Por María Herminia Grande.- ¿Qué tienen en común Florencio Varela y J. B. Molina tras los comicios del domingo pasado?: en ambas poblaciones el contundente voto al kirchnerismo. Florencio Varela es una partido del conurbano bonaerense que ostenta el mayor índice delictual. J. B. Molina, es una población enclavada en el corazón sojero santafesino. La foto del domingo muestra que ambas fueron atravesadas contundentemente en favor al voto del oficialismo, demostrando que la población prefirió en la escala de todas sus prioridades, colocar la seguridad económica. (Los precios de la soja tranquilizan el bolsillo del hombre de campo, y los planes asistenciales al habitante de Florencio Varela). Néstor Kirchner desde aquel minúsculo 22% supo utilizar su ingenio político para blindar aquella debilidad hasta convertirla en absoluta fortaleza, con bases reales o ficticias, pero fortaleza al fin. La manera en que Néstor Kirchner y luego su esposa Cristina Fernández, manifiestan su forma de tomar decisiones, contrasta enormemente con el de las oposiciones. Los Kirchner muchas veces rayando conductas autoritarias, se expresan con contundencia creando realidades, transformando otras e ignorando muchas. Mientras que las oposiciones dilapidaron la posibilidad que les otorgó el voto mayoritario en el 2009, de tener el protagonismo avalado por la gente; peleándose “a lo Pimpinela”y no por diferencias, sino por egoísmos protagónicos. Fallaron en las estrategias de inserción social, en muchos casos con errores inadmisibles para actores principales de la política mayor. En el abanico de errores evitables, figuran desde el devaluarse los unos con los otros, no tener armados territoriales ni siquiera en las provincias más representativas, hasta la “ingenuidad o mezquindad” de no contar con el número suficiente de fiscales a la hora de controlar los comicios. (En Buenos Aires hablar de fiscales implica contar, aproximadamente, con un millón y medio de dólares)… Este es un dato de esta realidad donde los partidos vacíos dejaron de tener militantes. A propósito, la volatilidad del voto ciudadano tiene mucho que ver con la inmovilidad de los partidos políticos. La síntesis expresada el domingo por la gente sería que el 50% de los votantes cree, que Cristina los lleva a algún lado, mientras que el resto de los candidatos dividen pedacitos de confianza.
Dado los resultados todo indicaría que el Dr. Ricardo Alfonsín eligió el pragmatismo de las matemáticas (con datos viejos) por sobre la convicción de sus proyectos. El Dr Eduardo Duhalde se desorientó en la estrategia que exigen estos tiempos. El Dr. Hermes Binner es el candidato de la oposición que más chances tiene de crecer hacia octubre. Mauricio Macri y Alberto Rodríguez Saá aparecen con sus conductas como facilitadores del voto al kirchnerismo. En política no existe la inocencia ni su presunción. Mauricio Macri con su ausencia y su silencio a la hora de expresar la opinión que todo dirigente que se precie de tal realiza en momentos de definiciones políticas, pasa a encabezar la nómina del opositor más oficialista.
La presidente Cristina Fernández al igual que Rosas, concentra hoy en sí, la suma del poder. Alguien que la frecuenta me contaba “cuando Néstor vivía, uno se sentaba a hablar con Cristina y sabía que detrás de su silla había otro poder; hoy uno se sienta a hablar con Cristina y ahí está el poder”. La imagen de la Presidente el 14 de agosto a la noche abrazada sólo con su hija, habla en esa dirección. Cuenta la Presidente en el libro «La Presidenta, historia de una vida», escrito por Sandra Russo que su marido la protegía hasta más allá de sus ganas y que en la madrugada de la 125, cuando llegó al dormitorio desolado le dijo “ya no podré protegerte”. No obstante, la protección del ex presidente se extendió hasta este presente electoral dado que fue él quien desarrolló las estrategias, incluso la colectora de Sabatella en Buenos Aires, que posibilitó a la Presidente revertir aquella ecuación en la cual el gobernador Scioli la superaba en votos. Como también dije oportunamente el domingo el peronismo disputó su interna, por ello es muy probable que en octubre Cristina Fernández obtenga muchos más votos que los del pasado domingo. Si esto es así, y Cristina Fernández de Kirchner consigue su reelección, tendrá dos posibilidades: aferrarse a ese triunfo y entender que los votos plebiscitaron su modelo y seguir en el círculo cerrado del mismo; o, con el impulso de la confianza prestada nuevamente por otros cuatro años, encarar decididamente la solución de los problemas de la población Argentina. Es decir, derrotar la inseguridad, convertir los planes sociales en trabajo, sincerar el INDEC y con él reconocer la inflación real, investigar la corrupción, ser atractivos para los inversores externos, ir por la calidad institucional prometida por la candidata Kirchner en el 2007.
Como cierre dos formas de entender la política. El diputado Federico Pinedo al disculpar la ausencia de Mauricio Macri el 14 de agosto, dijo: “Mauricio estaba filtrado”. Agustín Rossi luego de una gran derrota en su provincia dijo: “ya estoy militando para conquistar el voto que me fue negado”.
Fuente: diario La Capital, Rosario, 20-08-2011 y www.mariaherminiagrande.com.ar