Por Jorge Lanata.- Como resultado de un error en su estrategia, el gobierno va a la guerra. En su pelea con los “traidores” del interior quitó los subsidios al transporte elevando a $1.000 el boleto mínimo.
“Con la ley aprobada, la pelota nos quedaba a nosotros y nos iban a exigir resultados inmediatos que difícilmente iban a llegar -le dice a Clarín un miembro de la mesa chica-. Ahora la casta es responsable de lo que no salga como queremos”.
Karina y Javier son los mas fundamentalistas. No hay una postura impostada. Ellos creen en el enfrentamiento con la casta política y creen que los políticos son los que quieren seguir con todos sus negocios. Javier tiene ganas de salir a escracharlos de a uno con todos los curros que tienen. “Nosotros tenemos que resolver la inflación primero y la inseguridad después. Esas son nuestras batallas reales. La tercera es cultural. Esa nos sirve como un circo y como una distracción mientras intentamos avanzar con las otras y esperar los resultados”, dicen.
“Si salía la ley nos iban a pedir resultados inmediatos. Nosotros tenemos que instalar que las cosas que no salen son por por culpa de la casta. La decisión del gobierno de dejar de enviar fondos de coparticipación a las provincias ya incluyó los fondos para los salarios docentes que incluía a la Nación entre las 24 provincias para establecer un piso salarial nacional”. Según un análisis realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) en enero las transferencias nacionales discrecionales enviadas a provincias y CABA cayeron un 98% interanual real. La Nación le envió a las provincias sólo el 2% de lo que les envió el año pasado. Tucumán, San Juan y San Luis ya anunciaron fuertes reajustes del gasto. Axel tuvo que reconocer que reducirá a la mínima expresión la obra pública en la provincia y tiene como objetivo “reconducir” los reclamos de los maestros bonaerenses de La Plata al Palacio Pizzurno.
El cálculo de la Rosada es que la inflación irá desacelerando y la recesión pegará fuerte pero por un período corto. En sus estimaciones la inflación debería estar en un dígito y la economía rebotando en el famoso segundo semestre, cuando empiece a impactar la entrada de dólares del campo.
Marzo y abril serán los meses más difíciles, reconocen. Y apuestan a no tener desborde social porque los más afectados serán los sectores de la clase media “que no tiran piedras. Si hay un desborde social es organizado, no espontáneo”, repiten.
”La reforma no se dio de baja, la reforma sólo entró en un impasse”, dice un miembro del Gabinete en diálogo con Clarín. La idea más instalada en el Gabinete de Javier Milei por estas horas es dejar pasar unos días “mostrándole los dientes a los gobernadores” y luego empezar a avanzar con resoluciones y decretos que permitan implementar algunos de los cambios que estaban en la ley y que quedaron en el camino.
En la Rosada están convencidos de que la economía le da oxígeno mientras le ajusta el cinturón a las provincias con el recorte drástico de transferencia de fondos. “Tenemos dos malos para echarles la culpa de la recesión, la casta política que bloqueó la ley y los sindicatos”, dicen en la Rosada.
Esa estrategia comunicacional empezó el mismo martes a la noche cuando Milei tuiteó la lista de supuestos “traidores” con los diputados que votaron en contra de, al menos, un inciso de un artículo de la ley. El Gobierno usó a los famosos trolls para agregar a esa lista dos nombres que no pronunció nadie del Gabinete. Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa fueron marcados en algunas de las listas de “traidores” que circularon en las redes de los trolls de Milei. Para sostener la teoría de que los dos ex candidatos presidenciales están detrás del fracaso de la ley señalan que los votos negativos provinieron de los legisladores de Jujuy, donde el jefe político es Gerardo Morales candidato a vicepresidente de Larreta; San Juan, conducida por Marcelo Orrego y Santa Fe, por Maximiliano Pullaro, los dos dirigentes de Juntos alineado con el ex jefe de Gobierno porteño; Neuquén que tiene como gobernador a Rolando Figueroa, y Córdoba de Martín Llaryora y el salteño Gustavo Saenz, tres dirigentes peronistas cercanos a Sergio Massa.
Los funcionarios cordobeses que llegaron de la mano de un acuerdo con el cordobesismo -Osvaldo Giordano (ANSES), Daniel Tillard (Banco Nación), Franco Mogeta (Transporte)- y la salteña Flavia Royón que se quedó en el área de Minería por negociaciones con Saenz están de salida. Milei ya le comunicó desde Israel a su equipo que tiene la decisión tomada y anoche les pidió la renuncia a Giordano y Royón. Al círculo de conspiradores que encabezan Larreta y Massa en el Gobierno suman al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y a los legisladores Nicolás Massot y Emilio Monzó. El grupo es bautizado con un nombre que pronuncian con ironía en la Rosada: “El Centro Democrático que garantiza el status quo y el modelo empobrecedor”, le cuenta un hombre de la mesa chica de Milei a Clarín.
Fuente: https://www.clarin.com/