Por Alicia Riberi.- En mi último viaje a Buenos Aires comprobé una vez más el dolor de tanta gente por la injusticia de la Justicia, en Santa Fe no estamos solos y hay mucha fuerza para luchar.
Hubo una época en que a la mujer no se la escuchaba y se la ignoraba y eso está muy mal, después de lucharla lograron ser escuchadas, pero fueron atrapadas por una política de género extremista, avalada por una agenda mundial y entonces se empezó a mostrar al hombre como lo peor, atropellando todos sus derechos, sin escuchar a ninguno, con eslogan como “yo te creo hermana” o “la mujer no miente”, “muerte al macho” y así sucesivamente. Fue así como hubo enfrentamientos entre mujeres, que no deberían existir si habláramos y debatiéramos como seres civilizados y no como enemigas.
Si la mujer no miente, ¿por qué hay madres, esposas, hermanas, tías que reclaman justicia para hombres inocentes, condenados por un relato y una cámara gesell con protocolos errados y personal no capacitado para este tipo de investigaciones? Es que esas mujeres, ¿sí mienten? ¿Cómo es entonces, unas sí y otras no? ¿Por qué no se aceptan los equipos interdisciplinarios para analizar la conducta del imputado y las denunciantes? ¿Por qué desde el minuto uno a las denunciantes se las llama víctimas? ¿Por qué se utiliza la cámara gesell en adultas? ¿Por qué con protocolos de niños que arrojan falsos positivos? ¿Cómo desaparecen pruebas? ¿Cómo se tergiversan pruebas? ¿Acaso no piensan que cuando pasaron tantos años de una denuncia es imposible demostrarlo y se pueden cometer grosos errores solo por el odio de una persona? ¿Los dichos son suficientes para encarcelar a un ser humano? ¿Utilizar la mente de un niño está bien? ¿Por qué a las personas adultas no se les exige declarar y más aún sin haber presentado una certificación que no pueden declarar? ¿Por qué una declaración de impacto… les parece lógico? Si se escucharon en el juicio todas las declaraciones y se presentaron pruebas, ¿por qué sacar al imputado, a los presentes, y quedarse solo con los jueces? Y presentar una declaración de impacto escrita
-¿en serio?- vulnera todos los derechos del imputado ya que no hay pruebas que la denunciante haya escrito esa declaración, pudo ser redactada por la fiscal o querellante y copiada por las denunciantes, no se ofrecen garantías….
Así podríamos seguir un día entero, pero ¿en la Justicia hay alguien a quién le interese la verdad?
Pienso, como tanta gente, que fiscales, jueces y demás operadores judiciales no toman conciencia del daño que ocasionan o lo ignoran. Madres, padres, hermanos, tíos, que quedan en el camino sin que el familiar y el imputado puedan despedirse como corresponde -eso no tiene enmienda-, el dolor y la destrucción de una familia que tiene a un ser querido encarcelado como un delincuente cuando no lo es, es de todo punto de vista inaceptable y que no decir de los niños a los que le destruyen la niñez, arrancándole a su papá como si fuera nada, le roban la plenitud de su desarrollo -su cumpleaños, el día del padre, los actos escolares, la Navidad y cuánto más ya que le roban su familia-… esto es criminal.
¿Por qué no lo entienden? Personalmente porque creo que a su familia no la sienten en riesgo, porque están avalados por el poder o bien porque temen perder prestigio y poder. Es mejor condenar un inocente que soportar el escrache social -eso dicen algunos-. Pero se olvidan que la sociedad ya despertó y es consciente de la realidad.
Particularmente, en mi profesión llegué a lo máximo de la carrera docente por mérito, por estudiar, por preocuparme por hacer las cosas bien y fui feliz cuando me retiré habiendo dado, todo de mí y no necesitando premios por eso. Hacer las cosas bien es un orgullo y obvio que uno cometerá errores, pero no voluntariamente.
Poder Judicial a ustedes les digo, a los que condenan sin pruebas, a los que se olvidaron de la presunción de inocencia y del in dubio pro reo, como pueden dormir condenando inocentes, destruyendo familias y a niños. Hoy dormirán, pero mañana Dios hará justicia y de esa justicia ninguno nos escapamos. Cuando llegue el final de sus carreras y se paguen las luces del poder, que les va a quedar: ¿el desprestigio de haber hecho las cosas mal o el prestigio de haber hecho las cosas bien y habérsela jugado? Cada uno sabrá…
Firma una madre a la que le arrebataron un hijo inocente, en nombre de todos a los que nos han arrebatado un ser querido y por tantos niños sufrientes por la injusticia de la Justicia.