Me llamo Carlos Fabián Román, tengo veinticinco (25) años, y vivo con mis padres y cinco (5) hermanos, en la ciudad del Trébol –Santa Fe – Argentina. Estoy estudiando inglés en un instituto y tengo la intención de comenzar la carrera de psicología el año que viene.
Terminé la secundaria, en una escuela para adultos, el año pasado y al mismo tiempo finalicé un estudio de dos años de corte y confección de prendas.
En este momento estoy trabajando de sastre en confección de diversas prendas de vestir y de otros rubros. También, en ocasiones, ejerzo el oficio de peluquero, el cual comencé a estudiar pero aún no pude concluir.
Todo esto empezó hace dos años atrás, en el 2008, cuando me cansé de la vida que llevaba, la cual comenzó a mi temprana edad donde fui abusado sexualmente por un pariente como a los 4 o 5 años, y esto dio inicio a una etapa nueva y totalmente distinta. Después de este período de abuso infantil comencé a relacionarme sexualmente con otros amigos o parientes. Yo sentía cosas distintas que los chicos de mi edad, quería vestirme de mujer, me gustaban las personas del mismo sexo, y hasta me gustaba tener sexo a pesar que era muy pequeño.
Reconozco muy bien, al igual que muchos homosexuales con los que estuve y estoy vinculado, que el homosexual no nace sino que se hace, por distintas circunstancias de la vida que lo llevaron a tomar una decisión, muchas veces casi de manera “inconsciente”, pero que va a cambiar el resto de la vida de esa persona.
Ya en la escuela primaria comenzaron algunos problemas para mí como: discriminación de mis compañeros de aula, peleas, insultos, los chicos de mi edad me pegaban porque ellos pensaban que yo era gay. Me esperaban a la salida de la escuela o gimnasio para seguirme, pegarme y muchas otras cosas que no deseo mencionar.
Yo, como homosexual (travesti) que fui, si tengo que hacer un balance de mi vida, desde los 6 a los 15 años de edad, tiempo en que realicé mis estudios primarios, diría que pasé muchísimos momentos lindos como también otros muy pero muy desagradables. Conozco amigos que pasaron por muchas historias parecidas a las mías y que piensan lo mismo de su niñez (etapa fundamental donde la persona toma y absorbe todo lo que después va a desarrollar durante su vida). Doy gracias a mis padres que me enseñaron siempre lo que era mejor para mí y me inculcaron valores muy fuertes que me ayudaron a reflexionar y lograr, junto con otros importantísimos factores, que mi vida haga un giro de ciento ochenta (180) grados.
Una de las cosas positivas que puedo extraer de esta ingrata parte de mi historia es que, a través de la experiencia, puedo ayudar a muchos niños, que todavía son sanos tanto física, emocional y espiritualmente, y que nadie ha abusado de ellos en ninguna forma, para evitar, mientras sea posible, vivir malas experiencias en esta importante etapa de sus vidas.
Luego cuando empiezo la secundaria inicio otra etapa, que yo la denominaría la etapa del “cambio de imagen”, donde comencé a mostrar cada vez más lo que sentía por dentro y a manifestar a la sociedad mi forma de pensar. Comencé a aclararme el cabello, a juntarme con personas que sentían lo mismo que yo, empecé a salir a discotecas vestido de mujer. Abandoné mi casa y mi ciudad. Realizaba bailes en bares nocturnos, me prostituía en las calles y en los prostíbulos. Conocí las drogas, indagué en el ocultismo, y cuando regresaba de visitas a mi ciudad frecuentaba boliches y fiestas varias. Conocí mi debilidad que fue el alcohol y el cigarrillo. Y muchísimas cosas más que ofrece el ambiente donde me movía y que se llama el mundo del homosexual o “el grandioso” y “feliz” mundo gay.
Reconozco que muchas de estas cosas me hicieron feliz por unos momentos o instantes, pero en realidad, aunque la palabra en inglés “gay” significa feliz o divertido, yo no era para nada feliz con la vida que llevaba. Vivía en una mentira todo el tiempo, al igual que muchos en ese mundo. Es una vida no solo de mentiras sino de engaños. En realidad no existen códigos de ningún tipo, no existe el respeto ni los secretos.
En “la noche” conocí muchos homosexuales como travestis, lesbianas, gays, bisexuales, y pude entender o comprender muchas cosas de sus vidas, pero la mayoría no es tan “gay” (feliz) como dicen ser. Más bien muestran una máscara para la sociedad y muchas veces para ellos mismos.
Hace dos años que dejé totalmente la homosexualidad, gracias a que una noche, ya cansado, clamo a DIOS llorando y le dije que no quería más esa vida. Gracias a DIOS hoy estoy yendo a una iglesia cristiana evangélica de la ciudad de El Trébol (Santa Fe), donde me congrego y suplo mis necesidades espirituales y emocionales. Gracias a DIOS nunca más volví a mi vida pasada y espero nunca más volver.
MI OPINIÓN CON RESPECTO AL MATRIMONIO HOMOSEXUAL Y ADOPCIÓN DE HIJOS, ES LA SIGUIENTE:
Yo no tengo absolutamente nada contra el homosexual, por el contrario, la mayoría de mis amigos son homosexuales o mujeres de la noche.
Lo que más me preocupa y NO quiero en realidad, es que un niño pase por todo lo que yo pasé, y muchísimo menos por el ambiente que yo conocí.
Creo que si esta ley se avala, muchos travestis se van a casar y seguramente van a adoptar niños y yo conozco lo que son las vidas de muchos de ellos y sus pensamientos, y lo más triste es la influencia negativa que tendrían hacia esos niños. Estoy en contra de la adopción de chicos por parte de parejas homosexuales, porque una persona con un poco de sentido común se da cuenta que un niño necesita un padre y una madre que lo ame y lo cuide como se lo merece, una pareja homosexual “JAMÁS” podrá darle el amor de una madre si son los dos hombres( aunque tenga operaciones y haya tomado muchas hormonas), y “JAMÁS” podrían darle el amor de un padre si son dos mujeres; ¡no seamos egoístas y no nos mintamos los unos a los otros!.
Usted, estimado lector, si tiene hijos y un día “falta”, ¿Sería su deseo que sus hijos sean adoptados por una pareja homosexual?
Le dejo mis cordiales saludos y confío que si usted está ocupando un cargo en el gobierno, sabrá tomar la mejor decisión para el bien de nuestra sociedad y el futuro de nuestra hermosa Nación.
CARLOS FABIAN ROMAN – EX HOMOSEXUAL (TRAVESTI) DNI 31.675.912
11-06-2010
Colaboración del pastor Carlos Terranova de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Rafaela.