En la tarde de ayer, en la sede de la Sociedad Rural de esta ciudad se llevó a cabo una reunión de la Mesa Provincial de Lechería de Santa Fe (MEPROSALFE), al término de la cual, sus dirigentes informaron al periodismo sobre el accionar de la entidad, de cara a lo que ellos denominan «un obstáculo» y que refiere a la «pesada carga que significan las retenciones a las exportaciones de productos lácteos».
En ese marco, el presidente de la Mesa, el productor lechero Roberto Socín, explicó esas causas, y los caminos a seguir en el futuro.
Pero más allá de las válidas explicaciones dadas por el dirigente, se dio a conocer la elaboración de un documento, redactado días atrás por la Mesa Nacional de Lechería, que lleva la firma de todas las entidades que la componen como MEPROSALFE (Mesa Provincial de Lechería de Santa Fe); CAPROLEC (Cámara de Productores de Leche de Córdoba); CAPROLEBA (Cámara de Productores de Leche de Buenos Aires); CAPROLER (Cámara de Productores de Leche de Entre Ríos) y por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), quedó como síntesis la prosecución de «esta lucha», para defender los intereses de este sector.
Dice el documento de referencia que «dejemos que el sector lechero trabaje y crezca para beneficio de todos», ya que «la lechería argentina representa una de las cadenas agroalimentarias más pujantes y dinámicas del país; se caracteriza por su competitividad internacional, su capacidad de generar riquezas, atraer inversiones, movilizar el comercio, y sostener una gran cantidad de puestos de trabajo…» Más adelante sostiene la entidad «el sector se encuentra además ante la posibilidad de una muy buena perspectiva para los próximos años, y está trabajando en su reordenamiento interno para proyectarse con fundamento hacia el futuro y poder desplegar su capacidad, capitalizar esta oportunidad, y transformarla en beneficio para toda la comunidad».
Sin embargo sostiene que «en ese camino encuentra hoy el obstáculo de las retenciones a las exportaciones, que el gobierno nacional incrementó desde el mes de julio y proyecta sostener hasta enero próximo, con el supuesto objetivo de frenar las subas de precios en las góndolas».
Agrega que «estas retenciones, como estaba previsto, ensuciaron el mercado, distorsionaron el comercio, castigaron a empresas que tienen inversiones en marcha, desalentaron y pusieron en peligro nuevas inversiones (y la posibilidad de nuevos puestos de trabajo), provocaron bajas de precios a los productores primarios que no se tradujeron plenamente al consumidor, y agregaron más carga impositiva sobre las actividades económicas productivas».
Por todo ello, la Mesa convoca «al trabajo en conjunto de todos los integrantes de la cadena lechera en la búsqueda de los mejores caminos» y solicitan al gobierno nacional la «eliminación total de las retenciones a las exportaciones de lácteos y transparencia y condiciones de sana competencia en el mercado».
A modo de cierre, Socín descartó por el momento alguna medida extrema de los productores lecheros, ya que esa «sería la última instancia a la que se podría llegar, porque creemos que si trabajamos en conjunto, podemos lograr el objetivo buscado».
Fuente: diario La Opinión, 1 de diciembre de 2005.