Por Jorge Lanata.- El silencio del Gobierno después de las declaraciones de la arrepentida Mirta “Shakira” Guerrero fue ensordecedor. El único modo de evaluar el impacto fue la intensidad de la campaña sucia promovida por el subsidiado (con publicidad estatal) Roberto Navarro y otros personajes menores (un tal Duggan, por ejemplo) llamando a la violencia contra Jonny Viale, Eduardo Feinmann y el autor de estas líneas.
“Algo hay que hacer con ellos”, dijo Navarro. Cuando finalmente se corrió el velo sobre Milagro Sala, hablaron los grupos de tareas pero no los protagonistas; ni siquiera su ex abogada y ministra de las Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. A Elizabeth no la conmueven los abusos fuera de la tropa propia.
“Cinco hombres me pegaron en su casa y ella se cagaba de risa”, me había dicho Mirta Guerrero el domingo en Canal 13.
El grupo de tareas mediático evitó, como siempre ante una denuncia, hablar del punto, y eligió agredir a quienes la difundimos. Es mentira que Milagro Sala no tienen ninguna condena: tiene una firme y las otras están en distintas instancias de confirmación, más allá de que siguen surgiendo novedades que la comprometen en maniobras de lavado de dinero que darían origen a una nueva causa.
La investigaciones judiciales sobre Milagro Sala se pueden dividir en dos grandes categorías: aprietes y amenazas, por un lado. Y asociación ilícita, fraude y lavado, por el otro.
Sala tiene una condena firme en el caso conocido como “Bombachas”, en el que fue acusada de llamar por teléfono a una comisaría para que suspendieran un procedimiento contra una dirigente social: “Son una manga de incompetentes,cuando les ponga yo una bomba me van a conocer. Los voy a hacer volar a la mierda”, le dijo a dos agentes en octubre de 2014.
La Corte Suprema confirmó una condena a dos años de prisión.
Este jueves arranco el juicio oral en el que Sala está acusada de haber ordenado la destrucción de un expediente judicial que comprometía a gente de su entorno con una tentativa de homicidio. Se le imputan coimas a un empleado judicial y sustracción de documento público.
Tiene una pena de tres años de prisión por instigar a un escrache y posterior ataque al entonces senador Gerardo Morales.
En la causa “Pibes Villeros” está acusada de liderar una asociación ilícita y desviar más de sesenta millones de pesos destinados a viviendas sociales entre 2011 y 2015. La condenaron a trece años de prisión. Hay un recurso elevado por su defensa ante la Corte que se resolvería antes de fin de año. En febrero pasado el procurador interino Eduardo Casal pidió rechazar los planteos y dejar firme la pena.
“Megacausa” es la causa madre que investiga un desfalco de 1.200 millones de pesos por obras no realizadas o inconclusas. De aquí se desprende la investigación por lavado a la que ahora se agregaron nuevos elementos.
Fuentes judiciales consultadas por Clarín detallaron que la causa de lavado tiene 17 imputados, investigados por maniobras de compra de vehículos y propiedades que terminaban a nombre de allegados o familiares de Milagro. Son tantas las irregularidades que se está pensando en abrir una causa “Lavado 2”.
Los arrepentidos
Hasta ahora hay dos arrepentidos (“Shakira” y el ex chofer de Sala) y en los próximos días se agregaría un tercero: el ex esposo de una persona muy cercana a Sala, que se ocupaba de los temas legales. Al ampliar su declaración Mirta “Shakira” Guerrero aportó imágenes y domicilios de unas treinta propiedades no conocidas de Sala. También señaló al Apart Hotel Lima, frente al ministerio de Desarrollo Social, que habría sido comprado en cuotas por la líder de la Tupac.
Los testigos declararon que era usual el traslado de bolsos con dinero, por tierra, desde Jujuy a Buenos Aires. El ex chofer dijo que en una oportunidad trajo casi cinco millones de pesos para la campaña de Scioli en 2015. La declaración de Guerrero también puso bajo la lupa los viajes al exterior que Milagro definió como “charlas”. Según Mirta viajaba con una comitiva numerosa: todos en primera y con diez mil dolares en efectivo cada uno. ¿Cómo lo supo? Ella misma fue a cada uno de esos viajes.
En marzo de este año una comitiva de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata viajó a Jujuy para entregarle a Milagro Sala el Premio Rodolfo Walsh. ”Luchó por el empoderamiento de las mujeres, tanto en su rol de trabajadoras y como lideresas y por políticas de reparación y redistribución para los/as/es trabajadores/as, desocupados/os/es”.
Juro que es textual. En 1999 yo gané ese premio (antes lo habían recibido García Lupo, Bonasso, Verbitsky, Telenoche y Ariel Delgado). Cuando se lo entregaron a Hugo Chávez, Cristina Kirchner y Rafael Correa llamé a la decana Florencia Saintout para devolverlo. Le ofrecí hacerlo en mi programa en Radio Mitre, donde podríamos discutir. Nunca vino a la radio. El premio, ahora, lo tiene Milagro Sala.
Fuente: https://www.clarin.com