Por Alicia Riberi.- La carpa azul está acá para decir presente ante una Justicia que pareciera decir ausente y no presente, que no quiere que las pruebas salgan a la luz, las esconde, las desaparece o las ignora. Esta carpa humilde interpela a todos los operadores judiciales, para que busquen la verdad, investiguen con seriedad e integridad.
Cada vez que ustedes condenan a todos esos hombres inocentes, contra los que no hay pruebas contundentes destruyen a una familia, le niegan sus derechos constitucionales y detrás de todo esto hay una madre, un padre que tal vez por exceso de dolor queda en el camino y otros que ante tanta lucha van desgastando su cuerpo y deshojando la vida como si fuera nada, y las esposas que deben asumir un rol que no les corresponde que es llevar adelante un hogar con múltiples desafíos solas y en todo esto quedan atrapados niños inocentes que extrañan a su papá, y la Justicia se los borra como si fuera un juego.
Se van sucediendo cumpleaños, navidades, festejos escolares, en que la presencia de papá no está, la borraron y la Justicia justifica con argumentos incompletos e inconstitucionales en muchos casos y se apoyan en tratados internacionales de los que he escrito oportunamente porque tergiversan su mensaje; en ningún momento hablan de desaparecer al hombre, es más, solo queda expresa la necesidad de que la mujer sea escuchada y que haya igualdad ante la ley -hombres y mujeres-.
¿Una ley de género que solo apunta a un lado, los derechos de la mujer… y los del hombre dónde quedan?, ¿todos los hombres son violadores? Visitemos las cárceles, haremos relevamientos y vamos a ver qué encontramos. Quiero decirles que, aunque se crean dioses, Dios hay uno solo, tiene una Justicia implacable, pero da la oportunidad a todos, cada uno elige como irse de este mundo, si como corrupto, amante solo del poder y del dinero o como héroe silencioso que administra una justicia real para todos igual.
El entramado judicial lleva puesta a mucha gente, pero, aunque no lo crean llegará el momento que todo, absolutamente todo, saldrá a la luz. Muchos somos los que, sin prisa, pero sin pausa, estamos trabajando por un bien mayor: justicia para todos sin discriminación. Nadie sale libre, “los perejiles” siguen siendo aplastados, ya que tengas o no tengas recursos, nadie sale. Económicamente destruyen miles de hogares, se deja todo en una familia por la libertad de un inocente, pero no alcanza.
Finalmente, cada uno sabrá cómo hace su trabajo, pero cuando levanten la copa para brindar esta Navidad, piensen un segundo en todos los perejiles que condenaron y destruyeron; eso no es gratis, ustedes tienen una familia protegida por el poder, nosotros no, pero todo momento de apogeo pasa y vienen los malos también. La justicia de Dios es lenta, pero es perfecta y siempre llega.
Apelo en nombre de todas las familias a las que representa verdad y justicia de Santa Fe, que se replanteen para qué surgió la justicia en este mundo, vuelvan a su cauce, hagan las cosas bien y su accionar será reconocido. La Corte Suprema tiene la potestad y la posibilidad de revisar los procesos de verdad, con honestidad, sin artilugios, con ojos transparentes que buscan la verdad y así, sí, serán reconocidos por la historia, sino serán una página negra de la historia. Ustedes eligen.
Las lágrimas de tantos niños sin su papá, el ruido de las ausencias, por haber juzgado con ligereza a tantos hombres inocentes, pesará en sus conciencias…
