Por María Inés Adorni.- Una vez le preguntaron a la barra de acero, ¿quién era la más fuerte del mundo?, y ella le contestó…No, el más fuerte es el fuego porque él me derrite, entonces le preguntaron al fuego si ¿él era el más fuerte de todo el mundo? y dijo no, es el agua porque a mí me apaga.
Entonces fueron con el agua y le preguntaron ¿tú eres la más fuerte del mundo?, no, es el sol, porque él me evapora.
Entonces fueron con el sol, y le dijeron, ¿tú eres el más fuerte del mundo?, no, porque la más fuerte es la nube porque cuando se pone enfrente de mi apaga mi calor.
Fueron con la nube y le preguntaron ¿nube, tú eres la más fuerte?, no la más fuerte es la montaña porque cuando me he enfrentado a ella me puede partir por la mitad, entonces fueron con la montaña y le preguntaron también y ella les dijo que el más fuerte es el hombre porque él puede destrozarme, con sus herramientas y maquinarias pueden convertirme en nada, fueron con el hombre y le preguntaron, ¿hombre tú eres el más fuerte de todo el mundo?, no. La más fuerte es la muerte porque ella tiene la potestad de quitar mi vida y la vida de cualquier persona, fueron con la muerte entonces y con mucho respeto le preguntaron lo mismo que a los demás, la muerte se sorprendió, se entristeció y respondió, por mucho tiempo fui la más fuerte de todo el mundo, pero hace poco más de dos mil años llegó un hombre que le quité la vida y al tercer día resucitó y fue así como me venció, ese es el hombre más fuerte de todo el mundo, su nombre es Jesús.