Reconocimiento al periodista José Ignacio López

La Cámara de Diputados le otorgó la distinción Diputado Doctor Juan Bautista Alberdi, en un acto que convocó a gente de diversos sectores sociales.

Por Jorge Rouillon.- Una significativa muestra de respeto y afecto hacia el periodista José Ignacio López fue el acto en el que la Cámara de Diputados de la Nacion le entregó la mención de honor Diputado Doctor Juan Bautista Alberdi “en reconocimiento a su trayectoria y su compromiso con los valores democráticos y republicanos”.

Más de 300 personas –legisladores, colegas periodistas, ex funcionarios, autoridades eclesiásticas, familiares, amigos, de los más diversos sectores- colmaron el salón de Pasos Perdidos del Congreso y obligaron a abrir otra sala, el Salón Azul, donde muchos siguieron el acto por pantallas.

“Acá estamos”, dijo López con sencillez al final, luego de las alocuciones del periodista Fabián Bosoer –que reseñó su trayectoria-, del diputado nacional radical Mario Negri, que promovió el homenaje, y de la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. “Hay un tiempo para cada cosa. Ahora es tiempo de decir gracias. Doy gracias a Dios por la vida y el tiempo y el lugar donde nací… Gracias por haberme dado mi familia, sin ellos no hubiera podido vivir como viví”. Moreau les pidió a sus hijos –Ana, Gabriela, Paula, Pablo e Ignacio- que le dieran la distinción a su padre, acompañados por su esposa, Lita, con quien lleva 60 años de casado.

Tuvo palabras de cariño para su esposa: “Ella es la novia de la eternidad”. Y dijo: “Soy creyente. Somos creyentes”. Se refirió a “todos los que están acá y no los vemos” (en alusión a quienes estaban en la sala de al lado) y señaló que “hay otros a quienes no vemos”. Dijo que sabía que estaban a su lado Magdalena Ruiz Guiñazú y Santiago Senén González, los últimos periodistas amigos fallecidos.

Nacido en Buenos Aires en 1936, López egresó como periodista del Instituto Grafotécnico (el Grafo, de la Obra Cardenal Ferrari). Con compañeros de estudios, como Pedro Siwak y Gabriela Castori, y varios profesores fundó en 1963 el Club Gente de Prensa, que presidió durante varios períodos.

Entre 1961 y 1975 trabajó en el diario La Nación, donde llegó a ser prosecretario de Redacción y al cual retornó años después. Se desempeñó en multitud de medios, como los diarios La Opinión, Clarín y Extra; las agencias noticiosas NA y Dyn; el periódico El Economista; las radios América y del Plata, donde fue gerente de noticias, y radio Continental, donde acompañó a Magdalena Ruiz Guiñazú; Cablevisión Noticias y otros canales de televisión. 

Es miembro desde 1999 de la Academia Nacional de Periodismo, de la que ha sido secretario durante muchos años. Es el convocante de una amable tertulia que reúne en periódicos almuerzos a viejos periodistas: Veteranos en su Tinta. Y con el pontificado del papa Francisco, constituyó una asociación civil interreligiosa inspirada en su prédica: Casa Común.

En el acto había varios funcionarios del gobierno de Raúl Ricardo Alfonsín, de quien López fue vocero entre 1983 y 1989. Entre ellos, los ex ministros Horacio Jaunarena, Juan Manuel Casella y Enrique Nosiglia. También legisladores en ejercicio, como Julio Cobos, Margarita Stolbizer y otros, y ex diputados, como Jorge Reinaldo Vanossi, Ricardo Gil Lavedra, Marcelo Stubrin y Julio Bárbaro.

Asistió el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Alberto Bochatey, al igual que el vocero de ese organismo, presbítero Máximo Jurcinovic.

También estuvieron el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera; el arzobispo de Mercedes-Lujan, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, y el obispo emérito de San Isidro monseñor Alcides Jorge Casaretto.

Asistieron también los presbíteros Jorge Oesterheld y Carlos Galli; Marco Gallo y Andrea Poretti, de la Comunidad San Egidio, y el ingeniero Rafael Corzo, hasta hace poco presidente de la Acción Católica Argentina (José Ignacio López participó en esta entidad desde su juventud, en la parroquia porteña de Santa Rosa; entre los asistentes estaba también el presbítero Domingo Bresci, que era uno de los jóvenes de esa parroquia y que ha cumplido ya 60 años como sacerdote).

Participaron dos ex embajadores ante la Santa Sede: Vicente Espeche Gil y Carlos Custer.

