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Las locuras de Cristina enferman a la sociedad argentina

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. Como está gravemente comprometida con las causas de corrupción suele disparar dardos contra los jueces.

Por Emilio Grande (h.).- A los graves problemas de fondo que atraviesa la Argentina sin resolver desde hace muchos años, como son la inflación, la inseguridad, la pobreza, entre otros, cada tanto aparece públicamente la Vicepresidente de la Nación con afirmaciones que profundizan la interna del Gobierno y, al mismo tiempo, producen escozor en distintos ambientes sociales.

Cristina fue la oradora principal del plenario de la CTA, donde disparó contra varios frentes. Voy a analizar algunos puntos de su discurso que duró 71 minutos. Señaló que “hay festival de importaciones hace tiempo y creo que el Gobierno debe pensar cómo articular más adecuadamente: Banco Central, Ministerio de la Producción, AFIP y Aduanas. Esto tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo. ¿Por qué? Porque hay un festival de importaciones desde hace tiempo. En la Argentina, 600 empresas explican el 75% de las importaciones. Y el otro 25% de las importaciones lo explican 24.000 empresas”.

En una nueva crítica a la gestión de Alberto Fernández, recordó opiniones recientes: “Estas cosas son usar las lapiceras. No hay que agarrarse de los pelos. No hay que agacharles la cabeza [a los empresarios]”.

Le salió al cruce la portavoz del Gobierno Gabriela Cerruti, al asegurar que “no hay festival de importaciones en la Argentina; crece el número de importaciones por el crecimiento industrial: la actividad industrial creció el 8,1% en mayo y 4.1% por encima del mismo mes de 2019; esto hace que crezca la necesidad de importaciones”.

La Vicepresidente también se refirió a las crisis económicas en el mundo y a la emisión monetaria. “Yo en Olivos o en la Casa Rosada parecía una mercachifle, vendiendo heladeras, bicicletas, porque necesitaba que nuestra economía no se cayera, que fue generada por el mercado y que sigue sin superarse”, recordó la crisis de 2008.

Sobre la grave problema inflacionario, Fernández de Kirchner opinó que “una vez más la inflación parece haberse disparado. Los mismos que van a los canales de televisión a decir que el Estado es lo único malo y el sector privado es todo benevolencia. Dicen que a la inflación la genera el déficit fiscal. De la emisión no voy a hablar. El déficit no necesariamente es el causante de los desmadres económicos y de la súper inflación”.

Muchos economistas serios opinan que la inflación es producto de la excesiva emisión monetaria para sostener el gasto público, sumado a la falta de inversiones. El Gobierno le pide al sector privado que haga siempre un esfuerzo económico, pero nunca el Estado da el ejemplo, recortando los elevados sueldos en los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), como también al crecimiento de los empleados públicos en los tres niveles (nacional, provincial, municipal).

Lamentablemente, Cristina de Kirchner está seriamente enferma del poder, como sostiene la colega Laura Di Marco en el diario La Nación. Como está gravemente comprometida con las causas de corrupción, especialmente la que investiga a la obra pública y su oscura asociación con Lázaro Báez que los enriqueció, suele disparar dardos contra los jueces. 

El problema es que todavía hay argentinos que la siguen bancando y no terminan de caer sobre el grave daño que hizo el kirchnerismo, especialmente las enfermedades de poder con hechos de corrupción en los mandatos de Néstor y Cristina…

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