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Luces y sombras de Hebe de Bonafini

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. A decir verdad, fue una persona amada y odiada por diferentes sectores sociales, llevando una vida política llena de incoherencias en sus mensajes con insultos y frases irreproducibles en su vocabulario.

Por Emilio Grande (h.).- El domingo 20 de noviembre último murió la presidente de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini, a la edad de 93 años, quien fuera referente por décadas de los derechos humanos en la Argentina y a nivel mundial.

A decir verdad, fue una persona amada y, al mismo tiempo, odiada por diferentes sectores sociales, llevando una vida política llena de incoherencias en sus mensajes con insultos y frases irreproducibles en su vocabulario.

En este contexto, el gobierno nacional decretó un duelo de tres días, tomando esta medida para despedir a alguien que se reconoce como “un símbolo internacional de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los treinta mil desaparecidos”.

Para clarificar sobre la cantidad real de desaparecidos que hubo en la última dictadura militar, no fueron como se viene repitiendo 30.000 sino entre 8.000 y 9.000, según las investigaciones realizadas por el sacerdote Ignacio Pérez del Viso (El cristiano ante los desaparecidos) y Graciela Fernández Meijide fue más allá al precisar la cantidad de 7.636 casos en el período 1976-1983 (libro «La Historia Íntima de los Derechos Humanos en la Argentina»).

Bonafini llevó el dolor y la angustia que le generaron las desapariciones de sus hijos Jorge Omar y Raúl Alfredo, ambos secuestrados por la dictadura militar en febrero y diciembre de 1977, en La Plata y en Berazategui. Se unió a las Madres que caminaban alrededor de la Pirámide de Mayo, frente a la Casa Rosada, para exigir “la aparición con vida” de sus hijos, convirtiendo su prédica en un símbolo internacional.

A lo largo de los últimos 45 años, la dirigente de las Madres de Plaza de Mayo tuvo muchos enemigos: los presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem, Juan Pablo II y el cardenal Jorge Bergoglio, pero en 2016 tendió puentes para que el papa Francisco la recibiera en el Vaticano, como así también periodistas y jueces con los recordados “tribunales populares” contra figuras representativas de los medios de comunicación y la Justicia que impulsó durante el período kirchnerista.

Durante los Kirchner recibió el programa “Sueños compartidos”, pero hubo un desvío millonario de fondos en la causa que involucró a las Madres de Plaza de Mayo para la construcción de viviendas, quedando en la nebulosa el manejo de $ 756 millones que realizó junto a Sergio Shocklender. El gobierno kirchnerista también le cedió una radio y le entregó subsidios para crear la Universidad Madres de Plaza de Mayo, estatizada en 2014, al hallarse asfixiada con una deuda de $ 238 millones.

En el atentado a las Torres Gemelas en septiembre de 2001, Bonafini reveló que fue un momento de alegría. “No voy a ser hipócrita, no me dolió para nada. Sentí que había hombres y mujeres muy valientes, que se prepararon y donaron sus vidas para nosotros”, declaró.

Fue defensora del régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, donde llueven las denuncias por violaciones a los derechos humanos. Fue una de las  impulsoras de la “ley de medios”, aprobada durante el gobierno de Cristina. En septiembre de 2010, en una arenga frente a Tribunales, convocó a “tomar el Palacio de Justicia y echar a los miembros de la Corte Suprema”.

En enero de 2008, Bonafini lideró una protesta y ocupó la Catedral metropolitana, denunciando que las autoridades de la curia les impidieron usar los baños y tuvieron que “improvisar uno detrás del altar”, lo que luego fue negado por la Iglesia. En 2007 afirmó que “Macri y Bergoglio son fascismo, la vuelta de la dictadura”, según escribió Mariano de Vedia en La Nación.

Bonafini convocó a “quemar los campos” y la soja en 2019. También fue repudiada cuando propuso probar las pistolas Taser contra las hijas de Mauricio Macri, Antonia, que en ese momento tenía 7 años, y de María Eugenia Vidal. En junio de este año calificó de “dictador” al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.

No se puede negar que su lucha por la verdad sobre la última dictadura militar llevó a Hebe a tener un rol protagónico a nivel nacional, pero lamentablemente sus banderas de derechos humanos quedaron muy pegadas al kirchnerismo, muy cuestionado por los hechos de corrupción, y de su boca salían expresiones sin medir las consecuencias. En su última aparición pública, pidió “hacer una pueblada para sacar a todos estos jueces de mierda”, al referirse a los ministros de la Corte, a los que cuestionó porque “perdonan a los que quisieron matar a Cristina”.

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