Eran muchos los colegas periodistas del homenajeado. Entre ellos, el presidente de la Academia Nacional de Periodismo, Joaquín Morales Solá. López recordó que en 1961, recién ingresado en el diario La Nación, fue al Congreso, donde los periodistas parlamentarios eran una institución. Recordó especialmente a Luis Mario Lozzia, luego jefe de editoriales de La Nación, agnóstico y demócrata progresista, quien le encargó en el diario una columna semanal de actualidad religiosa.

Lo acompañaron en el acto quienes fueron sus colegas en ese diario: José Claudio Escribano, Fernando Sánchez Zinny, Raúl Ivancovich, Carlos Correch, Claudio Jacquelin, Jorge Sethson, Martín Dinatale, Encarnación Ezcurra, Diego Saralegui… Y transmitieron saludos el presidente de la empresa editora de ese diario, Julio Saguier, así como el gerente de Comunicaciones Externas de Clarín, Martín Etchevers, y el director de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), Miguel Woites.

También asistieron muchos otros periodistas: Fernando Bravo, Jorge Fontevecchia, Silvia Naishtat, Graciela Petcoff, Carlos Campolongo, Sergio Rubin, Washington Uranga, Julio Bazán, Agustín Álvarez Parisi, Susana Grassi, Emilio Perina (h.), Laura Capriata, Fernando Ruiz, Gustavo Abu Arab, Virginia Bonard, etc.

La periodista Mónica Gutiérrez leyó unas emotivas líneas personales de Raúl Alfonsín: “¿Qué nos une al querido Giuseppe Iñaki y a mí?… Que juramos juntos, por Dios y por la Patria. Que lloramos juntos por el país de impotencia por la injusticia, por lo que no pudo ser. Que ambos abrazamos juntos al Señor Don Santiago, en Compostela, que recibimos juntos los efluvios del conjuro gallego, allá en la La Toja. Que nos reímos juntos de la sospechosa cantidad de cuentos de gallegos que nos contaron, y que contamos.”

Alfonsín señaló que José Ignacio “tiene siempre el corazón listo para abuenar y el sentido del honor marcado a fuego”.

“En fin, nos unen –y creo que para siempre- muchos momentos de angustia y cansancio y algunos pocos, pero lindos, de descanso en Chapadmalal, con Lita, María Lorenza, nuestros hijos y hasta algún futuro padre de sus nietos”.

Al reseñar su trayectoria, Bosoer lo consideró “figura ejemplar, testigo, protagonista y -también- forjador de una época”. Destacó su “equilibrio y ecuanimidad, prudencia y coraje, compromiso, honestidad intelectual y conducta intachable, ética profesional y personal, docencia cívica y vocación de servicio”.

Recordó la pregunta sobre los desaparecidos que formuló al presidente Jorge Rafael Videla en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, el 13 de diciembre de 1979, forzándole a pronunciarse sobre el tema: “El desaparecido es una incógnita (…) no tiene entidad. No está ni muerto ni vivo, está desaparecido”. El orador señaló que años después José Ignacio rememoraría el hecho: «Yo quería hacer esa pregunta, porque si teniendo la posibilidad de interrogar al poder, de preguntar, no la hacía, yo no hubiera podido vivir tranquilo”.

En el acto se leyeron distintas adhesiones, entre ellas del ex presidente del Uruguay Julio María Sanguinetti, que destacó su conducta sin estridencias personales; del ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini; del ex ministro Aldo Neri; de los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales, y de Corrientes, Gustavo Valdés; del presbítero Gustavo Antico, etc.

También se vio un video enviado desde España por Carmelo Angulo Barturen, quien como representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) participó en 2002 en el Diálogo Argentino que el entonces presidente Eduardo Duhalde solicitó a la Iglesia, siendo presidente del Episcopado el ahora cardenal Estanislao Karlic, y a las Naciones Unidas, para promover el acercamiento e intercambio entre distintos sectores antes la grave crisis que sufría el país, y donde López fue algo más que un vocero, convirtiéndose en articulador y promotor. Angulo Barturen lo consideró una figura relevante en ese esfuerzo, destacó su sencillez maravillosa y señaló que hacen falta gentes como él, capaces de generar armonía, respeto.

Al final, López señaló: “Miremos el pasado para construir, no miremos el pasado solo para recoger proyectiles para tirarle al otro. Todos tenemos una mochila cargada y debemos tener la humildad de juntarnos y recuperar la conversación social para que la Argentina sea un país mejor”.

Fuente: https://aica.org/

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