Por Juan Cruz Robaina.- En el marco del día de San Jerónimo -patrono de la ciudad capital-, y con un calor bien característico de la zona, Monseñor Matías Vecino fue consagrado este lunes como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Fe. La ceremonia, que tuvo lugar en la Basílica de Guadalupe, congregó a un millar de personas para vivenciar un momento de gracia y renovación espiritual. La ordenación episcopal fue presidida por Monseñor Sergio Fenoy.
La ordenación episcopal fue presidida por Monseñor Sergio Fenoy.
Es importante mencionar que se cumplieron las expectativas de público: en el templo no entraba ni un alfiler. A su vez, fuera del edificio religioso se colocó una pantalla gigante para las personas que no lograron conseguir su lugar en los bancos.
Por otra parte, estuvieron presentes Monseñor Hugo Santiago, Obispo de San Nicolás, y Monseñor Pedro Torres, Obispo de Rafaela -oficiaron de co consagrantes-, como así también otros obispos y sacerdotes de la zona del Litoral.
Sentimientos encontrados
Minutos previos al comienzo de la ceremonia, Vecino tuvo contacto con los medios presentes en la iglesia de barrio Guadalupe: “Es difícil expresar lo que siento en este momento. Es una mezcla de confianza e incertidumbre al mismo tiempo”, dijo con sinceridad.
Monseñor Matías Vecino, flamante Obispo Auxiliar de Santa Fe.
Con relación al anuncio donde lo proclamaron como Obispo Auxiliar, Vecino comentó que “sabía que estaba en la terna, por lo que lo puse en oración para llevar el proceso con tranquilidad. Pero cuando me enteré de la decisión me quedé helado por todo lo que conlleva esta designación”.
Entre risas, Vecino confesó que Fenoy le sugirió que duerma bastante, y que coma liviano. A su comentario, agregó que “ahora con Sergio nos toca trabajar como equipo por el bien de la Arquidiócesis”.
Respecto al rol social de la Iglesia, el Obispo Auxiliar confesó que “nos planteamos volver a encontrarnos con los más necesitados de manera decidida, pero no que tengamos un rol social como tal entre la gente”.
Por último, el oriundo de Santo Tomé llamó a los jóvenes para que se “entreguen con confianza a las manos de Dios. Por más de que a veces no lo entendamos, con darle un sí sincero, Él les va a abrir un horizonte de esperanzas ilimitado” .
Extensa ceremonia
Ni bien el reloj marcó las 19, se emprendió la clásica procesión hacia el altar. En esta ocasión, la fila de ingreso contaba con más personas de lo normal. Claro está que entre ellos se encontraba Vecino, junto a Monseñor Sergio Fenoy -Arzobispo de Santa Fe -; Monseñor Hugo Santiago, Obispo de San Nicolás, y Monseñor Pedro Torres, Obispo de Rafaela -ambos participaron de co consagrantes-, y cientos de sacerdotes de la Arquidiócesis.
Una multitud colmó la Basílica de Guadalupe para asistir a esta renovación espiritual y de fe.
Los feligreses acompañaron el momento cantando al unísono “He aquí la morada de Dios”.
Una vez que todos los pastores quedaron acomodados en sus lugares, Fenoy dio comienzo a la Santa Misa con la señal de la cruz. Luego de esto, continuó con unas palabras de bienvenida para todos los presentes. En este instante también se invocó a la Virgen de Guadalupe, Patrona y Protectora del pueblo santafesino.
Acto seguido, la Eucaristía continuó con lo que acostumbra: acto penitencial, y lecturas del Antiguo Testamento y Evangelio. Concluida la liturgia de la palabra, y previo a la homilía de Fenoy, se presentó al elegido y se leyó el mandato que el Papa Francisco envió para la ordenación episcopal de Vecino.
