Por Emilio Grande (h.).- A partir de la elección primaria de este domingo empieza a definirse el futuro de la Argentina en materia institucional, política y republicana de los próximos cuatro años, estando en juego dos modelos políticos: la continuidad del kirchnerismo en el poder, que volvió peor que cuando se fue en 2015, o cambiar por otras propuestas opositoras, en un contexto de apatía en distintos sectores sociales observada en las elecciones provinciales.
Cuando asumió la presidencia Alberto Fernández contó con gran adhesión popular, pero con el paso del tiempo se fue desvaneciendo por las mentiras como el encierro con la eterna cuarentena mientras festejaban el cumpleaños de su pareja Fabiola en la Quinta de Olivos, sumado a tener un papel tristísimo al ser un títere de Cristina de Kirchner durante sus casi cuatro años de Gobierno.
La economía está descontrolada con una inflación galopante de más de 100%, el doble que hace cuatro años; el dólar aumentó un 1.000% en el mismo período de 60 a 600 pesos. Cuando el ministro Guzmán se fue estaba en 239 pesos y de ese momento a la actualidad creció con el ministro Massa.
Al mismo tiempo, no hay más reservas en el Banco Central. Massa usó yuanes del swap con China, un crédito de 1.000 millones de dólares de la Confederación Andina de Fomento, otro crédito de casi 800 millones de dólares de Qatar y también hipotecó las reservas de oro.
El Ministro de Economía es el precandidato a Presidente del oficialismo, quien no puede resolver estos graves problemas macroeconómicos desde hace un año y es casi imposible que sea el ganador de las PASO. De darse su triunfo, la población argentina ingresará en una compleja problema institucional porque seguirá agravándose la debacle económica por todos conocida, sumado al cepo del dólar y a la asfixiante carga impositiva que viven casi todos los sectores sociales.
En este contexto, fue muy llamativo el comunicado de la CGT Rafaela en apoyo a Massa, expresando que “ya no hay engaños posibles, ni promesas de dudoso cumplimiento, ni mensajes simpáticos que ocultan detrás de la sonrisa demagógica de campaña la dureza implacable del ajuste. De un lado hay el sueño de construir una Argentina con inclusión social, cargada de dificultades enormes, de problemas de gran magnitud, de deudas por pagar y de factores de poder a los que se debe enfrentar con energía y fortaleza”. Y luego habló, en el mismo sentido, el titular de la CGT Roberto Oesquer, argumentando que Massa defiende los intereses de los trabajadores…
A decir verdad, los jubilados estaban mejor con la reforma del 2017 que en la actualidad, sin olvidar que arrojaron 14 toneladas de piedras en la plaza del Congreso. ¿La CGT representa a los trabajadores o a un partido político? Debieran cuestionarse como dirigentes…
En la oposición, los que tienen mayores chances son Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quienes compiten en una feroz interna y el ganador se posicionará para las elecciones generales de octubre. Las extravagantes promesas de Milei se fueron diluyendo con el paso del tiempo y, seguramente, se ubique tercero. En varias elecciones provinciales se impuso la oposición como San Luis, San Juan, Chaco, Santa Fe y Chubut.
Otro grave problema es la inseguridad con hechos de violencia en forma permanente. En los últimos días, los más resonantes fueron las muertes de Morena de 11 años en Lanús, del manifestante Facundo Molares Schoenfeld en el Obelisco y del médico Juan Caros Cruz.
El voto no es el único instrumento para ejercer la democracia, pero es importante votar a candidatos por su trayectoria y principios. También hay que participar en los distintos niveles sociales, políticos, culturales, religiosos para cambiar a los que están atornillados en el poder.
Tenemos que votar con libertad de conciencia a los candidatos que defiendan la vida desde la concepción hasta la muerte natural, buscando siempre el bien común por encima de los intereses particulares. El voto es una de las herramientas de la democracia para premiar y castigar a los que se postulan en los diferentes cargos electivos. No nos dejemos engañar por prebendas ni tampoco por el clientelismo político.
