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Nuevo asalto al Vaticano: otro ataque “teocon” al Papa

Dos textos abordan el futuro cónclave y el perfil del cardenal que debería suceder a Francisco; maniobra de Dolan.
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Los libros de George Weigel y Edward Pentin cuestionan al papa Francisco. 

Por Elisabetta Piqué.- El asalto al Vaticano continúa. Aunque fracasó en su primer intento de “golpe” contra el Papa, ocurrido en agosto de 2018, cuando un exnuncio de Estados Unidos, respaldado por un rico grupo ultraconservador norteamericano, acusó a Francisco de encubrir a un excardenal estadounidense y pidió su renuncia, ahora, siempre el mismo grupo “teocon”, volvió a la carga. La nueva operación, planificada minuciosamente, tiene que ver con dos libros recientemente salidos a la luz en Estados Unidos que, curiosamente, tienen el mismo título: The next Pope (El próximo papa). Escritos por dos autores que nunca ocultaron su discrepancia con “el papa del fin del mundo”, estos intentan anticiparse al cónclave que elegirá al sucesor de Jorge Bergoglio e influenciarlo.

Un libro es obra del muy conocido escritor George Weigel, prestigioso historiador y académico católico, biógrafo de san Juan Pablo II –de quien fue muy amigo–, que en su libro analiza el estado actual de la Iglesia Católica e intenta trazar una semblanza del próximo pontífice. El perfil que delinea Weigel puede fácilmente resumirse en “el no papa Francisco”, graficó el sacerdote norteamericano John Strynkowsk, que trabajó durante años en el Vaticano, en una reseña publicada en la revista jesuita estadounidense America Magazine. “El libro es una poco sutil crítica del actual obispo de Roma. En sus 133 páginas conté al menos 62 veces el uso del verbo ‘debe’ en relación con lo que el próximo papa tendría que hacer”, apuntó, sin ocultar su desconcierto.

Los papables

El otro autor es el periodista británico Edward Pentin, corresponsal del National Catholic Register, medio de la cadena católica estadounidense tradicionalista ewtn y, como Weigel, siempre muy crítico de Francisco, que al margen de hablar de una posible renuncia suya al trono de Pedro directamente presenta una lista y los

“boletines” de 19 papables. Entre ellos aparecen varios cardenales conservadores que en los últimos años han sido la punta de lanza de la oposición a Francisco, como el norteamericano Raymond Leo Burke, exprefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica (la Corte Suprema del Vaticano) y actual patrono pontificio ante la Orden de Malta; el alemán Gerhard Müller, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el africano Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino.

Las dos obras, interpretadas por los vaticanistas como un nuevo ataque contra el Papa, fueron publicadas por Ignatius y Sophia Institute Press, editoriales católicas norteamericanas relacionadas con un fuerte sector económico conservador de la Iglesia, formado también por grupos empresariales y mediáticos muy influyentes –vinculados con el Partido Republicano–, que no digieren la visión de Iglesia de Francisco.

A través de millonarias donaciones a la Santa Sede, este grupo logró tener mucha influencia en el Vaticano durante los dos pontificados anteriores.

Pero todo cambió con Francisco: un papa para ellos demasiado atento a los pobres, demasiado progresista, considerado “hereje” por su pastoral inclusiva de los homosexuales y los divorciados vueltos a casar. Y que representa un escollo para sus intereses debido a sus posturas “verdes”, su prédica sobre el cambio climático, su posición contraria a la pena de muerte y sus ideas económicas, que no son otras que las de la doctrina social de la Iglesia, pero que para ellos son las de un comunista, o el las de un Che Guevara pope.

“Al margen de que no hay síntomas de fin de pontificado, sino un papa de 83 años y buena salud que gobierna con más independencia de la curia vaticana que sus predecesores, los títulos de los dos libros suenan a muchos católicos norteamericanos algo así como ‘la próxima esposa’ en un matrimonio sereno sin indicios de divorcio”, comentó a la nacion Juan Vicente Boo, veterano vaticanista del diario español ABC, que fue durante años corresponsal en Estados Unidos.

“Cada uno a su manera, los autores de ambos libros pretender orientar a los cardenales electores sobre a quién deben votar cuando entren en la Capilla Sixtina”, agregó, al destacar que, en verdad, el disparo de salida para influir en la elección del próximo papa y, al mismo tiempo, debilitar al actual fue el lanzamiento del proyecto Red Hat Report, en 2018, en la Escuela de Negocios Busch de la Catholic University of America, financiada por el multimillonario californiano Tim Busch en Washington.

Investigación

Con muchísimo dinero, este grupo investiga vida y obra de los cardenales electores, armando carpetas con información sobre cada uno de ellos para usar a su debido tiempo. El fin es asegurarse que el sucesor del papa jesuita sea de su agrado. “El equipo contaba con diez ex investigadores del FBI, a los que posteriormente se añadieron expertos de la CIA”, destacó Boo.

Más allá de la salida de los dos libros con el mismo título, lo que más hizo ruido en las últimas semanas fue que el cardenal estadounidense Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, muy vinculado con la cadena EWTN y nada cercano a la visión de Iglesia del Papa –como buena parte del episcopado norteamericano–, no tuvo mejor idea que enviarles a todos los miembros del colegio cardenalicio una copia del libro de Weigel, junto a una carta. Al margen de ser considerada de mal gusto, la movida de Dolan, de 70 años, fue interpretada por algunos purpurados como un intento de posicionarse para el rol de “cardenal elector” en el próximo cónclave, es decir, como alguien que orienta a los demás a la hora del encierro en la Capilla Sixtina.

Micheal Sean Winters, editorialista del National Catholic Reporter –semanario católico progresista–, no ocultó su desagrado ante lo que calificó como otra operación “fraudulenta del proyecto neoconservador” de su país.

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 11 de agosto de 2020. La autora de la crónica es corresponsal en Roma.

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