Por Myriam Mitrece.- El derecho a la vida se ve nuevamente amenazado en América Latina. La Corte Interamericana de Derechos Humanos tratará en los próximos días un caso que puede afectar a toda la región.
Una joven vulnerable
El caso Beatriz vs. El Salvador puede verse desde el frío ángulo de un conflicto político-judicial, también puede entenderse como la lucha entre la cultura del descarte y el respeto por la dignidad personal o puede mirarse desde el lado humano, con personajes de carne y hueso. Vamos por ahí, buceando en la historia de Beatriz y Leilani, allá por 2013, en El Salvador.
A Beatriz le habían detectado lupus eritematoso cuando tenía diecinueve años. Unos años después, quedó embarazada de su primer hijo. Como el lupus puede ser una enfermedad grave durante el embarazo le propusieron hacerle una ligadura de trompas ni bien naciera su hijo, pero ella se negó: quería volver a ser mamá.
Poco tiempo después, la joven mamá salvadoreña, vuelve a quedar embarazada. Afortunadamente el lupus estaba controlado y no representaba un riesgo para su vida. Cuando todo parecía andar bien, en uno de sus controles recibe una noticia lamentable: su bebé, a la que iba a llamar Leilani –niña del cielo en hawaiano- padecía anencefalia, partes de su cerebro y cráneo no estaban formados. Los niños con su condición suelen tener muy pocas posibilidades de sobrevida fuera del útero materno. Viven unos minutos, horas, meses, como máximo unos poquitos años, pero eso no la hacía menos persona ni menos digna.
En los embarazos normalmente hay miedo e incertidumbre, ¡cuánto más cuando la salud está comprometida! Con amor y acompañamiento todo es más fácil, pero Beatriz se encontró con quienes buscaban utilizarla para promover la legalización del aborto en su país.
La asustaron y le quitaron la esperanza; la manipularon y usaron su dolor con el fin de introducir más cultura de la muerte. Si seguía con el embarazo, seguramente moriría, le dijeron. Le aseguraron que el feto que engendraba, no era un ser humano verdaderamente vivo. ¿Qué sentido tendría pasar por un embarazo riesgoso si la bebé iba a morir? ¿Dejaría a su hijo huérfano? Como el aborto en El Salvador no es legal, la indujeron a que pida la autorización ante la Corte Suprema de su país.
Los médicos que cuidaban a Beatriz, consideraron que era prudente que se produzca el nacimiento a las 26 semanas de gestación. La niña del cielo partió de este mundo con 5 horas de vida, pudiendo recibir el amor y el calor de su mamá. Beatriz estuvo unos minutos despidiéndose de ella. Más tarde contaría en una entrevista que siempre le llevaba flores a su tumba.
Beatriz se recuperó de la cesárea y su vida continuó hasta que, cuatro años más tarde, un fatídico 8 de octubre, sufrió un accidente de moto y falleció a causa de las heridas producidas.
Ya no estaban la mamá ni la hijita, sin embargo, este caso, considerado el Roe Vs. Wade de Latinoamérica, siguió corriendo hasta llegar a una corte supranacional.
Detrás de la escena
Detrás de la triste realidad de una mamá vulnerable se mueven los hilos políticos. Estrategias que se calculan usufructuando la desgracia ajena. Varios grupos proaborto se acercaron a Beatriz ofreciendo su apoyo y patrocinio, entre ellos el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), una de las organizaciones que más casos promovió en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Busca casos que pueden resultar paradigmáticos y los utilizan para promover sus agendas en el nivel judicial.
Desde 2010, el CEJIL estuvo involucrado en 25% de los casos que llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. IPAS es una empresa que forma al personal médico sobre procedimientos abortivos, incluso en los países en los que está prohibido y comercializa aspiradores para hacer abortos.
La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico que abiertamente defiende el descarte de bebés discapacitados y la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, una organización de lobby proaborto que promueve la legalización especialmente en El Salvador. No es casual que en estas organizaciones siempre ande rondando el soporte económico de Open Society, Fundación Ford y la IPPF.
¿Imparcialidad?
Es sabido que tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos siguen una agenda favorable al aborto. El plan Estratégico 2023-2027 de la Comisión tiene entre sus objetivos “fortalecer los estándares de justicia reproductiva, con énfasis en la despenalización del aborto”. Por lo tanto, existen dudas razonables sobre la imparcialidad de la Corte respecto de esta temática.
El 22 y 23 de marzo la Corte Interamericana de Derechos Humanos tratará este caso lleno de mentiras y medias verdades que puede ser clave para la causa provida en América Latina., como lo fue Roe vs. Wade en su momento para EE.UU. Si El Salvador pierde el litigio, el aborto podría ser declarado derecho humano. Este hecho obligaría a ese país a admitir el aborto por causales, presionaría a los países que no permiten el aborto y dificultaría la reversión de las leyes a los que ya lo legalizaron.
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Fuente: https://www.laprensa.com.ar/
