Por Juan Carlos de Pablo.- Cuando necesito conocer la cotización del dólar en el segmento blue del mercado de cambios no me molesto en consultar las pantallas, sino que le presto atención al número de llamados que recibo de los periodistas. Si varios me llaman para que explique qué pasó, sé que aumentó; si no me llaman significa que permaneció constante o que disminuyó.
Lógica periodística que no sirve para entender. Porque la profesionalidad invita a prestarle atención al último número, pero poniéndolo en contexto, que en el caso del precio del dólar implica mirar la evolución a lo largo del tiempo.
Con fines ilustrativos, consigno el precio del dólar blue a fines del año pasado y a fines de cada uno de los meses del año en curso: $346 a fines de 2022, $381 a fines de enero, $375 a fines de febrero, $395 a fines de marzo, $469 a fines de abril, $490 a fines de mayo y $494 a fines de junio de 2023. Lo cual implica que, durante el primer semestre del año en curso, el precio de dólar blue aumentó 43%.
Durante el mismo período, los precios al consumidor subieron 51%. Si en julio el precio del dólar blue aumentara más que los precios internos, no haría más que recuperar parte del terreno perdido durante el primer semestre.
La toma de decisiones plantea un par de interrogantes. El primero tiene que ver con las razones por las cuales mientras el tipo de cambio oficial aumenta todos los días, el blue salta y permanece algún tiempo en el nuevo nivel. ¿Cómo se explica esto último? Difícil saberlo sin caer en las explicaciones conspirativas según las cuales dicho mercado está manejado por unos pocos. Lo cierto es que “alguien” da el primer paso y los demás lo siguen; o todos son impactados por alguna noticia.
El otro interrogante tiene que ver con las expectativas que está generando la alta probabilidad de que la oposición gane las PASO primero y la elección propiamente dicha después y, por consiguiente, el próximo gobierno sea mejor que el actual. Pero si esto es así cabe esperar una disminución de la demanda de dólares en favor de colocaciones en pesos, en depósitos, tenencias de activos financieros, etc.
El párrafo anterior busca complicarles la vida a quienes piensan que siempre el precio del dólar le va a ganar a la inflación, hipótesis que ignora que el dólar es finalmente una moneda, que por consiguiente está sujeta a inflación y, más importante, que en la Argentina la recuperación de la credibilidad disminuye el poder adquisitivo interno del dólar.
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