Restauracion y preservación de la Recova Ripamonti

Hoy como ayer, permanece todavía erguida con bastones, teniendo malos tratos. En mi opinión, no se debería derrumbar, sino restaurar, no olvidar nuestras raíces y tampoco cambiarle la cara o hacerle cirugía estética porque su esencia es el ejemplo y honor que los gringos nos regalaron.

Por María Inés Adorni.- Solamente quiero dar mi opinión primeramente como profesional y luego como ciudadana de la ciudad de Rafaela.

¿Es por el alto costo que se supone la restauración…?  y por ello demolerla.

En 1909 fue la construcción de la galería Ripamonti con las firmas de Pedro Avanthay y Camilo Simonetta. La Comisión de Fomento autorizó la construcción de la Recova en la primera cuadra de calle 9 de Julio. Ésta debía tener tres metros de ancho, conservar las formas estéticas y el material tenía que ser de excelente calidad.

Los almacenes de Ramos Generales en esa época ayudaron al crecimiento de la región.

El espíritu de la construcción de la Recova era para competir con las fondas de ese entonces; era un espacio para que la gente se pudiera reunir almorzar después del largo viaje que hacían y luego de hacer las compras.

El espíritu de la Recova Ripamonti fue guiado para este fin y además proteger del sol y la lluvia a quienes concurrían a su negocio, con largas mesas para el “encuentro social”; allí se degustaban muchos productos de la región, manjares de quesos y fiambres, también aceitunas dulces, anchoas, sardinas y productos panificados.

El primer y único pórtico en Rafaela. Torino, capital de Piemonte, está rodeada de numerosas recovas que la embellecen.

Esta hermosa construcción vino a apuntalar el edificio de Ramos Generales de la familia Ripamonti (levantado en 1888) y engalana el paseo principal de la plaza 25 de Mayo.

De estilo italianizante, los herederos en 1980 donaron la galería junto con una suma de dinero  para su “restauración” a la Municipalidad de Rafaela, encargándole a ésta las futuras refacciones a los efectos de conservarla como elemento histórico. De esa manera, constituya uno de los escasos testimonios que permanecen en la ciudad, en relación con la colonización del oeste santafecino.

Hoy como ayer lamentablemente por no cumplir con los buenos tratos que se merecía y soportando olvidos como un anciano pidiendo ayuda, lo más importante es demolerla o sea matarla, matar nuestro pasado, nuestra historia, la más importante, el legado de nuestros hijos, dar la espalda, inflar números, no querer ayuda de los ciudadanos, que al verla como yo hacer lo imposible para juntar fondos y restaurarla.

Por mi parte, se debería preservar la fachada como sea, no derrumbarla, lo viejo no se debe tirar y olvidar como nuestros viejos en un geriátrico.

Recuerdo viviente de tantas acciones significativas que tuvieron los primeros inmigrantes. Recuperación de un elemento arquitectónico, que permite construir en la acera, protegiendo a los transeúntes con una techumbre.

Poner en valor las fachadas implementa hoy en día un alto costo, pero como ciudadana y restauradora por más de 33 años de profesión, recuperando joyas arquitectónicas y muebles como reliquias, de una forma o de otra todo se puede. No veo por qué dejarían que se olvide el acuerdo de los herederos de Faustino Ripamonti y la donación que éstos dieron al Municipio en esa época.

“Queremos recuperar la Recova”, así muchos ciudadanos opinan.

Esta noticia me movilizó, además de movilizar a personas que la recuerdan y están vivas. La verdad, me gustaría escribir… La vuelta de la Recova, tras décadas de abandono.

Las explicaciones serán muchas, pero hay que arriesgar una simple: viviendas, templos, avenidas, museos, monumentos son piezas que de una forma u otra existen desde hace milenios.

Con esto que vemos hoy es un símbolo de doble decadencia, la de la Recova por falta de mantenimiento y cuidado del legado de nuestros gringos.

La Recova tiene varias piezas de patrimonio como metales, decoraciones, madera de pinotea, que se podría recuperar con bajo costo.

Caminar por la plaza y ver ese monumento arquitectónico del empuje de colonos y ejemplo de honestidad debería cuidarse siempre… No destruirse.

Hoy como ayer, la Recova permanece todavía erguida con bastones, teniendo malos tratos. En mi opinión, no se debería derrumbar, sino restaurar, no olvidar nuestras raíces y tampoco cambiarle la cara o hacerle cirugía estética porque su esencia es el ejemplo y honor que los gringos nos regalaron.

“Despierten ciudadanos rafaelinos, no lamentar después el olvido”.

La autora es restauradora y conservadora de bienes culturales y patrimoniales.

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