Cada vez con mayor intensidad, las compañías establecen su plan de acción a través del concepto de responsabilidad social empresaria. En el caso del Grupo Basso, el brazo ejecutor de la mayor parte de las iniciativas relacionadas con la promoción comunitaria, es la Fundación Basso Hnos. Precisamente por estos días, esta entidad está abocada a la realización de una obra que beneficiará a numerosos vecinos de la ciudad.
Desde el martes pasado, un grupo de obreros está realizando trabajos en el dispensario que desde hace más de 20 años funciona en la calle López y Planes del barrio Amancay.
Los trabajadores se dedicaron a la limpieza, a través de un sistema de hidrolavado, arreglo de grietas y manchas de humedad, y al posterior pintado de las paredes. Actualmente sólo resta limpiar y pintar el interior del dispensario, por lo que los trabajos estarán culminados por estos días.
Desde la Fundación Basso se decidió donar los materiales y la mano de obra para poner en condiciones el dispensario, al que asiste mucha gente, no sólo del Amancay, donde está asentada la planta de Basso S.A., sino también de los barrios aledaños, en función del muy buen servicio que allí se brinda.
MAS DE 20 AÑOS DE SERVICIO A LA COMUNIDAD
El dispensario, inaugurado en 1986 y dependiente del Servicio de Asistencia Médica a la Comunidad –SAMCo-, otorga cobertura sanitaria a los vecinos de los barrios Amancay, Los Nogales, Juan de Garay, Antártica Argentina y Pizzurno, entre otros. Su equipo médico está formado por una médica clínica, un obstetra, una ginecóloga, un pediatra y una enfermera.
De lunes a viernes, de 6 a 12, los habitantes de los sectores más cercanos asisten al centro para realizar consultas con médicos, mientras que los de los barrios más alejados sólo usan el servicio de enfermería.
Actualmente, en dicho efector público de salud se está llevando a cabo la campaña nacional de vacunación contra la rubeola, que se extenderá durante todo el presente mes.