Por Mariel G. Pereyra.- En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, la sede Rafaela-Sunchales de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) llevó adelante la jornada “Producción de alimentos y sostenibilidad ambiental: ¿podemos sumar sin restar?”.
Por segundo año consecutivo, esta actividad fue declarada de interés municipal por el Concejo de la ciudad de Rafaela -RES N°2613-22. Es a partir de este camino iniciado donde ambas partes constituyentes de la ciudad deciden comprometerse, más allá de lo trabajado y desarrollado en el Municipio y en el territorio, para desarrollar estas temáticas que involucran a toda la sociedad, a nivel local, regional… mundial.
Se llevó adelante con la colaboración de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), la Cátedra UNESCO Agua y Educación para el Desarrollo Sostenible (FICH-UNL), la Secretaría de Ciencia, Arte y Tecnología de la UNL y el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región.
La apertura de la jornada fue llevada a cabo por el rector de la Universidad Dr. Enrique Mammarella quien citó hace pocos días se cumplió un año de la Ley de Educación Ambiental Integral: “esto nos obliga a las universidades a trabajar en cuatro sectores; en educación ya que nos toca la responsabilidad de estar con las juventudes y producir, a partir allí, ese cambio cultural que necesitamos todos; en investigación y transferencia, poder poner nuestros proyectos y laboratorios en la consecución de los resultados, que las investigaciones no solo queden para el interior de la universidad sino poder transferirlas y ponerlas a disposición del centro productivo; en gestión y gobernanza, ser responsables de emplear estas prácticas y finalmente influir en las políticas públicas, pensar la importancia que tiene la toma de decisión a futuro”.
La jornada continuó con una charla sobre “Evolución de los sistemas de producción agrícola extensivos de Argentina hacia la intensificación sostenible”, a cargo del Dr. Marcelo Regunaga. Luego, y para finalizar, se realizó un conversatorio sobre “Producción de alimentos sostenible: un desafío compartido”, a cargo del licenciado Pablo Manrique y el ingeniero Mario Schreider. Los tres profesionales apuntaron sobre la importancia de generar conciencia colectiva sobre un medio ambiente sano para la generación actual y su continuidad. La jornada tuvo la posibilidad de intercambiar ideas sobre la producción de bienes para una sociedad que crece exponencialmente sin dejar de lado la sustentabilidad de los recursos, pensando en las futuras generaciones.
Según lo expuesto por el Dr. Marcelo Regunaga, existe un escenario internacional que plantea la necesidad de transformación de los sistemas alimentarios de los países y por otro lado una sociedad que demanda y exige el deseo de lograr un equilibrio y una convivencia armoniosa entre la economía, la ecología y la equidad. Pero, la realidad de los países difiere de uno a otro. Están aquellos que deciden preservar la agricultura tradicional no sostenible donde se produce una modificación del ambiente para poder adaptarlo a la planta; y otros que optaron a través del tiempo por una agricultura sostenible donde la tecnología y la planta se adaptan al ambiente. En este último caso encontramos a nuestro país, Argentina, que desde la década del 80 incorporó dentro de sus actividades productivas la siembra directa, sistema productivo que evolucionó hacia bajos niveles de insumos y energía fósil, ambos contribuyendo a prácticas sostenibles y amigables con el ambiente.
A diferencia de otros países europeos, Argentina hoy cuenta con más del 95% de la superficie cultivable bajo el sistema de siembra directa, transformando sus procesos para que sean más eficientes y sostenibles a través de prácticas como: la rotación de los cultivos, cultivos de cobertura, incorporación de cultivos genéticamente modificados con resistencia biológica a malezas y plagas, al control integrado de plagas, permitiendo en este caso una menor utilización de fitosanitarios, basado en innovaciones tecnológicas y TIC´s, agricultura de precisión para el uso eficiente de la tierra y los insumos. El menor uso de fitosanitarios por la aplicación de estas tecnologías se produce paralelamente a una importante evolución de la toxicidad de los agroquímicos utilizados, disponiendo actualmente un 70% de productos clase IV o banda verde, productos que normalmente no presentan peligros, eliminando los productos clase I, considerados peligrosos.
En nuestro país las actividades anteriormente descriptas, y el desarrollo de la bioeconomía y economía circular, conducen a una intensificación sostenible de los sistemas de producción agrícolas extensivos de argentina, que se viene desarrollando a lo largo de los años, trabajando sobre las necesidades del presente sin comprometer las futuras generaciones, para que, de esta forma, se pueda garantizar el equilibrio dispuesto entre el cuidado del medio ambiente, el crecimiento económico y el bienestar social.
Para producir y ser sostenibles en el tiempo se debe trabajar al menos, en torno al objetivo de desarrollo sustentable número 12, y para ello es fundamental que haya un desarrollo transversal e interdisciplinar que contemple como mínimo cinco actores sociales, donde la responsabilidad descanse no solo entre quienes producen sino también entre los proveedores que desarrollan los productos, el estado a través de un marco regulatorio ambiental que incentiven la implementación de buenas prácticas agrícolas, la industria a través de la mitigación de impactos durante todo el ciclo del proceso productivo y por último, pero no menos importante, el consumidor quien debiera seleccionar los productos a consumir que cumplen con los estándares productivos de quienes producen en forma sostenible.
La autora es ingeniera y coordinadora de la sede Rafaela-Sunchales de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Fuente: https://diariolaopinion.com.ar/