Por Emilio Grande (h.).- En la primera misa de nochebuena del flamante obispo diocesano Pedro Javier Torres (asumió el martes último la diócesis de Rafaela) en la Catedral San Rafael destacó redescubrir el amor de Dios hecho hombre, la capacidad de asombro y el compromiso frente a los problemas de la vida, ante un marco de público, siendo concelebrada por Ariel Botto (vicario parroquial).
“Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su Hijo, él es la palabra hecha carne. Estamos leyendo cada día palabras escritas e inspiradas por el Espíritu y es una palabra que nos habla hoy. Decía el profeta Isaías que la palabra es viva y eficaz, es como el rocío que cae y empapa la tierra, no vuelve al cielo sino después de haberla fecundado”, destacó.
Y agregó: “estas palabras de los profetas prepararon la venida del Señor, que ha venido para la alegría. Jesús es la palabra definitiva, Jesús no revela al padre. Felipe llevaba 3 años con Jesús y antes de la Pascua le dijo: muéstranos al padre y eso nos basta, respondiendo no entendiste nada, hace tanto tiempo que estoy con ustedes y no han caído en la cuenta que el que me ve a mí ve al Padre. Jesús nos revela el rostro misericordioso del Padre y lo envió para que nos llenáramos de su amor, vino a sanarnos porque somos una humanidad enferma por el pecado y por tonteras”.
Más adelante, Torres dijo que “cuando me tocó iniciar el ministerio, yo bendije con la palabra como un signo. Hoy el niño está depositado sobre la palabra en el pesebre. Es interesante vivir el 2023 desde la palabra. Teresa de Calcuta (estuvo en Rafaela en 1982) decía cuando voy a rezar lo primero que hago es silencio porque estoy convencida que lo que Dios tiene para decirme es más importante de lo que tengo que decir yo”.
“La palabra que se hace carne -continuó- requiere asombro, hemos perdido la capacidad de asombro para la alegría del amor. La Navidad es una invitación a volver al primer amor, a comenzar de nuevo. En muchos ámbitos de la vida hay que volver al primer amor porque el cansancio, la costumbre, la mediocridad, la superficialidad hacen perder esa fuerza del primer amor. El tiempo de Navidad es un tiempo para encontrarnos con Jesús y la vamos a celebrar de una manera muy solemne durante 8 días como la Pascua; se hace pequeño para derretirnos con su ternura, enternecernos frente al amor de Dios”.
Paz y libertad
En otra parte de su homilía, señaló que “sólo Jesús es el salvador, la respuesta a las preguntas más hondas del hombre, sólo El no trae la paz y la libertad; es el camino, la verdad, la vida y la luz. Lo queremos reconocer en lo simple, en la debilidad; recuperar el asombro frente a las cosas simples y la simplicidad de un pesebre. Los pastores estaban en medio de la noche y los ángeles le dijeron gloria a Dios en el cielo y a los hombres que aman al Señor. El amor de Dios por nosotros es inmenso, nos busca más de lo que los buscamos a él, es un Dios cercano”.
“Navidad es un tiempo para encontrarnos con Jesús y descubrir dónde están las fuentes de mi alegría: ¿en cosas pasajeras y superficiales o en haber descubierto el sentido de la vida en que Dios me amó primero? Qué lugar ocupa la bondad en nuestra vida y descubrir así que junto a la alegría aparece el compromiso. La llegada de Jesús como niño nos dice hay que comprometerse, cambiar tu vida, tus opciones, tus preferencias”, sostuvo.
En los tramos finales, “si nuestra vida no está centrada en Cristo andamos a los golpes, podemos estar técnicamente renovados con el mejor celular y auto, pero si nuestra vida no se ha centrado en Cristo, si nuestro compromiso no está ordenado en el amor la vida anda a los golpes. Navidad es un tiempo para fascinarnos con Jesús, desde el asombro y la alegría, comprometernos para ordenar nuestras opciones y tiempos. Hagamos tiempo para el amor de Dios, ven Señor Jesús a nacer en nuestro pesebre y corazón; sé la fuente de mi alegría y de mi paz. Los conflictos del mundo y de la vida se van a resolver si tengo paz y aprendo a amar; si ando a los golpes soy capaz de pedir perdón y ajustar lo que está suelto”.
También aprovechó para hablar de lo temporal en nuestro país: “seamos familia, testigos de este Jesús que la patria está necesitando; si uno lee los diarios de estos días parece que el Mundial hubiera pasado hace meses, ahí están peleando los políticos (¿será por el fallo de la Corte sobre restituir los fondos de la coparticipación a la CABA?). Nos lo decía el Martín Fierro que los hermanos sean unidos, esa es la ley primera porque si entre ellos se pelean los devoran los de afuera. Hace falta sensatez, recuperar la paz, tirar todos para el mismo lado del amor, la ternura y la sencillez. Para tener alegría en el corazón se necesita asombro, alegría, compromiso y silencio interior”.