los dolores cuando se comparten se alivian; las alegrías cuando se comparten se reduplican, se convierten en fiesta, se hacen celebración de amor de Dios donde la alegría no se termina, como no se terminó el vino en las bodas de Caná”.

“Esta casa es casa de encuentro, de hermanos y para todos; es como el corazón esta ciudad donde brilla un llamado: caminemos juntos; reconozcamos tantos dones que nos da Dios”, concluyó.

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