¿Quién es Jesús para mí?

Cuando finalmente me convertí en cristiano comprendí que cuando una persona viene a Cristo, hay un tipo de vida diferente que entra, una vida nueva en Cristo. Así Juan me contaba en el taller mientras dibujaba.

Por María Inés Adorni.- La agonía del gran planeta Tierra… ¿quién es Jesús?, me preguntó un adolescente. Juan cuando estaba trabajando en mi taller haciendo unos dibujos, me preguntó quién es Jesús.

Y me contó que su primer recuerdo de cualquier cosa que tenga que ver con la Iglesia fue algo que vio a la edad de diez años mientras caminaba hacia la escuela.

En esa Iglesia había un cartel en la pared que le llamó la atención que decía: “¿Estás realmente vivo?”, pensé que era la declaración más ridícula de todas.

¡Por supuesto, tenía que estar vivo para leer esa cosa estúpida, me dijo Juan. No había explicación para ello y me pareció que los que entraban en esa Iglesia podrían ser la gente más ilógica que había.

Por supuesto, cuando finalmente me convertí en cristiano comprendí que cuando una persona viene a Cristo, hay un tipo de vida diferente que entra, una vida nueva en Cristo. Así Juan me contaba, mientras dibujaba. Esto es lo que el cartel debe haber significado, para estar, realmente vivo.

Ahora entiendo la idea que subyace a esa declaración, pero en ese momento, no tenía sentido para mí. La persona que tenía esa idea no estaba pensando en su público objetivo, supongo, porque solo tenía sentido para mí.

Juan me contó que sus padres estaban en la Nueva Era, pero ese tremendo cartel le sorprendió y entró a la Iglesia, y allí estaba Jesús con los brazos abiertos esperándolo. Desde allí cambió su vida.

La Biblia presenta una verdad asombrosa y la oración llena de gozo su alma. Colma de alegría su vida, y su entorno se llena de gloria. Sus padres y amigos sorprendidos por su cambio, lo miran y lo ridiculizan. Pero Juan, muy seguro de lo que quiere en su vida, abraza la cruz.

Padre vengo humildemente a ti hoy siendo consciente del gran amor que trajo el Señor Jesucristo a la Tierra para pagar en mi lugar por el castigo de mi pecado. Aunque él no merecía la clase de muerte con que murió, veo que él lo hizo por mí, tomando mi lugar y muriendo por mí en la cruz.

Cambió el rumbo de mi vida de pecado y vengo a ti, perdona mi pecado y ven a mi vida. Juan me dijo que se dio cuenta que todos los días de su vida, recibe el don de la vida que le ofrece Cristo.

Sembrando semillas de fe…

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