Por Emilio Grande (h.).- Para no quedarnos anclados en la historia lugareña con una mirada nostálgica sobre cómo se fue formando la colonia Rafaela en 1881, pasando por la declaratoria de ciudad en 1913 y los hechos destacados a lo largo de 137 años de vida, conviene analizar también la complejidad del presente y la incertidumbre de un futuro desafiante.
Entre los hechos de los primeros años, para destacar la gesta colonizadora a cargo de la empresa de Guillermo Lehmann con la venta de las tierras en 18 localidades entre Rafaela y la zona; el trabajo denodado y silencioso de los primeros pobladores en medio de la crudeza del trabajo en la tierra; el crecimiento social a través de la participación en las primeras instituciones (muchas siguen existiendo); el aporte de los comerciantes en la vida comunitaria del incipiente pueblo-ciudad; el ferrocarril como vía de comunicación para el desarrollo y crecimiento económico con 4 líneas, uniendo Rafaela con Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santa Fe, San Francisco y las colonias vecinas.
En sus primeras décadas, la mayoría de la población rafaelina estuvo formada por inmigrantes expulsados de países europeos, en el marco de una política nacional agresiva para poblar las distintas regiones del territorio nacional, entre ellas la provincia de Santa Fe.
En el contexto actual, ¿cuáles son los objetivos institucionales de esta ciudad de más de 100.000 habitantes? De la ciudad que fue creciendo lentamente, en las últimas tres décadas aproximadamente arribaron nuevas corrientes inmigratorias, en este caso provenientes de otras provincias y de países limítrofes, produciendo una explosión demográfica que superó cualquier planificación previa incluida de los políticos e intelectuales.
Así, las extensiones geográficas de las nuevas barriadas se fueron ampliando de tal magnitud que ahora estamos frente al nuevo fenómeno del área metropolitana con Rafaela como epicentro, buscando integrar a Bella Italia (ya pegada a la ciudad), Lehmann, Roca y Susana, donde todos los días se movilizan cientos de personas para trabajar, estudiar y realizar distintos trámites.
¿Cómo dialogan la cultura del trabajo que trajeron los inmigrantes con las nuevas generaciones frente a los cambios sociales complejos?
A decir verdad, todavía perduran los valores del trabajo genuino frente a los subsidios de los últimos años de los gobiernos nacionales; el ahorro a pesar de la espiral inflacionaria; la educación como pilar para nuevas salidas laborales; la diversidad cultural de religiones, razas, acontecimientos culturales; la asociatividad público-privada para plasmar proyectos entre el Estado, las empresas, los comercios y las instituciones.
El futuro siempre es desafiante, pero debe ser al mismo tiempo esperanzador para no caer en una mirada pesimista. Para el corto y mediano plazos se deben buscar consensos sobre una agenda que debería incluir: primero que Rafaela tenga el feriado del 24 de octubre y no opcional como es ahora para el comercio y la industria; para ello los legisladores provinciales del departamento Castellanos deben presentar un proyecto en la Legislatura…
Otras materias pendientes: urge la alternancia de la administración municipal porque no es sano para la democracia que un mismo partido gobierne 28 años; el costo de vida es superior a la media nacional (alimentos, vestimenta, propiedades, alquileres); crear nuevas oportunidades laborales para los jóvenes; reducir la emisión de gases de invernadero y desarrollar un intensivo plan de forestación para atenuar el cambio climático; mejorar las vías de comunicación en las rutas 34 (autopista iniciada…) y 70, y el regreso de los vuelos aéreos a Buenos Aires; proyectar un reordenamiento del caótico tránsito que incluye a los minibuses; combatir el grave problema de la creciente inseguridad; ofrecer mejores servicios médicos porque cuando se complejiza una enfermedad los que pueden económicamente piden el traslado a Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, entonces una posibilidad sería la creación de la carrera universitaria Medicina; propiciar mayores actividades deportivas, sociales y culturales para combatir la soledad, el egoísmo, el ocio alienante de las redes sociales y el consumo desenfrenado de alcohol y drogas; entre otros.
Si conocemos el pasado desde donde venimos, podemos entender el actual presente y proyectar un futuro mejor para las próximas generaciones de rafaelinos, sin olvidar el legado de nuestros antepasados de trabajo, ahorro, sacrificio y la fe en Dios…
Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 26 de enero de 2019.