Por María Inés Adorni.- No podemos explicarnos, porque a veces Dios nos responde a nuestras oraciones y a veces no.
El ser humano emprende la vida a veces con estructuras que repite de nuestros ancestros y otros simplemente rompen esas estructuras y se lanzan a vivirla.
Es tu actitud lo que determina vivir la vida y ser feliz, los pensamientos positivos manifiestan las cosas positivas y los negativos, lo contrario.
Tu propio concepto es realmente lo que tu vez, no solamente en tu propio carácter o en tu cuerpo, sino en lo exterior, en tus condiciones de vida, en lo material.
Los pensamientos son cosas, pues cree, por ejemplo si tu tienes formas de pensar que sos saludable, pues tu cuerpo lo percibe y realmente es así.
Pues si cambias tu forma de pensar y el temor te gana y empiezas a creer en las enfermedades entonces te enfermas.
Si naciste en la riqueza y crees en ella serás siempre rico, pues si permites que alguien te convenza que tu destino puede cambiar, entonces cambiará.
Es hora que conozcas la verdad. Tu vida, lo que te ocurre, obedece a tus creencias, y a lo que expreses en tus palabras, es un principio.
¿Sabes lo que es un principio?, es una ley invariable que no falla jamás. Si en tu mente está la fe, erradicada en tu corazón, y crees, entonces sabrás la verdadera verdad.
Las leyes que nos gobiernan la vida, leyes llamadas de la creación, que casi todos pasamos nuestra vida, fabricándonos condiciones contrarias, viendo tomarse male, aquello que prometía ser tan bueno, tanteando, como quien dice a ciegas, sin brújula, timón, aprendiendo a fuerza de golpes y porrazos, o atribuyéndoles a la voluntad de Dios.
El ser humano, su vida, sus circunstancias, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más. Nacer con libre albedrío, significa, haber sido creado con el derecho individual de escoger que pensar, negativa o positivamente.
Lo que pensamos se establece en el subconsciente actuando como reflejo.
Cuando el ser humano sufre de alguna calamidad, va hacia Dios para que lo libere de eso.
El hombre ve que Dios te atiende a veces y que otras veces, inexplicablemente no atiende. En este último caso, es cuando sus familiares le consuelan diciéndole, hay que resignarse ante la voluntad de Dios, es decir que todos dan por asentado que la voluntad del creador es mala, pero al mismo tiempo la religión nos enseña que Dios es nuestro padre, un padre todo amor, bondad, misericordia, sabiduría y eterno.
Un padre todo amor e infinitamente sabio, pueda sentir y expresar mala voluntad hacia sus hijos, nosotros padres y madres mortales, no seríamos jamás capaces de atribular a ningún hijo a condenación.
Es natural vivimos ignorando las leyes básicas de la vida, nuestras calamidades las producimos con el pensamiento. En esto somos imagen y semejanza de nuestro creador. Las producimos nosotros mismos.
Y nos preguntamos, ¿por qué Dios a veces escucha nuestras oraciones y a veces no?
La oración es el pensamiento más puro, las vibraciones de luz más altamente positivas y más alto que se pueda pensar, o sea cuando pensamos en Dios, esas vibraciones tienen que transformar instantáneamente, en perfecto y bello, todas las condiciones oscuras que te rodean, o sea cuando se lleva una lámpara en una habitación oscura.
Siempre cuando uno está orando y piensa en ese Dios amoroso, que desea dar todo lo bueno a su hijo, en ese caso, Dios siempre atiende. Pero por lo general las personas tienden en pedir así: ¡Hay papá Dios, sácame de este apuro!, etc.
La humanidad cree que Dios es vengativo y caprichoso y no es así. Pues el que así pide no recibe sino de acuerdo a su imagen de Dios, es más sencillo, ahora, no vuelvas a olvidar jamás que la voluntad de Dios para ti, es el bien, la salud, la paz, la felicidad, el bienestar, todo lo bueno que te mereces que el creador ha hecho.
No vuelvas a olvidar jamás que Dios no es ni el juez, ni el policía, ni el verdugo.
La verdad es que él ha creado leyes, principios que se encargan de mantener el orden y la armonía en toda la creación, no se necesitan policías en el espíritu.
Aquel que no cree se castiga a sí mismo.
O sea, lo que piensas se manifiesta, por ello aprende a pensar correctamente y para que cuando ores Dios sí te escuchará.
Sembrando semillas de fe…