Por Roberto Socin.- En nuestra humilde opinión, no es necesario subir los derechos de exportación (retenciones) para bajar los precios del mercado interno.
Desde aproximadamente el año 2.000 un grupo de personas venimos trabajando en el desacople de los precios internacionales respecto de los de mercado interno.
Tomamos experiencias realizadas en el país, como lo que hacen otros países y a su vez lo hemos reforzado con estudios que hemos pagado a prestigiosas instituciones.
La hemos defendido y puesta en práctica en la gestión de la ministra de Economía Felisa Micelli, donde hemos eliminado el 15% de los derechos de exportación que gravaban a las exportaciones de productos lácteos.
Fuimos avanzando, con prueba y error y hoy estamos en condiciones de presentar ante quien corresponda, para la Solución de todas las cadenas agroalimentarias y no alimentarias.
Aparte de utilizar algunas herramientas técnicas, la solución es aprovechar los excelentes precios y demanda que nos brinda el mercado internacional y hoy más por el conflicto bélico, en beneficio de los integrantes de cada una de las cadenas, administrado por el sector privado con la asistencia de distintos organismos del Estado nacional.
Con la instrumentación de lo que proponemos, se evitará la discusión económica, derechos de exportación sí o derechos de exportación no, que más allá de ser una cuestión económica se convirtió en un nuevo motivo de agrandar la grieta política que existe en el país, desaprovechando las oportunidades que nos está dando el mundo.
Ventajas que trae la implementación, entre otras: bajarán los precios de la canasta familiar, bajará la Inflación, ingresarán más dólares, se exportará más, se generará mayor cantidad de mano de obra formal, se revitalizarán las economías regionales.
Entendemos que es de utilidad para la coyuntura que está viviendo actualmente el país en la gestión del actual gobierno, como para el que lo suceda, ya que la demanda en volúmenes a buenos precios, permanecerá en el tiempo, (más allá del conflicto bélico), ya que Argentina es uno de los pocos países de Mundo que tiene la posibilidad y potencialidad de cubrir las necesidades de alimentos que se requieran.
Lo que proponemos convierte la frase “la maldición de exportar” en la “bendición de exportar”.
Simplemente decimos, “probar su implementación no cuesta nada” y a su vez decimos “peor de lo que estamos, no será”.
Estamos convencidos que tendremos una Nueva Argentina.
A disposición para ampliar.
El autor es productor agropecuario de Sunchales.