Ya en el nuevo siglo, y frente a muy variados desórdenes y conflictos ambientales, la entidad siguió haciendo oír su voz en el debate de ideas en torno de estas cuestiones. Tanto más a medida que en la agenda global -y en su correlato en el orden local-,se hacía cada vez mayor la evidencia de una
crisis climática, ambiental y social, de la destrucción de muchos ecosistemas y del consecuente deterioro de la salud de la población, muy visible ahora con la aparición de nuevas enfermedades y pandemias, clara muestra del agotamiento de la agredida naturaleza.
Las agrupaciones socioambientales deben sostener un combate notablemente desigual, frente a comportamientos rutinarios y a poderosos intereses creados (y al influjo de sus eficaces aparatos de comunicación). Por esa razón es imprescindible unir fuerzas con redes y organizaciones con ideales similares. Ya en los 90 la entidad se había integrado a movimientos como los de la Red Nacional de Acción Ecologista o los de la coalición “Ríos Vivos”, uno de los grupos que, con fundadas razones ecológicas, consiguieron frenar el proyecto de represa del Paraná Medio. Ya en este siglo XXI, “Amigos de la Vida” ha coordinado actividades con la local agrupación NET (Nueva Ecología de la Tierra), y forma parte de la muy activa multisectorial “Paren de Fumigarnos” y del colectivo “Rafaela
sin Venenos, por la Agroecología”.
Hubo hechos alentadores, como cuando integrando la entidad la “Comisión de Seguimiento” consiguió -como ya se ha mencionado antes- que tres grandes establecimientos fabriles construyeran sus plantas de tratamiento de sus efluentes industriales. Con posterioridad, el atento monitoreo de “Amigos de la Vida” ha identificado y denunciado con éxito, ante las autoridades correspondientes, el ocasional volcado ilegal, en el Canal Norte, de efluentes sin tratar y de otros desechos, así como el derrame y persistencia en la vía pública de líquidos cloacales, aflorando desde
bocas de tormenta.
Por otra parte, y tal vez por esa activa presencia, siempre habrá vecinos que acudan a “Amigos de la Vida” como institución de consulta y referencia. Así es como se colaboró activamente con vecinos que sospecharon un probable vínculo causal entre problemas de efermedades en sectores del barrio
colindantes con campos fumigados (como en el «Brigadier López» o el “Amancay”, por ejemplo), solicitando por ello estricta delimitación de la línea agronómica ; otros vecinos, en el barrio Belgrano, relacionaron la muerte de una chiquita, Brisa Lescano, con el transformador eléctrico situado en su
vereda. Mostraba pérdidas, en efecto, del aceite usado como refrigerante, con alto contenido de PCB (bifenilos policlorados), un compuesto definido tiempo después como cancerígeno y retirado, gradualmente, de los transformadores. Otros vecinos, en el barrio “17 de Octubre”, ante posibles
riesgos de contaminación electromagnética, se oponían a la instalación de una antena de telefonía móvil junto a un muy concurrido espacio público. La entidad investigó, asesoró y acompañó activamente también a estos vecino, incluso en enérgicos debates en el Concejo Municipal, y esa
antena fue instalada finalmente en lugar más alejado.
Entre otras muchas intervenciones de la entidad, debe anotarse la denuncia de frecuente tala, extirpación o podas incorrectas de árboles todavía útiles y vigorosos. Se inclinó a lograr que se preservaran, en lo posible, grupos de árboles amenazados por proyectos de eliminación, incluyendo a algunos que, situados en propiedad privada, la cultura popular los considera un bien público y un “pulmón verde” ciudadano. En apretadísima síntesis, se recuerda la presencia preponderante de “Amigos de la Vida” en casos polémicos como el de unos 80 amenazados álamos del barrio “Brigadier
López”, también el de los eucaliptus del “17 de Octubre”, o más recientemente el de otros numerosos ejemplares de esta especie en un sector de calle Ageo Culzoni, en barrio “Los Arces”. No ha dejado de recomendarse, en muchos casos, la reforestación con especies autóctonas.
La entidad repetidamente ha lamentado, en tal sentido, la desafortunada decisión, años atrás, de cerrar el antiguo vivero municipal. Por el contrario, ha propuesto para Rafaela la idea de un Vivero Agroforestal Modelo con invernadero, banco de semillas propio y provisión de plantines en
desarrollo, aunque pensado además como proyecto educativo.. Ante todo, una herramienta que facilitaría la correcta implementación de los planes municipales de forestación que, de otro modo, se complican.
No obstante, la prolongada discusión de un nuevo marco regulatorio para las aplicaciones periurbanas de agroquímicos ha ocupado uno de los primeros lugares en la preocupación de la entidad, junto a sus organizaciones solidarias como NET (Nueva Ecología de la Tierra) y “Paren de Fumigarnos”. Es que, mucho antes de que en 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC , el ámbito de esa especialidad en la OMS) evaluara al glifosato como cancerígeno, ya se contaba en el mundo con numerosa evidencia científica, observándose que el incremento de los casos de cáncer, en los últimos 20 años, estaba cronológicamente relacionado con el fuerte aumento de los volúmenes de aplicación en el país de ese y otros agroquímicos. “Amigos de la Vida” hizo un importante aporte al debate de ideas a través de notas, participación en rondas de consulta y charlas informativas, presentaciones de libros y paneles de debate.
También, desde hace años, solicitando al Concejo Municipal el tratamiento de una ordenanza superadora y haciendo llegar para eso abundante documentación científica o sus propias propuestas en procura de una regulación que asegurase una conveniente protección de la salud humana y del ambiente. Debe recordarse que se propone, entre las soluciones, una positiva transición hacia sistemas de producción agroecológicas y sustentables, en armonía con la Naturaleza.
Participando ahora del colectivo “Rafaela sin Venenos, por la Agroecología”, se ha exigido en primer término -con el apoyo de casi 900 firmas- la derogación de la ordenanza Nº 5331 (la aprobada por el Concejo el 2 de diciembre de 2021) por considerarla un grave retroceso, puesto que en la práctica reduce de 200 a sólo 50 metros el área de resguardo sin fumigaciones. Con posterioridad, nuestras organizaciones y otros vecinos han presentado una Acción Judicial contra esa ordenanza, solicitando que se anule el articulado que establece ese insólito límite de 50 metros.
Paralelamente, nuestras entidades organizan importantes charlas didácticas y también ferias agroecológicas. En esta obligada síntesis hay que agregar que, formando parte de la multisectorial “Paren de Fumigarnos”, la entidad ha promovido, entre otras, la siempre postergada Ley de Humedales, y diferentes proyectos legislativos en la provincia, como la Ley de Fomento a la Producción Agroecológica y los proyectos destinados, una y otra vez, a modificar la desactualizada y anacrónica Ley 11.273/ 95 sobre agroquímicos. En Rafaela debe anotarse, entre otras acciones de
“Amigos de la Vida”, su insistencia para que se lleve a cabo un completo estudio epidemiológico de morbi-mortalidad por cáncer, y su proyecto -puesto a consideración de autoridades de todos los niveles- para que se instale aquí un necesario Centro de Radioterapia.
Es el momento además de confirmar el profundo valor que en estos momentos tienen las agrupaciones socioambientales, como la que nos ocupa, que más allá de los obstáculos, rechazos y desafíos que deben enfrentar, continúan en esta lucha incansable por la salud del planeta, que es decir de todas las especies que lo habitan.
Los primeros 30 años de “Amigos de la vida”
Algo más sobre su historia. Se trata de un comunicado de la Asociación “Amigos de la Vida” de Rafaela.