La hora de los consensos

Si el Presidente abraza fuerte sus principios, al menos los expresados como candidato -diálogo, consenso, escucha-, podrá avanzar sobre la construcción de un país que necesita ser reconstruido.
FOTO DE ARCHIVO: Una bandera argentina flamea sobre el Palacio Presidencial Casa Rosada en Buenos Aires, Argentina 29 octubre, 2019. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

Por María Herminia Grande.- Por estos días, en el ringside de la política vienen perdiendo por nocaut los moderados de ambos lados. Mauricio Macri y Cristina de Kirchner no pueden superar sus resentimientos. Sus posturas extremas catapultan a la Argentina hacia el vacío, cuando se vuelven imprescindibles, más que nunca, los consensos para impulsar un puñado de políticas de Estado. Lo más increíble es que ambos dirigentes que dejaron saldos negativos para el país en sus gobiernos hoy quieran -y lo están consiguiendo- digitar el destino de una Nación.

Cristina Fernández de Kirchner, guerrera política, advirtió que sola no llegaba y buscó a Fernández. A Mauricio Macri lo buscó en su casa un sector que necesitaba un referente y creyó que él podía serlo. Hoy Macri cree que el 41% de los votos obtenidos le pertenecen. Error político. Cristina Fernández de Kirchner mantiene su 25/30% y cree que el 48% obtenido le pertenece. Otro error político. Mauricio Macri es un emergente de extraña vocación política. Descansa mucho más que lo que milita. Y entorpece, al igual que CFK, mucho más que lo que construye.

La Argentina debe trabajar sobre los consensos. Esta semana que pasó dejó en evidencia la pobreza política de sus dirigentes, así como también la dependencia para con líderes nocivos. ¿Acaso Massa y Negri no estuvieron cercenados por sus referentes extremos? Ahora bien, existe un responsable mayor para la pervivencia o no de ambos extremos, y es el presidente Alberto Fernández. Si retomase su modo componedor lograría limarlos. Si el Presidente abraza fuerte sus principios, al menos los expresados como candidato -diálogo, consenso, escucha-, podrá avanzar sobre la construcción de un país que necesita ser reconstruido. País que previo a la pandemia ya debía serlo. De ser así, el Presidente no defraudaría a sus votantes y con unidad en la diversidad Argentina dejaría de hablar de herencias recibidas para pensar y protagonizar políticas de Estado como herencia.

La industria, ante la imposibilidad de importar, marca una reactivación en rubros muy alicaídos: textil, madera, calzado, sommiers. Claro que, según el secretario de la UIA, José Urtubey, aún está un 20% atrás de la pre pandemia. En cuanto al comercio, el panorama no es alentador: según el Indec, los ciudadanos tienen en sus bolsillos 40% menos de poder adquisitivo que hace dos años atrás. Y las familias argentinas atraviesan un altísimo endeudamiento. Según la economista Victoria Giarrizzo, 9 de cada 10 familias tienen deudas bancarias, no bancarias y con familiares o amigos. De las 7 mil familias encuestadas para este trabajo, el 40% reconoció su temor a no poder pagar las deudas o directamente sabe que no podrá pagarlas.

No obstante, según el analista internacional Jorge Castro, Argentina tiene algo más que viento a favor para su recuperación económica. Estados Unidos y China son competidores estratégicos. China requiere alimentos, fundamentalmente carne. El contexto internacional post pandemia es extremadamente positivo para Argentina. No es menor el crecimiento de su demanda interna para sus 440 millones de personas en clase media. La lleva a importar tres veces más que lo que exporta.

Este fin de semana se elige el nuevo presidente del BID. México se alineó con Estados Unidos junto a otros 21 países. Argentina proponía la candidatura de Gustavo Beliz, la cual al cierre de este artículo formalmente no se había presentado. Y puede llegar a no presentarse nunca. De ser así, Argentina no votaría por Claver-Carone sino que se abstendría. De lograr la presidencia, Claver-Carone tiene como objetivo arrastrar inversiones hacia América del Sur, especialmente Brasil y Argentina.

En el ámbito legislativo, el Senado dio media sanción a una promesa presidencial: la de capitales alternativas para sesionar. Eso no es federalismo. Es un menosprecio hacia el interior deseoso de ser entendido, y necesitado de políticas para la reactivación de sus economías regionales. El interior necesita un modelo INVAP en cada provincia. No una visita del gabinete gobernante a cada provincia. A propósito, sería positivo que en la presentación del Presupuesto 2021 se engrosara el 0,5% del PBI destinado a Ciencia y Tecnología. El “Topo” Rodríguez, un diputado del interior, escribió: “Federalismo productivo es lo que Argentina necesita. Poner nuevas capitales desde Buenos Aires responde a un filosofía centralista”.

Al cierre de este análisis había grandes posibilidades en la Cámara de Diputados de acordar entre oficialismo y oposición. Dentro de la coalición de Juntos por el Cambio debería ser el radicalismo, por historia y convicciones, quien protagonice el camino de los acuerdos y consensos. La oposición también debe alejarse de los voltajes verbales inconducentes claro que, dependerá de los gestos y señales que envíe el Gobierno. Si el Gobierno distiende, encontrará respuesta y podrá abordar la agenda real sobre economía y seguridad, tan necesaria para el país.

Por estas horas el Covid-19 avanza enérgicamente en la región Centro. En el caso de la provincia de Santa Fe, una de las más afectadas, el gobernador Perotti debió aplicar medidas restrictivas para evitar la circulación masiva y de esta manera intentar reducir contagios y muertes. Esto comprende a cinco departamentos del sur provincial. A su vez, anunció medidas paliativas. Su ministro de Economía, Walter Agosto, definió que el programa tiene tres componentes: subsidios, financiero y tributario/tarifario. Subsidios: continuidad de asistencia directa a empresas que no pudieron trabajar durante la pandemia. En segundo lugar, financiamiento por $2000 millones al sector productivo -fundamentalmente MiPyMEs santafesinas-: el Estado pone garantías y subsidia la tasa de interés. En lo tributario/tarifario, se establecen diferimientos impositivos hasta fin de año para el caso de impuesto inmobiliario e ingresos brutos a los sectores de pequeños contribuyentes afectados por la pandemia y puesta en vigencia de un plan de facilidades de pago para regularizar deudas con API sin actualizaciones ni intereses. Por último, se congela el costo de los servicios de energía y agua hasta fin de año, tanto para empresas como personas. El intendente rosarino Pablo Javkin fue lapidario: “Si no paramos esto, todos los días sumamos nuevos contagios, y teniendo en cuanta que la recuperación de un solo paciente lleva tres a cuatro semanas, provocaría un colapso del sistema sanitario”.

Fuente: https://www.infobae.com/opinion

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