Por Emilio Grande (h.).- En medio de una realidad social y política excesivamente compleja por diferentes motivos, finalmente sucedió lo que la mayoría de la gente no quería escuchar y ver… el ataque de Rusia a cargo del zar Putin al pacífico país de Ucrania por aire, tierra y mar.
¿Cuáles son los móviles o argumentos para esta agresión militar rusa al pueblo ucraniano? ¿Se debe a intereses geopolíticos, históricos de la época de la Unión Soviética o más bien a las ambiciones personales de un líder muy cuestionado y autoritario al estilo de Hitler?
¿Cómo es psicológicamente Vladimir Putin? Tiene una personalidad dura, con rostro adusto e inflexible. Es el líder de los partidos de ultraderecha del mundo, xenófobos, misóginos y homofóbicos. A decir verdad, es un enfermo con poder (es presidente desde 1999 al 2008 y desde 2012 hasta la actualidad)…
El que piensa diferente en Rusia es perseguido, especialmente los dirigentes políticos y periodistas. Hubo protestas contra la invasión en 51 ciudades y detuvieron a 1.400 personas por supuestamente “acciones no autorizadas”… viva la democracia. No hay que olvidarse el caso de Alexei Navalny en 2020; se trata del opositor ruso que «fue envenenado con Novichok» (agente nervioso químico), según el gobierno de Alemania.
La directora del Centro Meyerhold, el teatro estatal de Moscú, Yelena Kovalskaya, renunció en protesta por la invasión rusa de Ucrania, según lo anunció en Facebook y en duros términos contra el presidente Vladimir Putin, expresando que “es imposible trabajar para un asesino y cobrarle un sueldo”.
Según el embajador de Putin en la Argentina, “no es objetivo de Rusia la ocupación del territorio de Ucrania”. Dmitry Feoktistov dijo que el objetivo de la operación militar es frenar lo que llamó el “etnocidio” de rusoparlantes en la región del Donbass.
En el plano nacional, hay que recordar el reciente viaje del presidente Alberto Fernández con escala en Moscú, donde se reunió con Putin y cuestionó a Estados Unidos por el pre-acuerdo con el FMI, pero no le reclamó una solución pacífica del conflicto en Ucrania. ¿Cómo se explica la fascinación kirchnerista por Putin? En la OEA, la Argentina evitó una condena a Rusia por la invasión a Ucrania.
Volviendo al conflicto que empezó siendo europeo y puede tornarse mundial si participaran otros países, especialmente los Estados Unidos. ¿Cuáles son las alternativas para frenar esta escalada rusa?
Una posibilidad es la respuesta inmediata de los gobiernos europeos y americano a la invasión de Rusia en tierras ucranianas. Parafraseando a san Juan Pablo II, entramos en una “espiral de violencia” de nunca acabar entre ambos bandos en pugna.
Otra alternativa es la vía diplomática, que por ahora fue agotada con las incursiones de distintos gobernantes que interactuaron con Putin para frenar esta guerra, pero el líder ruso hizo oídos sordos. Al respecto, El secretario de Estado de la Santa Sede Pietro Parolin pidió a todas las partes implicadas que “se abstengan de cualquier acción que cause aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilice la convivencia pacífica y desacredite el derecho internacional (…) aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay espacio para el ejercicio de una sabiduría que impida que prevalezcan los intereses partidistas, proteja las legítimas aspiraciones de todos y evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”.
Finalmente, está el plano de fe en clave de oración. El arzobispo de la Iglesia greco-católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, recordó que la historia del siglo pasado enseñó que todos los que iniciaron las guerras mundiales las perdieron, y los idólatras de la guerra solo trajeron destrucción y colapso a sus propias naciones. Está convencido de que Dios dará la victoria a sus compatriotas injustamente agredidos. De cara al inicio de la Cuaresma previsto para el 2 marzo, “miércoles de ceniza”, el papa Francisco invita a una jornada de ayuno por la paz.
Para terminar, este nuevo conflicto mundial traerá graves consecuencias humanas -con miles de muertos y heridos-, diplomáticas y económicas. Urge parar esta locura militar, ¿no aprendimos nada de la historia de la humanidad, especialmente lo que fueron las dos guerras mundiales?