Parlamentos de San Martín con los pehuenches

Previo a la exitosa campaña emancipadora de los Andes, Chile y Perú, mantuvo al menos dos parlamentos. Cuando los gobernantes de cada presente intenten espejarse en San Martín, sería sumamente interesante que pudiesen recuperar este sentido del llamado “Padre de la Patria”.

Por Adán Costa.- Era la primavera del año de 1816 y José de San Martín, que estaba gobernando el Cuyo desde 1814, ya tenía alineado el ejército para cruzar los Andes. Estaba ansioso porque sabía que la única posibilidad de hacerlo era en el verano. Los pehuenches eran ese grupo de mapuches que practicaba la trashumancia como forma cultural de vida, acostumbrados a grandes desplazamientos entre los valles interandinos y el uso estacional de los espacios de invernada o valles bajos y veranadas o valles altos, en ambos lados de la cordillera.

Como bien enseña el antropólogo Martín Rodrigo Vilariño, San Martín, previo a la exitosa campaña emancipadora de los Andes, Chile y Perú, mantuvo al menos dos parlamentos con los pehuenches, donde, en una primera instancia les agradeció la captura del militar español Agustín Huici. Este coronel estuvo bajo las órdenes de Pio Tristán, derrotado por Díaz Vélez en el Combate de las Piedras, en septiembre de 1812, previo a la victoria del ejército de Belgrano en Tucumán. De ahí fue trasladado como prisionero de guerra al fuerte de Santa Catalina en Río Cuarto, desde donde se fugó hacia la cordillera.

Más allá de ese agradecimiento, el parlamento, donde los pehuenches le dieron la palabra al general San Martín, quien allí les habría confesado “yo soy indio”, en alusión a su origen guaraní, que hasta el día de hoy se está investigando. El parlamento fue una forma de actualizar y reafirmar un pacto de amistad entre patriotas e indígenas en un contexto político y social tenso y conflictivo marcado por los enfrentamientos entre sectores patriotas y realistas. Aunque la lógica e intención militar estuvo presente en este parlamento, en ningún momento la documentación analizada nos da a entender que el encuentro de 1816 fuera pensado para engañar a indígenas o a realistas, como lo deja trascender con la malicia e intereses de fines de siglo XIX la historiografía oficial en la Argentina.

Los parlamentos hay que entenderlos dentro de la lógica diplomática que tanto criollos como indígenas mantenían desde 1810, pero con mayor intensidad desde 1814. Los parlamentos de 1816 fueron eventos de importancia, tanto para los indígenas como para los patriotas, a raíz de la relevancia simbólica y política que revestía este encuentro pero que, a su vez, estaba inserto dentro de una dinámica y lógica fronteriza preexistente y de larga data.

Estos encuentros, también han sido denominados “La Consulta” por habitantes de Mendoza a raíz de que en el ideario popular José de San Martín se reunió con los pehuenches para pedirles permiso para que lo dejasen pasar a él con su ejército por sus territorios. Según esta creencia este encuentro habría dado lugar a que se fundase el pueblo de “La Consulta”, ubicado en el actual departamento mendocino de San Carlos, aunque existe documentación judicial que interpelaría esa creencia, dado que ese lugar ya se llamaba así desde el año 1705.

El parlamento es un elemento de importancia a la hora de entender las relaciones intra e interétnicas, estando asociado directamente a la noción de frontera y política fronteriza, al punto de que en ocasiones se considera al parlamento como la principal institución de negociación en esos espacios. Al sur del continente americano los parlamentos entre indígenas y europeos tuvieron origen a fines del siglo XVI en la zona del Biobío; se consolidaron durante los siglos XVII y XVIII para lograr su mayor impacto en la frontera a fines del siglo XVIII.

Sin embargo, las primeras referencias jurídicas sobre los parlamentos entre indígenas y europeos serán los encuentros entre Cristóbal Colón y los tainos y los que tuvieron lugar en las guerras chichimecas y tlaxcaltecas que sirvieron base para la aplicación de los tratados en las fronteras del sur de América, tanto en la región de la Araucanía como en las pampas argentinas.

La institución de parlamento, propio de la democracia participativa indígena, y especialmente la de la “consulta” aparecen en el Convenio OIT 169 de 1.989, incorporado al derecho argentino como así también en una mención genérica en la parte final del artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional.

Hoy el derecho de Consulta Previa e Informada remite al derecho que tienen todos los pueblos indígenas cuando alguna política pública se orienta para hacer efectivo algún evento sobre sus territorios ancestrales, sea cruzar con un ejército una cordillera, sea para instalar un yacimiento de hidrocarburos en Neuquén, sea la explotación del litio en Jujuy, sea para el emplazamiento de una ciudad. Cuando los gobernantes de cada presente intenten espejarse en San Martín, sería sumamente interesante que pudiesen recuperar este sentido del llamado “Padre de la Patria”.

El autor es abogado y docente universitario de la ciudad de Santa Fe.

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