Por Emilio Grande (h.).- A partir de las elecciones generales de este domingo empieza a definirse el futuro de la Argentina en materia institucional, política y republicana de los próximos cuatro años, estando en juego tres modelos políticos: la continuidad del kirchnerismo en el poder, que volvió peor que cuando se fue en 2015 encabezado por el ministro de Economía Sergio Massa, o cambiar por otras propuestas opositoras con un salto al vacío de Javier Milei o la moderación de Patricia Bullrich, en un contexto de apatía en distintos sectores sociales observada en las elecciones PASO de agosto. Las restantes candidaturas de Juan Schiaretti y Myriam Bregman casi no miden en el electorado.
Conviene recordar que en las primarias presidenciales la victoria electoral de Milei sorprendió a propios y extraños, dejando un sinnúmero de análisis y opiniones en los distintos ambientes sociales, como así también en los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales.
En las PASO del 12 de agosto pasado fue una elección de tres tercios: Milei obtuvo el 30,04% (7.116.352 votos), “Juntos por el cambio” el 28,27% (6.698.029 votos), donde se impuso Bullrich sobre Rodríguez Larreta, y “Unión por la patria” el 27,27% (6.460.689 votos), venciendo Massa sobre Grabois.
En estos casi dos meses y medio que transcurrieron, el candidato de “La Libertad Avanza” se siente y se expresa como si ya fuera Presidente porque aspira a ganar en primera vuelta, pero todavía tiene que ratificar el resultado electoral este domingo. En este tiempo, siguió “metiendo la pata”, jugando a que la economía explote y el dólar se dispare, cosa que está ocurriendo al trepar los 1.000 pesos, sumado a las declaraciones de Alberto Benegas Lynch, cercano a Milei, quien propuso romper relaciones con el Vaticano, entre otros.
Para que Milei gane en primera vuelta necesitará obtener el 45% de los votos o una diferencia mayor a los 10 puntos sobre su inmediato perseguidor, como establece la Constitución Nacional reformada en 1994 en la ciudad de Santa Fe.
En este contexto, la Comisión de Desarrollo Humano Integral de la Diócesis de Rafaela emitió esta semana un documento “Las próximas elecciones: una oportunidad”, expresando que “nunca antes una elección nacional PASO (ni tampoco las generales, en estos últimos cuarenta años de democracia) dio como resultado un margen tan estrecho de diferencia entre los tres candidatos más votados. Este escenario de tercios es un indicador claro de que ningún candidato podrá gobernar sólo. Esta experiencia de límite y fragilidad puede llevarnos al riesgo de una deriva demagógica o autoritaria o, al contrario, alumbrar la posibilidad de una mayor participación y colaboración entre las fuerzas políticas, con las instituciones sociales e incluyendo a la ciudadanía, que deberá involucrarse en este proceso político más allá del acto eleccionario”.
Según distintas encuestas difundidas establecen que Milei estaría primero y luego Bullrich y Massa, alternando el segundo y tercer puestos. No nos olvidemos que en los últimos años las encuestas no le vienen pegando a los resultados, especialmente porque están mal confeccionadas.
Habrá que ver si los tres principales candidatos retienen los votos, los aumentan o pierden votantes, donde el 12 de agosto hubo una participación de casi el 70%, sumado a los que no fueron a votar en las PASO, que se estiman en casi 11 millones de votantes.
En ese escenario, es casi seguro que saltemos a un eventual ballotage el 19 de noviembre entre Milei y Bullrich o Massa. Por ahora, el candidato ganador todavía no tiene asegurada la victoria porque falta jugar el segundo tiempo, con la posibilidad de que haya alargue…
Este domingo se correrá el velo sobre la verdad que brindan los números reales de las elecciones, alegrando a algunos y en otros casos generando caras largas…
