La Confederación General del Trabajo (CGT) Regional Rafaela manifiesta enérgico rechazo al decreto de “necesidad y urgencia” (DNU 70/23), dado a conocer por el Poder Ejecutivo Nacional en la jornada de este miércoles 20 de diciembre.
En primer lugar, los trabajadores y trabajadoras rafaelinas repudiamos la feroz violencia simbólica ejercida durante toda esa jornada. En siniestra coincidencia calendaria con la masacre de 2001, el Gobierno exhibió un aparato diseñado otra vez para reprimir la respuesta social a políticas que afectan directamente la calidad de vida de la población. Horas después, en cadena nacional concretaba el mayor atropello a las instituciones sufrido por de la democracia republicana a exactos 40 años de su recuperación.
Bajo el disfraz de una supuesta “desregulación”, entre otros argumentos falaces y plagados de eufemismos, se suprimen en un instante y de modo unilateral, valiosos mecanismos de convivencia social, muchos de ellos consagrados en la Constitución Nacional y en Tratados Internacionales. Derechos elementales que la sociedad argentina en su conjunto supo conquistar.
En cuanto a incumbencias inmediatas: derechos a trabajar a cambio de un salario digno, correctamente registrado con estándares mínimos de seguridad jurídica. A no ser despedidos injustamente, a percibir indemnizaciones en tal caso. Al acceso a coberturas por salud, accidentes de trabajo, vacaciones pagas, aguinaldos, entre tantos otros de sensible importancia. En suma, a no ser esclavizados.
No hay casualidades. La historia nos enseñó, entre muchas otras cosas, a no ser ingenuos. El uso de la fuerza y la desactivación de los esquemas de participación social tienen claros objetivos. El más inmediato, generar tolerancia a los desmedidos incrementos de los precios de los productos de la canasta básica, servicios, combustible, tarifas. No es solo “shock”, o “ajuste” lo que estamos padeciendo en las últimas semanas. Es una lisa, llana e injustificada transferencia de recursos que empobrece a trabajadores, jubilados, clases medias. Proporcionalmente enriquece vilmente aún más a los sectores concentrados del poder económico. Ellos son los grandes ganadores de esta coyuntura. No sorprende que los únicos que festejan esa batería de medidas sean esos mismos empresarios. Ávidos de profundizar el abuso de sus posiciones monopólicas y dominantes.
Las noticias tampoco esconden las “euforias” en las bolsas de los mercados financieros, en Wall Street, y en los paraísos y cuevas fiscales, nido de los fondos de especulativos y buitres. Mucho menos sorpresivo es el repentino “apoyo” de multimillonarios extranjeros. Vienen nada menos que por los recursos naturales, por el manejo exclusivo de los resortes estratégicos que cualquier país soberano necesita esencialmente para ser tal.
Vaya paradoja. No en vano, en los países supuestamente tomados como modelo, democracias consolidadas con economías prósperas o estables, los controles que se pretenden eliminar están vigentes y no son vistos como “asfixiantes” a los privados.
Señor Presidente: usted fue elegido en acuerdo con la Constitución y demás leyes de la Nación. Respételas. Llegó a través de un balotaje, luego de cosechar inicialmente sólo el 30 % de adhesiones. No puede arrogarse la suma del poder público. Puede si, traicionar a sus más genuinos votantes cogobernando con aquella “casta” que decía querer combatir. No haga lo mismo con la Patria. Ahora nos toca a nosotros recordarle: “dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada”. Señor Presidente: somos gran mayoría los argentinos de bien.
Convocamos a todas las instituciones de la democracia, para defenderla. Gobernantes y legisladores de los distintos niveles. Partidos políticos, sindicatos hermanos, iglesias, asociaciones profesionales, empresariado pyme nacional, partidos políticos, movimientos sociales, clubes deportivos, asociaciones civiles, de usuarios, inquilinos, consumidores, ambientalistas, vecinales, referentes de la cultura, jubilados, colegios profesionales, actores de la economía social.
Defender la democracia es honrar la memoria histórica de nuestros próceres y mártires. Los reconocidos y los olvidados por la historia “oficial”. Defender la democracia es condición necesaria para seguir siendo Argentina. Es indispensable para gozar de un presente con paz. Para que el futuro para nuestros descendientes sea un sueño, no una pesadilla. La noble libertad no existe si se profundiza la desigualdad. No a la tiranía del mercado. No a la desintegración de la Patria.
Nos declaramos en estado de alerta y movilización.