Por Emilio Grande (h.).- Expresa Sandra Violino en una entrevista, la mamá de Nicolás Flores, el niño sobre quien el cura Brochero intercedió en el milagro, que luego sirvió para ser beatificado.
«Fue un momento único e irrepetible, histórico, con un grado de emoción indescriptible la beatificación de Brochero que fue llevado a los altares, acompañada por 150.000 personas, una manifestación de fe y de la presencia de Dios. El cardenal (Angelo) Amato es un dulce, cruzamos unas palabras en el altar, transmite una paz y una dulzura muy especial. Para nosotros fue un privilegio llevar las reliquias, poder agradecer y nunca nos vamos a olvidar».
Expresa Sandra Violino en una entrevista con este cronista en el programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,9). Es la mamá de Nicolás Flores, el niño sobre quien el cura Brochero produjo un milagro que le permite estar hoy con vida, tras haber sufrido un terrible accidente automovilístico con apenas once meses de vida. En estos días, se cumplen 13 años del accidente automovilístico que los involucró para siempre con la glorificación de Brochero: una camioneta Ford sin luces chocó de frente al Volkswagen Polo en el que viajaba con los padres de Sandra. Nora, la abuela, sobrevivió, pero no así su esposo; Sandra, en tanto, quedó con las piernas fracturadas, y Nicolás, con 11 meses, quedó tendido en la cinta asfáltica con la cabeza muy lastimada y apenas con vida. Su papá, Osvaldo, lo socorrió, y en la desesperación, pidió la intercesión del cura Brochero, que fue escuchada.
Al respecto, Sandra agrega que «nos chocó una camioneta de frente, en contramano y sin luces, a raíz de este accidente Nicolás sufrió un traumatismo cráneo encefálico que le produjo problemas respiratorios graves; cuando Osvaldo se da cuenta que Nicolás se quedaba sin palpitación, los ojos se le iban para atrás, había quedado pálido, en ese momento le pide a Brochero que interceda para que le salve la vida. Ahí comienza una odisea, llegan los primeros paramédicos, entre ellos estaba Lisandro Casanovas, quien lo socorrió a Nicolás, le hicieron reanimación, tuvo tres paros cardio respiratorios y lo llevaron al Hospital, el estado era gravísimo. Al mes el diagnóstico que nos dieron era que iba a estar vegetativo: no iba a ver, hablar ni caminar, pero ahí empezó el proceso de recuperación de Nicolás, gracias a Dios por intercesión de Brochero hoy Nicolás es absolutamente normal habla, camina, va al colegio, juega como cualquier niño».
-¿Los médicos pueden explicar técnicamente qué paso desde el estado en que se encontraba Nicolás luego del accidente y ahora los cambios producidos?
-Ha sido esa certificación de los médicos que han visto esa recuperación, que es imposible predecir, que no tiene explicación desde el punto de vista científico que se tomara el caso como un milagro en Nicolás.
-¿Hubo un momento que se dieron cuenta que su recuperación iba más allá de la medicina?
-Desde el primer momento fue un milagro, esa misma noche del accidente un médico del Hospital nos dijo que Nicolás no tenía ninguna posibilidad de pasar esa noche y de vivir. Nosotros sabemos y sentimos que la vida de Nicolás es un milagro.