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Por favor, perdón y gracias

Se trata de una carta de lectores publicada en diario Castellanos que critica al intendente Perotti por un problema de salud.

Aunque no se sea original con el título de esta carta, ya que le pertenece a León Gieco, representa todo lo que se quiere decir.
Hace diez meses, llegó a este mundo Jennifer Gómez, una hermosura y regalo de la vida, con 3,800 Kgs; pero su estado de salud general no era bueno. Nació con malformaciones. Partido su paladar (lo cual implicaba que no podía tomar la teta) debía comer a través de una sonda por nariz; también su corazón se encontraba enfermo y estos sólo son algunos de sus problemas. Después de que su madre intentara conseguir una solución para su hija, yendo de un lado para el otro sin lograrla, llegó a un consultorio particular rogando atención (aunque sé que no quiere ser nombrado, me parece justo que se sepa de quien se trata: Dr. Juan Carlos Fazzola).
En ese instante, su salud se había ya deteriorado a pasos agigantados. En diez meses sólo aumentó 1 Kg ¿Qué hacer?
Se comenzó una carrera contra la muerte, pero también contra la burocracia y la inhumanidad. Se consiguió un turno en el Hospital Garrahan de Capital Federal; lo que faltaba era el traslado hacia allá. Por supuesto debía ser en una ambulancia con personal capacitado para asistir a la beba; pero la familia Gómez no cuenta con los recursos para tal operación.
Es en este momento en donde aparecen los por favores. Empezando por el Dr. Vitaloni director del Hospital Jaime Ferré, que aunque hizo todo lo que estuvo a su alcance, la burocracia y reglamentos impidieron que él pudiera hacer algo más. Luego se seguiría con más por favores, esta vez a la intendencia, capitaneada por el sr. contador Omar Perotti, el cuál tiene su puesto gracias al voto de los rafaelinos, elegido como aquél que administrará y ejecutará para el bien de la comunidad.
De ello mismo se trata la forma de gobierno que rige en nuestro país; donde el pueblo es el soberano; por lo tanto el sr. Perotti es nuestro empleado. Pero al contrario de lo que las leyes mandan, nuestro empleado se nos reveló; ni siquiera nos escuchó, nunca nos atendió. ¡Y estaba en juego una vida!
Luego se siguió por el subsecretario de Salud, algunos concejales, entre otros tantos funcionarios del Municipio (también empleados nuestros) algunos de los cuales tuvieron hasta la frialdad e ignorancia de dudar de la veracidad del caso.
La única solución que de ellos surgió era mandar a la beba y a su mamá en colectivo.
La desesperación embargaba el momento. Es aquí donde los por favores dieron resultado, ya que se organizó una colecta. Como era de esperar fue un grupo de la comunidad rafaelina el que consiguió el dinero necesario. Y además los profesionales que debían asistir a la niña en el viaje no cobraron sus honorarios.
Es aquí donde aparecen los Gracias. Gracias a todos aquellos que con lo poco que tenían, dieron no sólo dinero sino también amor y fuerzas para poder llegar a juntarlo, lo que posibilitó que hoy Jennifer esté recuperando peso para poder afrontar su segunda operación y lograr lo más importante, poder tener expectativas de vida como cualquiera de nosotros.
Y llega la hora de pedir Perdón. Perdón y mil veces Perdón a ella, a Jennifer, por no elegir bien a nuestros representantes, por alimentar con nuestro desinterés su codicia y desprecio por la vida de la gente (esa que tanto necesitan a la hora de las elecciones). Perdón y un millón de veces perdón.
Y por último, un aplauso de pie para aquellos que, ya sea con dinero, o con oraciones, o con tan sólo cumpliendo con sus obligaciones, tanto como trabajadores y como personas, ayudaron para que esta carrera no terminara tan pronto; y saltando obstáculos ver la meta aunque sea un poquito más cerca.
Gracias a la comunidad rafaelina que a pesar de todo sigue siendo Sensible, Solidaria y sobre todo Humana.

María Soledad Grillo.
DNI. 27. 172. 258

Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 16 de enero de 2006.

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