Por Emilio Grande (h.).- Mientras las consultoras privadas estimaban entre un 15-16%, la inflación de febrero fue del 13,2% y acumuló 276,2% durante el último año, según informó el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos).
Este dato mensual implicó una desaceleración respecto al 20,6% que había marcado enero y del 25,5% de diciembre, el número más alto desde febrero de 1991. En los dos primeros meses del 2024 hubo 33,8%. En Santa Fe, la inflación de febrero fue menor: el 12,3%
El mayor aumento en febrero fue en comunicación (24,7%) por las subas en servicios de telefonía e Internet, siguieron transporte (21,6%) por los incrementos en el transporte público y vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles (20,2%) por las alzas en el servicio de electricidad.
El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas subió un 11,9%, por debajo del promedio. Las principales alzas fueron en carnes y derivados, pan y cereales, y leche, productos lácteos y huevos. Las menores variaciones fueron recreación y cultura (8,6%) y prendas de vestir y calzado (7,2%).
Tras difundirse el dato de febrero, la Presidencia de la Nación señaló en un comunicado que la “contundente desaceleración de precios” con respecto a los dos meses anteriores obedeció al “trabajo del gobierno nacional para imponer una fuerte disciplina fiscal”.
Y agregó: “La suba inflacionaria que enfrentamos es productos de la emisión descontrolada de los últimos años y el despilfarro generados por el programa económico del ex ministro Sergio Massa”.
Sin embargo, la mayoría de la gente viene percibiendo en los últimos tres meses que los precios se fueron “por las nubes” en todos los rubros y entonces hay que recortar los gastos, comprando lo importante y dejando para otro momento lo que es accesorio.
En este sentido, el Gobierno se muestra preocupado por los precios de la canasta básica. Así surgió de una reunión que sostuvo el ministro de Economía Luis Caputo con supermercadistas, donde el funcionario realizó reclamos a los empresarios por las remarcaciones de precios.
Desde la cartera de Hacienda indicaron que “el Ministro hizo particular hincapié en el hecho de que los precios de los productos de consumo masivo no reflejan la nueva realidad económica. Se debatieron alternativas para combatir la suba desmedida de precios y proteger de este modo a los consumidores”.
En esa línea, liberarán las importaciones de productos de la canasta básica y de los medicamentos con el objetivo de que ayuden a contrarrestar los aumentos de los precios en el mercado local. Los principales productos que ingresarán incluyen bananas, papas, carne de cerdo, café, atún, productos de cacao, insecticidas, shampoo y pañales, entre otros.
Desde el Ministerio de Economía explicaron que “esta medida alentará la importación de productos de la canasta básica cuyo precio en el mercado local sea superior al precio internacional, lo que contribuirá a una mayor competencia y, en consecuencia, a una caída en la inflación y en el nivel de precio de estos productos”.
Ciertamente, quedaron atrás 16 años de populismo kirchnerista con la emisión monetaria descontrolada, el déficit fiscal, la inflación galopante, el aumento de la pobreza. La gente dijo basta en las elecciones presidenciales de 2023.
El nuevo Gobierno le encontró la vuelta a la macroeconomía con el superávit fiscal, la baja del dólar y la inflación en descenso por la baja del consumo, pero en la microeconomía siguen los problemas, afectando a los jubilados, sectores informales y trabajadores. ¿No será el momento que los mayoristas, minoristas y supermercadistas dejen de remarcar “por las dudas” o quieren seguir ganando dinero como si estuviéramos en el viejo paradigma populista?
