Por Luciana Mazzei y María Dolores Ayerza.- Muchas madres ya sabemos que la nueva película de Barbie producida por Mattel está cargada de adoctrinamiento en contra de la vida, la maternidad, la feminidad, la masculinidad, el matrimonio y la familia. Sin embargo, trastabillamos cuando son nuestras propias hijas las que nos piden ir a verla al cine. ¿Qué podemos hacer? ¿Por qué el fanatismo repentino?
Una Barbie perfecta baila en un salón rosado junto a una infinidad de muñecas de trajes brillantes. En medio de la coreografía, la “Barbie estereotipo”, representada por la agraciadísima Margot Robbie, repentinamente se pone seria y comenta “estuve pensando en la muerte”. La música se detiene. El clima del mundo de Barbie se enrarece. Así comienza el tráiler. Así se promovió esta película casi 2 años antes de su lanzamiento.
Y si, las campañas publicitarias onerosas y efectivas surten efecto y hoy todas quieren ir al cine vestidas de rosa. También las amigas de mi hija y también mi hija.
Pero lo que no menciona nunca ningún tráiler y lo que cuidó perfectamente el equipo de marketing es la ideología siniestra atrás de la película. Más allá de la traición que esto supone para los espectadores hay una lectura interesante que debemos hacer: ¡la ideología de género no vende!
Finalmente han tomado nota. “Mario Bros” superó en taquilla a “Buzz Lightyear” y “Sound of Freedom” a la mega producción de “Indiana Jones”. El mundo del cine tiembla y busca adaptarse. Pero, lamentablemente, en la película de Barbie la adaptación sólo sirvió para cambiar el envoltorio por dentro el paquete tiene más de lo mismo: confrontanción de hombres y mujeres, promoción del aborto y del transgenerismo, deconstrucción de la masculinidad, discursos de odio disfrazados de sororidad.
La película escrita por y para el feminismo es difícil de interpretar para el público normal. Grotesca y carente de sutilezas la película es estéticamente muy llamativa pero falta de contenido y de una historia interesante que la sustente. El mensaje central se basa en ir contra la complementariedad del hombre y la mujer, planteando el vínculo entre varones y mujeres como una lucha de poder.
Desde el comienzo, en una escena cargada de violencia, después de conocer a la Barbie unas niñas con vestidos destruyen a sus muñecas bebes. Una chiquita parte al medio la cabeza de su muñeca contra una roca. De esta manera Mattel se jacta de haber destronado a la maternidad y parece reclamarle al público feminista «no se olviden que también eso lo hicimos nosotros».
En una escena en el “mundo real”, Barbie hace hincapié en que ella no tiene vagina y Kent no tiene pene, haciendo una declaración no binaria. Aunque la película termina mostrando a Barbie haciendo una visita al ginecólogo… raro ¿no?
Se incluye una Barbie trans y un Kent deprimido porque el patriarcado no le permite llorar y ser afeminado, mostrando así la deconstrucción de la feminidad y la masculinidad, que nada tiene que ver con el poder expresar las emociones. Kent es mostrado como dependiente de barbie e incapaz de pensar por sí mismo, la masculinidad es totalmente pisoteada y ridiculizada.
La buena noticia para las madres, sin embargo, es que con un análisis criterioso va a ser fácil justificar nuestras críticas. El siniestro y contradictorio movimiento feminista y anti familia de la película es tan evidente que puede ser el disparador de conversaciones muy oportunas. De ninguna manera queremos recomendar esta producción ni darle publicidad. La mejor alternativa siempre ante este tipo de situaciones es manifestar nuestra disconformidad no participando pero, si eso no ha sido posible, recomendamos reforzar las defensas de nuestros hijos ante el avance cada vez más evidente de la cultura deshumanizante.
Estas ideologías están cada vez más instaladas en la sociedad y como adultos y padres debemos promover a nuestros hijos de un espíritu crítico y lograr que adquieran herramientas y recursos personales para hacer frente a este ataque.
Mazzei es licenciada en orientación familiar y Ayerza es ingeniera.