“Si, quiero ser pastor”
La homilía del Arzobispo de Santa Fe estuvo dirigida especialmente hacia el ordenado. Aquí, Fenoy le remarcó que “Dios ha pronunciado tu nombre, y debes tener la seguridad ante esto”. A su vez, sostuvo: “En la iglesia todo es iniciativa de Dios, Él es el origen y el protagonista de nuestras vidas”. Por último, le encomendó su primera misión: “Sostener la unidad y la comunión en la Iglesia”.
El escudo que eligió Mons. Matías Vecino con los colores de la Virgen de Guadalupe, el cordero pascual (símbolo de la muerte y resurrección de Jesucristo), la estrella de Navidad y la inscripción “Toda mi esperanza está en tu gran misericordia”.
Luego de esto, Fenoy interrogó con distintas preguntas a Vecino, quien contestó firmemente ante todas: “Si, quiero”. Y terminada sus respuestas, se postró frente al altar para que se prosiga con la súplica litánica -se invocan a los santos para que intercedan con su oración-.
El momento más esperado
Terminadas las letanías, se empezó a gestar la etapa más importante de la celebración eucarística. Este periodo comenzó con la imposición de las manos sobre Vecino, y luego sucedió lo mismo, pero con el libro de los Evangelios. Posteriormente, se le entregó al ordenado el evangeliario, el anillo, la mitra y el báculo pastoral para ejercer sus nuevas tareas como pastor.
Y a partir de este instante, Vecino se ordenó como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Fe. Bajo una lluvia de aplausos por parte de los feligreses presentes -que se sostuvo durante varios minutos-, el oriundo de Santo Tomé se sentó en el primer lugar entre los Obispos concelebrantes.
Seguidamente, Fenoy dio paso a la oración sobre las ofrendas, y a la posterior consagración eucarística -momento donde el sacerdote convierte el Pan y el Vino en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo-. Luego, gran parte de los fieles se acercaron para recibir a Cristo mediante la comunión.
Debido a la cantidad de gente que se congregó en la Basílica de Guadalupe, el momento de la comunión tardó mucho más de lo común.
“El agradecimiento es para ustedes”
Una vez que concluyó esto, el ordenado salió en procesión a saludar a todos los presentes que estaban dentro y fuera del templo, con bendición de por medio. Lo acompañaron los Obispos ordenantes. Ante esto, los feligreses demostraron su emoción mediante aplausos.
Cuando terminó su recorrido, Vecino se acomodó sobre el atrio para compartir unas palabras de agradecimiento: “No me alcanzaría el tiempo para agradecer a toda la gente que me ayudó a construir mi camino en la fe, pero que sepan que les estoy agradecidos”. Además, remarcó que “sentí en mi corazón cada una de las oraciones que hacían por mí”.
Luego de dos horas, y un par de minutos, llegó lo último de la jornada: el rito de conclusión de la emotiva ceremonia, Fenoy profesó la bendición solemne para los presentes, como así también la indulgencia plenaria por haber asistido a la celebración de la Eucaristía.
Sensaciones del entorno
El Litoral dialogó con dos personas que estuvieron presentes en la ordenación episcopal de Monseñor Matías Vecino.
La primera de ellas fue Mariela, devota de la Virgen de Guadalupe, quien comentó: “Me conmovió mucho ver la Basílica llena de fieles. Y que estemos unidos bajo la bendición que nos regala la oración”.
Además, agregó que “estamos llamados a acompañar a Matías en su nueva labor como pastor”.
Por otro lado, Fray Luis González -párroco de la Parroquia San José de los Agustinos Recoletos- compartió las sensaciones de una jornada bastante especial para él. Vale destacar que González es nacido en España. “Siendo de fuera, es un gusto poder compartir un momento histórico como comunidad eclesial, ya que te hace sentir parte”.
Claro está que los feligreses vivieron a flor de piel la ceremonia, e intercedieron desde lo más profundo de su corazón para que el nuevo pastor de la iglesia santafesina pueda cumplir con creces la labor que Dios le encomendó.
Fuente: https://www.ellitoral.com/