Monseñor Casaretto habló en ADEPA

El ex obispo de Rafaela y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, destacó la función de la prensa escrita porque permite pensar. Llamó a defender la vida democrática y a trabajar por el bien común.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, destacó la función de la prensa escrita porque permite pensar. Llamó a defender la vida democrática y a trabajar por el bien común.

“El único medio de comunicación que consumo es la prensa escrita porque tiene la virtud de dejarnos pensar”, dijo anoche monseñor Jorge Casaretto en la comida mensual de ADEPA.

Al presentarlo, el presidente de la entidad, Gustavo Vittori, destacó que “la palabra de Monseñor es importante en una sociedad fragmentada por el flagelo de la pobreza”.

El prelado habló del programa de la Iglesia apuntado a la construcción de un país que incluya a todos, y colocó al Bicentenario de la Revolución de Mayo y la Independencia (1810-1816) como activadores del proyecto.

“Las dictaduras dicen que la Iglesia solo debe ocuparse de rezar pero desde el Concilio II la Iglesia sabe que debe involucrase con los problemas de la gente y trabajar por el bien común”, destacó el Obispo.

“Si queremos una sociedad equitativa –señaló monseñor Casaretto- siguiendo las enseñanzas de San Ignacio, debemos aportar un plus, un más que asume su forma específica en cada actividad. Como decimos los obispos en nuestra última declaración conjunta cuyo tema prioritario es la inclusión social: para concretar el desafío de un país que nos incluya a todos, hay muchas acciones y actitudes necesarias. Una de ellas es el diálogo y la construcción de una cultura del encuentro”.

Luego, Casaretto se refirió, entre otros temas, a los derechos humanos y señaló que para su plena vigencia “hace falta algo más que buenas leyes. Por un lado, un funcionamiento pleno de la Justicia para que no queden impunes las diferentes violaciones a esos derechos. Por el otro, el diseño y la ejecución de proyectos sustentables para garantizar su plena vigencia”.

El obispo también mencionó como prioridades la educación; la salud; la justicia y seguridad ciudadana; la política social; el trabajo, y la libertad y responsabilidad ciudadana.

Para concluir, Casaretto expresó: “Tenemos la oportunidad de celebrar la vida del país, si realmente estamos comprometidos con la construcción de un país para todos, convirtiéndonos ‘de habitantes a ciudadanos’, de ‘usuarios’ del país reclamadores de derechos, a protagonistas de un proyecto común, conscientes de sus derechos y de sus obligaciones, y mutuamente responsables de la vida de todos los miembros de la sociedad”.

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