¿Cómo decir la verdad en el periodismo en medio de una sociedad hipócrita que tiene los valores invertidos, donde las palabras están tergiversadas?
Es la pregunta clave que hay que tratar de responder para no perder credibilidad ante el público que utiliza los medios de comunicación. La búsqueda de la verdad es una tarea ardua que nunca debe darse por terminada y requiere esfuerzo y constancia.
Hay que revalorizar la importancia de buscar siempre la verdad sin olvidar la rentabilidad empresarial, pero esta última nunca debe ir en perjuicio de los contenidos informativos y ser condicionante para ejercer el periodismo.
Al respecto, la alemana Hannah Arendt dijo que “la verdad tiene una fuerza propia: los que ejercen el poder son incapaces de descubrir o inventar un sustituto adecuado. La persuasión y la violencia pueden destruir la verdad, pero no pueden reemplazarla”.
Esta reflexión debe servir para realizar una autocrítica de quienes ejercemos esta noble profesión, pero que no siempre se está a la altura de las circunstancias, en algunos casos no respetando la privacidad de las personas, en otros pidiendo avisos de favor a cambio de dar o ocultar información, como también magnificando los hechos negativos de la vida social por encima de tantas cosas positivas para destacar, entre otros.
En el plano nacional hay preocupación por la situación de la libertad de expresión a través del casi permanente ataque presidencial a periodistas y a medios de comunicación. Kirchner y su esposa no respetaron el Día del Periodista y siguieron sus críticas a los colegas.
Hace unos días las empresas periodísticas Editorial Perfil y de Diario Perfil -de Jorge Fontevecchia- presentaron una acción de amparo judicial para reclamar al Poder Ejecutivo Nacional el cese inmediato de su política discriminatoria tanto en la distribución de las pautas de publicidad como en el acceso de sus periodistas a la información y fuentes oficiales. Ese reclamo contó con el apoyo de reconocidos periodistas.
En este sentido, en su último informe anual del Freedom House, una de las instituciones señeras en mediciones de libertad de prensa en el mundo, la Argentina ha caído del puesto 41º en 2005 al 45º en 2006. Según el director de esa organización, Christopher Walter, se identificaron serios problemas en nuestro país, mencionándose que el Gobierno usa la publicidad oficial para apoyar a los medios afines y para presionar a los otros, especialmente en las provincias.
Para el Día del Periodista en Rafaela se hicieron dos actos: el institucional organizado por el Círculo de la Prensa con reflexiones de estudiantes y periodistas en actividad y entrega de distinciones; el otro de carácter reivindicativo lo motorizó De Luca con sus tres delfines, haciéndose las víctimas por ser censurados en ejercer la libertad de expresión. Dijo que los gobiernos nacional y local son autoritarios, ¿no será un poco exagerado?, si no habría democracia la gente no podría expresarse, basta recordar lo que pasó en el período nefasto entre 1976 y 1983. Ciertamente hay cosas para mejorar sin olvidar que en la ciudad hay una polifonía de voces con dos diarios, un cable, una radio AM y más de 30 FM, que permite a la gente escuchar y seleccionar informaciones y opiniones diversas frente al intento presidencial del pensamiento único.
Emilio Grande (h.)