Por Mariano Pizzi.- ¿Cuál es el fondo del reclamo de los profesores de educación física?
Mas allá del reclamo legítimo al derecho a trabajar, los profesores intentamos que la clase dirigente entienda, que la actividad física no es sólo recreación, es salud. El hecho que uno se divierta y entretenga en un gimnasio, una pileta, con una pelota o una paleta, no quiere decir que durante dicho entretenimiento no se provoquen otras «cosas».
Resulta que cuando nosotros realizamos cualquier tipo de actividad física, se desencadena una sucesión de hechos fisiológicos que van a influir positivamente en la salud.
Imaginemos a una persona que corre en un partido de tenis para pegarle a una pelota: los músculos que usamos para desplazarnos y pegarle a la pelota necesitan «combustible», como por ejemplo los hidratos de carbono y las grasas, 2 sustancias que en exceso provocan sobrepeso y diabetes (entre muchas otras patologías), enfermedades que agravan muchísimo el cuadro de COVID-19.
Si pensamos en alguien pedaleando, nadando, corriendo o en el gimnasio,
pensemos que mediante la contratación muscular está liberando endorfinas (las llamadas hormona de la felicidad) que generan una sensación de bienestar inexplicable, sensación tan importante en tiempos de estrés, miedo, angustia que estamos atravesando….
Si jugamos un picadito o una tocata, la liberación de enzimas, hormonas y otras sustancias, van a impactar positivamente en nuestro sistema inmune, sistema encargado de defendernos ante enfermedades…
Entonces, ¿quién puede estar en contra de la salud en épocas de pandemia?
Pelota, paleta, pileta, bici, barra, mancuerna, correr, caminar… Son solo medios que traen como consecuencia un fortalecimiento del sistema inmunológico, por eso prohibirlos o restringirlos, es jugar a favor del virus, contrariamente hay que promoverlos, con las medidas sanitarias correspondientes, pero promoverlos.
En estos tiempos somos una actividad esencial, no recreativa.
Actividad física = salud.
El autor es profesor en educación física.