Por Emilio Grande (h.).- Veinte años atrás vinieron unas pasantes americanas a Rafaela en el marco de un intercambio. Al final de la entrevista les pregunté qué cosas le llamaron la atención de nuestra ciudad, una de ellas ironizó: «parece que los autos en Rafaela no tienen frenos, porque nadie frena en las esquinas».
En este contexto, en los últimos tiempos vienen aumentando los accidentes de tránsito en los distintos barrios de la ciudad, siendo los principales actores automovilistas y motociclistas, con graves consecuencias humanas (heridos de gravedad y en algunos casos producen la muerte, especialmente cuando no llevan casco), lo que trae aparejado la intervención de los seguros, del Municipio (agentes) y de la Provincia (el 107 y agentes policiales). No se puede generalizar, pero en muchos accidentes participan jóvenes que no usan casco, sin carnet de conducir ni seguro.
Esto sumado al aumento de la inseguridad con hechos reiterados de los motochorros con o sin casco y en muchos casos sin la chapa patente, quienes se aprovechan de los indefensos transeúntes y ciclistas para arrebatar mochilas o carteras a cualquier hora del día.
En este sentido, el parque automotor es altísimo en Rafaela comparado con otras ciudades: en setiembre de 2019 había 92.353 vehículos (casi uno por habitante) de los cuales el 53% son motos, según fuentes confiables del Municipio a este diario. Es una materia pendiente contar con una política pública sobre el tránsito porque desde hace años el Municipio no le encuentra la vuelta en las distintas administraciones justicialistas desde 1991 a la fecha, con algunos parches y retoques de maquillaje como las avenidas Fanti, Vieytes-Marchini y Gabriel Maggi, pero no se soluciona el problema de fondo: ¿cómo atacar y encauzar el caótico tránsito en la ciudad? De las miles de infracciones labradas por los inspectores, ¿cuántas llegan a sentencia y cuántas se ejecutan? Falta onda verde en las avenidas Suipacha y Salva-Brasil; se producen «cuellos de botella» en Maipú-Sarmiento y Pellegrini-Alem con tres carriles esperando el semáforo y al cruzar el bulevar hay autos estacionados en ambos costados. Hay que incentivar el mayor uso de los minibuses con más unidades para que las frecuencias de las cinco líneas sean más cortas y con recorridos directos de los barrios al centro.
Al mismo tiempo, muchos ciudadanos circulan sin respetar las normas de tránsito: motociclistas sin casco, chapa patente, carnet y seguro, y frente a los controles municipales no son pocos los que se escapan en contramano y por las veredas, lo que puede terminar en un accidente; muchos no frenan en las esquinas y menos aún en las sendas para dejar pasar a los peatones. ¿Por qué hay tanta imprudencia para manejar y no respetan las normas de tránsito como ocurre en otros lugares del mundo?
Burocracia municipal
Hace más de un mes empecé a buscar información sobre accidentes de tránsito entre autos y motos en Rafaela. Primero consulté a una fuente del Departamento de Educación Vial del Municipio, la que me derivó a Ingeniería de Tránsito. En esa área está la información procesada entre 2012 y 2019 inclusive, pero el empleado que me atendió pidió que presentara una nota para ser autorizado.
Entonces envié el pedido por e-mail el 11 de febrero a la Secretaría de Ambiente y Movilidad, que está a cargo de María Paz Caruso, solicitando estadísticas de accidentes de autos y motos en la ciudad desde 2012 hasta el 2019 inclusive, como así también las edades de los motociclistas, si tenían la documentación correspondiente (licencia de conducir, seguro) y qué porcentaje tenía el casco.
A los 15 días me llamó por teléfono un empleado de la citada Secretaría, diciendo que no estaban facultados para brindar la información requerida y debía presentar una nota por escrito en la mesa de entrada del edificio municipal para que sea autorizado por el fiscal municipal Daniel Fruttero.
Siguiendo las indicaciones, presenté la nota correspondiente en la mesa de entrada en el subsuelo del palacio municipal. Finalmente, envié un mensaje de whatsapp al citado fiscal hace unos días, respondiendo que no había recibido la nota, iba a averiguar y la información de los últimos tres años está en la web municipal, en el mapa urbano sección de accidentología urbana. En realidad hay un mapa, en cada año aparecen puntos de referencia con los accidentes en distintos lugares de la ciudad, pero no sirve como estadística periodística. De este trajinar burocrático fue informado prensa municipal.
A decir verdad, en 24 años de ejercicio del periodismo en Rafaela (entre La Opinión y Castellanos, sumado al programa radial en distintas emisoras locales) nunca me pasó una situación similar de tener que renegar tanto para conseguir una información, quedando enredado entre los vericuetos y laberintos de la burocracia municipal. ¿Cuál es la intencionalidad de ocultar y negar el derecho constitucional a la información pública que tiene cualquier ciudadano? ¿Será una nueva decisión política del Ejecutivo? ¿Los nuevos vientos políticos del gobierno nacional bajaron a Rafaela?
Pedido de informes
En este contexto, el edil Lisandro Mársico presentó el lunes último un proyecto en el Concejo, solicitando Ejecutivo que a través de las áreas que corresponda proceda a informar sobre los datos requeridos en el artículo 57º del Código de Tránsito de la ciudad de Rafaela, ordenanza Nº 2969 (to 3029), correspondientes al segundo semestre del 2019, especificar las edades promedios de los conductores involucrados 2019, lugares de su producción 2019, correctamente el total de personas intervinientes en el 2018 porque no coincide entre una placa y otra, y los datos del mes de diciembre del 2018.
«El factor más importante por el cual los accidentes ocurren tienen que ver con la imprudencia de quienes conducen los vehículos, sea del porte que sea. El infringir la ley es una característica muy habitual en el ciudadano y es una causa fundamental de los accidentes, pero esto se relaciona con la dureza en las penas; si fueran más duras el Estado aplicaría las ordenanzas establecidas lo que haría disminuir ciertos incumplimientos a las normas locales y a la ley nacional de tránsito, que son causas de accidentes», opinó ante la consulta de este cronista.
En muchos accidentes, los motociclistas no usan casco, no tienen carnet de conducir ni seguro, sumado a algunas motos sin patente, ¿cómo puede actuar el Municipio para corregir esta situación?
Estos ejemplos que mencionaste son causas que posibilitan al Estado para aplicar la legislación vigente para retener el motovehículo. Además de las campañas de concientización que el Estado debe llevar a cabo, tiene los instrumentos y las herramientas legales suficientes para poder retener el vehículo en los casos de las infracciones mencionadas.
¿De qué manera contribuye esta situación frente a la creciente inseguridad ciudadana, donde los motochorros son los principales actores de los delitos?
Exigirle a la ciudadanía que el vehículo esté en las condiciones que establece la ley nacional de tránsito y el Código de Tránsito de Rafaela es una manera de prevenir en seguridad. Hay muchas motos que se utilizan, no tienen patente, no hay forma de identificarla para delinquir; no digo que el que no tiene patente es un delincuente sino que muchas motos se utilizan para delinquir y no están en las condiciones que establece la normativa, por ejemplo carecen de chapa patente. Se puede proceder al secuestro de motocicletas o autos que no estén en condiciones de circulación y es una forma de prevención que debe llevar a cabo el Municipio en virtud de que tiene los instrumentos legales para hacerlo.
Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 14 de marzo de 2020.